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Nahyun está totalmente ebria y es la persona más graciosa con la que he interactuado en meses.

Yo estoy bien, no percibo ningún efecto desfavorable por parte del alcohol que ingerí, aunque realmente no he bebido mucho.

Se está haciendo algo tarde y una parte de mí tiene ganas de ir a casa a descansar; pero saber de antemano que mi madre está allí y probablemente muy despierta, me hace arrojar la idea lejos de mi mente. Quiero relacionarme con ella lo menos posible, quizás así se vaya más rápido de mi espacio.

Me disculpo con mis compañeros y me levanto de la mesa para ir al exterior, con la idea de llamar a Hanbin y desearle dulces sueños. Sé que él suele dormirse alrededor de las diez porque es un abuelo, así que quiero saludarlo antes de que pase al mundo de la somnolencia.

Afuera hace frío, así que me cruzo de brazos para mantener un poco más mi calor corporal, mientras espero a que él atienda mi llamado.

— Hola, vida —contesta finalmente con esa voz ronca que endulza mi audición, y que me roba una sonrisa que ni siquiera estaba en mis planes—. ¿Te estás divirtiendo?

— Sí. ¿Y tú?, ¿me extrañas?

— Apenas, pero Gwanshim te reemplaza muy bien.

Suelto un grito ahogado lleno de fingida indignación y Hanbin se ríe del otro lado de la línea.

— Bien, estoy algo celoso —espeto burlonamente.

— Tonto —me dice con un matiz tierno—. No bebas demasiado y envíame un mensaje cuando llegues a casa, ¿sí?

— De acuerdo, te lo prometo.

— ¿Qué hay de tu madre? —Interroga, preocupado e interesado—, ¿sigue siendo un problema?

— Por supuesto —afirmo y resoplo—. Dijo que hoy no saldría, por eso decidí reunirme con los muchachos y las muchachas —hago una mueca antes de continuar—: Ella es tan insoportable, Bin...sé que no debería decir esto de mi propia madre, pero siento que ya no puedo lidiar con ella. ¡Habla mal de mi papá todo el tiempo!

— Lo mejor que puedes hacer es ignorarla y estar lejos de ella en este tiempo que se quede en tu casa —puntualiza, oyéndose algo molesto en relación al tema. Sabe bien que me estresa la presencia de Ara—. Por cierto... ¿Sigue en pie lo del fin de semana?

— Sí, claro —asiento, aunque él no pueda verme—. Le pediré a Gunwook que esté atento a Ara, para que no incendie mi casa o algo parecido.

— ¿Por qué no me dejas darte algo de dinero para que le entregues? —Espeta con cautela, y yo enmudezco de inmediato—. Si tiene efectivo en los bolsillos, no pasará mucho tiempo en tu apartamento y no tendrás que preocuparte tanto.

— Bin, no lo sé... —Un suspiro fastidiado se me escapa—. No me siento cómodo con ello, lo sabes.

— Lo sé perfectamente —replica, manteniendo sereno a su tono de voz—. Pero piénsalo, no quiero que estés haciéndote mala sangre a causa de esa señora.

— Está bien, mañana podemos hablarlo bien.

— ¿Matthew está con ustedes? —Pregunta, haciendo que mi ceño se frunza.

— Uhm, sí. Se comporta un poco... Raro.

— ¿Extraño? —Repite con evidente confusión.

— Ha dicho algunas cosas con doble sentido, al menos para mí —le explico—. Nahyun también se ha dado cuenta... Es como si me estuviese echando en cara algo constantemente.

— No le des importancia, ¿está bien?

— ¿Sabe de nosotros? —Inquiero. Esto me parece algo extraño.

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