ENDLESS BURDEN [HP][Star Wars]

004.

" En las entrañas del Dragón "
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Hubo una perturbación en la Fuerza.

Un temblor que se retuerce aún, incluso a horas después de que comenzó, pero no es de dolor o de angustia. 

Es una corriente de energía que se entrelaza en la superficie a su alrededor como un rayo que no se desvanece ni se desvía, rueda alrededor de la mujer desconocida. Invisible, intocable, pero que no pretende pasar desapercibida.

Anakin cree que cada persona sensible a la Fuerza puede sentirle independientemente de si tienen entrenamiento Jedi o no. No sabe con cuanta claridad le perciben, pero sabe que no pueden simplemente ignorarlo. Porque él ciertamente no puede.

Existió un breve momento, durante la ruptura inicial de esa perturbación en la Fuerza, que debe haber sido una presencia enorme y notable para todo aquel dispuesto a verla, y ahora perdura, siendo una chispa atrayente y poderosa.

Anakin se niega a ser absorbido por ella.

Se convence de que no es por obstinación ni por orgullo, sino por un instinto fundamental de supervivencia.

Anakin tiene buen ojo para identificar riesgos potenciales.

Está familiarizado con los gestos, así como con el sentimiento de confianza en su postura y la ausencia de miedo reflejada en su mirada

Ella levanta la vara en su mano como si fuera un sable.

La había sostenido contra Anakin del mismo modo en que Anakin sostuvo su sable de luz horizontalmente frente a su cuello. Había esperado que el calor fuera suficiente amenaza y la hiciera hablar o retroceder, pero ninguna de esas cosas ocurrió, por más cerca que su sable de luz hubiera estado de separar su cabeza del resto de su cuerpo, parecía ser un pasatiempo lúdico para ella: un espacio en el que juzgar lo que tenía delante pero no temerle en absoluto. Ni siquiera parecía sentirse acorralada.

Anakin termina sintiéndose cada vez más frustrado cuanto más lo piensa. Las cualidades desconocidas y anormales de la mujer son fuente inicial de ello.

La Fuerza, a diferencia de Anakin, la recibe con los brazos abiertos y sin mucho esfuerzo ya está alrededor suyo, y ella sonríe, como si la energía omnipresente de la Fuerza le hiciera cosquillas en las mejillas.

Su brillo y presencia son hermosas, y eso es quizás lo que más le inquieta.

Nunca ha sido testigo de una firma más radiante en la Fuerza que la de Obi-Wan. Incluso entonces, su antiguo Maestro es una excepción en cada caso: le tomó años reafirmarla. Anakin estuvo allí durante parte de ese proceso y puede dar fe de ello. Pero esta mujer desconocida posee algo así, a pesar de que parece ser mucho más cercana a la edad de Anakin que a la edad de Obi-Wan.

Es bastante molesto.

Lo frustra, porque a ella no parece afectarle en absoluto más que para traerle buen humor.

Le molesta aún más cuando los Maestros Jedi se alinean alrededor de la holo-mesa con miradas intrigantes. Hay poco de las miradas que Anakin había recibido de ellos la primera vez que lo vieron, cuando el Maestro Qui-Gon lo llevó ante ellos y ellos le negaron unirse a su Orden, sólo aceptándolo una vez que Qui-Gon había muerto y Obi-Wan había hecho su promesa a un niño que sólo podía soñar y extrañar.

Ella no es incluida en la reunión. Ahsoka la ha tomado bajo su ala, como si la mujer necesitara mantenerse alejada de alguien. De Anakin.

Pero no hace falta ni importa demasiado si no está aquí, porque el Maestro Piell de repente se ha vuelto su defensor principal.