체리 11: Chimenea 체리

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Habían llegado a la conclusión de que aquello se investigaría a conjunto, pero que nadie debía darse de cuenta de ello hasta que no fuera extremadamente necesario.

Mañana comenzarían con la investigación más a profundo, por lo que aquella tarde les quedaba libre.

Jeonghan termino por soltar su mano, pero su mirada indico que debían hablar. El menor de los dos se puso nervioso, pero termino por seguirlo fuera del edificio.

Joshua amaba el cabello de Jeonghan, dejando de lado su preciosa personalidad, era la segunda cosa que más le gustaba de él. Podía pasarse hora acariciándolo, amaba también hacerle peinados o teñirle las puntas con tintes de colores.

Antes de que Jeonghan dejara la ciudad, este llego una tarde a su casa llorando a mares. Le explico que las vecinas lo habían acorralado cuando salía de una de las oficinas y que le habían cortado el cabello con cristales.

Joshua recordaba perfectamente aquello. Jeonghan tenía el cabello perfecto, largo hasta los riñones, y de pronto, se encontró con un cabello corto por debajo de las orejas y todo mal cortado.

Sabía que el pelo no era importante, lo serio fue el porqué de aquel acto. Todos le tenían miedo a su cabello, pero él siempre lo había amado.

Ahora su cabello sobrepasaba sus hombros, y podía jurar que era posiblemente más blanco que en el pasado.

Jeonghan se giró a mirarlo, sacándolo de su ensoñación.

- Ayer me preguntaste sobre la muerte de mi padre.- comenzó.

Joshua frunció su ceño, y asintió.- Oh, sí..

- ¿Por qué?- consulto.- ¿Que tiene que ver mi padre con el hombre de ayer?

- Jeonghan...- murmuro, sabiendo que aquella información era casi imposible de revelar.

- Tengo algo que debo darte.- le corto, seguramente porque sabía que no diría nada.

- ¿Qué es?

/////

Aquello era una sorpresa para él. Jeonghan lo había guiado hasta su casa, en lo alto de la ladera. Era grande, e iba acompañada de un enorme campo de árboles de cerezo.

Las cerezas que todo el mundo comía en el pueblo eran suyas. Ahora que estaba allí, Joshua lograba entender por qué se fue y no volvió. Era un lugar hermoso, mucho más que la ciudad, y era totalmente el estilo de Jeonghan.

Habían cestas de mimbre por todas partes, grandes, pequeñas, llenas, vacías... eso sí, todo desordenado. Totalmente el estilo de Jeonghan.

El peli blanco volvió después de haber entrado en la casa, con una caja de madera en sus manos. Se la tendió y Joshua la cogió, sin saber que era aquello.

- ¿Qué hay dentro?- consulto, inseguro.

- Cosas de mi padre.- se encogió de hombros.- No sé que son, tampoco quiero saberlo, y creo que es mejor que lo tengas tú.

Frunció su ceño.- ¿Por qué crees que debería guardar las cosas... de tu padre?

Jeonghan se cruzó de brazo y se encogió un poco.- Me dijeron que dentro habían cosas personales, y las únicas cosas que mi padre guardaría bajo tanta protección, serían papeles importantes y cartas. No me hacen falta.

- ¿Volviste a la ciudad por esto?- pregunto Joshua, alzando su mirada hasta juntarla con la de Jeonghan.- ¿No... no pensaste nunca en volver a vernos?

Jeonghan apretó sus labios, sin saber qué responder. Quería, claro que había querido ir en busca de Joshua más de una vez, pero le aterraba el hecho de volver a la ciudad, a los insultos y los dedos señalándole.

Soltó un suspiro ante la cantidad de cosas que quería decir, seguro que su yo del futuro le reprocharía muchas cosas.

- Te amé.- afirmo con decisión, viendo la sorpresa en los ojos de Joshua.- Y estoy seguro de que aún lo hago, pero el Jeonghan que recuerdas de aquellos últimos meses no estaba preparado para todo eso, Shua. Si no me mataban, lo habría terminado haciendo yo, por eso me marche. Y sí, pensé más de una vez en volver, los primeros años fueron... horribles, de veras. Pero era necesario. Posiblemente, nunca nos hubiéramos vuelto a ver de no ser porque te delegaron aquí, y lo siento por ello.

Se hizo un silencio entre ellos, mientras trataban de procesar todo lo que había salido de la boca del mayor.

- ¿Y por qué no me pediste que nos marcháramos juntos?- pregunto con un dolor en el pecho Joshua.- Lo habría dejado todo por ti.

Jeonghan sonrió, sintiendo que su corazón volvía a palpitar luego de siete años.- Lo sé, por eso no te dije nada.- murmuro, confundiendo al contrario.- En la ciudad tenías los recuerdos con tus padres, a tu amigo y ese chiquillo pequeño, y tu sueño siempre fue trabajar en el castillo. No quería que lo dejaras todo solo por mis caprichos, Joshua.

El castaño, tras otros breves segundos de silencio, decidió dejar la caja en el suelo y después abrazo a Jeonghan con fuerza, sin que este se lo esperara.

Ambos quedaron muy juntos, y se sentían bien, ninguno quería separarse. Jeonghan correspondió el abrazo con nostalgia en su corazón y apoyo su frente en el hombro de Joshua.

- Siempre has sido lo más importante en mi vida, Han.- aseguro.

- No seas idiota..- murmuro Jeonghan, riendo.

Una gota de agua cayó sobre la nariz de Joshua, y se separaron de inmediato. El cielo estaba gris y algunos truenos se hicieron presentes. Enseguida tuvieron el chaparrón encima, y tuvieron que meterse en la casa para refugiarse de la lluvia.

Jeonghan cerro la puerta y las ventanas para que el agua no entrara en la casa, y enseguida encendió la chimenea que había dentro de la casa.

- Nunca vi una chimenea dentro de una casa...- murmuro Joshua, helado.

- Agradécela.- sonrió Jeonghan.- Por suerte no nos mojamos, asi que estando un rato al lado del fuego entraremos en calor.

Jeonghan estaba por seguir hablando para que el tiempo que pasaran allí no fuera tenso, pero sintió un tirón de su mano que lo obligo a girarse y se encontró con Joshua a tan solo un palmo de su cara.

Este no dejaba de observar sus labios, lo que provoco que se pusiera rojo y sus pulsaciones subieran. No se apartó.

- Han pasado más de siete años desde que bese a alguien por última vez.- dijo Joshua.- Desde que te bese por última vez.

- ¿Qué me estás queriendo decir con esto, Hong Jisoo?- pregunto Jeonghan, enarcando una ceja. No se dejaría poner nervioso.

- No lo sé, tal vez...- comenzó este, acercándose más.- ¿Podría...?

Jeonghan se maldijo por ser el que terminara con la distancia, ya que claramente no tenía espera a que Joshua dejara de hablar. Quería besarlo ya, se había estado conteniendo por años.

El beso fue correspondido y los labios de ambos se movieron con tranquilidad sobre la boca contraria. A pesar de que habían pasado años, a ellos siempre les habían gustado más los besos lentos que expresaban todo lo que sentían.

Mientras saboreaba los labios de Joshua de nuevo, Jeonghan subió su mano hasta la mejilla contraria y la sobo con cariño. Estaba claro que seguía perdidamente enamorado de ese chico.

Al separarse tras algunos segundos, Joshua volvió a abrazar al mayor, esta vez aferrándose más fuerte.

- Nos te vas a volver a ir.- aseguro.





















체리


Cerezas // JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora