Llegué a mi casa y cerré la puerta, me moría de calor, no podía evitarlo, ese momento con James, fue...espectacular.
Decidí darme una ducha rápida, tenía que bajarme el "calentón" que tenía dentro de mí.
Me puse un camisón con un poco de escote y de largo, un poco más de los muslos, llamaron al timbre en ese momento.
Miré por la mirilla y vi a James, sonreí y abrí la puerta.
-Hola James-. Le dije con mirada tímida.
James me vio en camisón y vi su mirada como recorría mi cuerpo medio desnudo, que solo lo tapaba una pequeña cantidad de tela satén. Vi como empezaba a ponerse colorado.
-¿James?-. Pregunté.
Volvió en sí.
-Si...si...perdón, quería disculparme por si me he sobrepasado contigo en el sofá-. Me dijo pasándose una mano por el pelo.
Abrí la puerta y me salí al rellano.
-¿Sobrepasarse? Para nada, James, no te preocupes, yo también estaba emocionada con la situación-. Le dije acercándome a él.
Él empezó a acercarse a mí y me cogió de la cintura.
En mi mente solo pensaba que me tendría que dar otra ducha para "enfriar un poco el ambiente".
-Eso lo estaba deseando desde que te vi esa noche abrir la puerta con ese precioso pijama de verano-. Susurró a pocos centímetros de mis labios.
Yo le sonreí.
Íbamos a volver a unir nuestros labios, cuando salió de nuevo la señora Williams y cogió a James del brazo.
-Mamá ¿Que pasa?-. Preguntó James mientras me soltaba.
La señora Williams no contestaba.
-Ves con tu madre, James, mañana nos vemos-. Le dije.
-Hasta mañana, preciosa-. Dijo metiéndose en casa.
Lo que pensé, me tocó volverme a duchar, no podía evitarlo, James me hacía sentir calor en mi cuerpo, nunca me había pasado con nadie.
Cuando me acosté, me quedé boca arriba pensando en el momento que estuve en el sofá con James, pude notar que "estaba bien dotado" y solo de pensarlo, me excitaba.
...
Al día siguiente, me levanté y me puse a desayunar, quería ir a ver a la señora Parker después, al rato recibí un mensaje de James.
-Buenos días, preciosa, espero que hayas dormido bien ¿Que vas a hacer hoy?-.
-Buenos días, precioso, me voy a ir a ver a la señora Parker-. Le respondí.
-Pues si quieres voy contigo, así la conozco-. Respondió.
-¿Y tu madre? Hoy no va el sanitario-. Le dije curiosa.
-Ayer le pregunté si hoy podía volver, me dijo que sí, así que se quedará todo el día, hasta las 19:00h.-. Respondió James.
En mi rostro se dibujó una sonrisa y enseguida le respondí con la confirmación de que sí podía venir conmigo.
Cuándo llegó el sanitario, James me llamó a la puerta para irnos y cuando abrí, me cogió de la mano acercándome a él y dándome un beso de película que jamás me lo hubiera esperado.
-¿Y esto?-. Susurré a pocos centímetros de su boca.
De su rostro se dibujó una media sonrisa.
-Tenía ganas de verte, vecina-. Entonces me volvió a besar.
Y le sonreí.
-¿Nos vamos?-. Pregunté.
Asintió con la cabeza y bajamos hacia el coche.
Conduje durante una hora para ir a la residencia de la señora Parker.
Entramos a la recepción y ahí estaba ese chico moreno.
-Buenos días, soy Emma Miller, venimos a ver a...-.
-La señora Parker, si-. Dijo el chico cortándome mientras sonreía.
-Si-. Dije sonriendo.
-¿Cómo se encuentra hoy?-. Pregunté.-Ha pasado mala noche, ha pillado un resfriado fuerte y ha necesitado ayuda con un respirador-. Me dijo el sanitario mientras me acompañaba a la habitación de la señora Parker.
Cuando llegamos, vi a la señora Parker tumbada en la cama, tenía un camisón y tenía mala cara.
-Señora Parker-. Dije mientras iba hacia su cama, me senté en una silla que había a su lado y James se paró de pie a mi lado.
-Hija, has venido-. Me dijo y en ese momento miró a James.
-Y veo que has traído un buen mozo-. Exclamó mientras sonreía.Yo me reí y James también.
-Le presento a James, es el hombre que compró su casa, vive con su madre-.
-Encantado, señora Parker-. Dijo James sentándose a los pies de su cama.
-El placer es mío, hijo-. Respondió.
-Este chico si me gusta para tí, Emma-. Me susurró.
Yo sonreí y James, al escucharlo, también empezó a reírse.
-¿Cómo está?-. Pregunté.
-Pues hija, he estado mejor ¿Para que te voy a engañar? Ya tengo una edad y los achaques cada vez son más fuertes-. Me dijo.
-No se preocupe, señora Parker, saldrá de esta, se ha visto en situaciones peores-.
En ese momento, la señora Parker empezó a toser.
-Si hija, pero yo no le temo a la muerte, la muerte me teme a mí-. Dijo riéndose.
-Señora Parker-. Empezó diciendo James.
-Dejó una casa preciosa, mi madre la adora-. Le dijo. Yo miré a James y le sonreí.-Era el destino, yo tenía que irme para que fuerais vosotros, Emma te tenía que conocer, hazla feliz, James, se lo merece-. Le dijo la señora Parker.
-Claro, señora Parker-. Le dijo James.
Estuvimos un rato hablando y al despedirnos, la señora Parker me cogió de la mano.
-Emma, espera-. Me dijo.
Yo miré a James.
-Te espero afuera-. Dijo mientras me acariciaba la cara.
Asentí con la cabeza.
-Dígame, señora Parker-.
Volvió a toser.
-No pierdas la oportunidad, este chico, ha venido para salvarte, para ayudarte en tu camino hacia la felicidad, se le nota en la cara cuando te mira-. Me susurró a media voz.
-¿Y cómo me mira?-. Pregunté.
-Te mira como yo te vi el día que te conocí, pero claro está, de forma diferente, yo siempre te he visto como la hija que nunca tuve, pero él te mira con amor-. Me susurró, casi no podía hablar.
A mí en ese momento se me cayeron las lágrimas.
-No llores, hija, solo quiero que seas feliz y sé, por experiencia de la vida, que James es el indicado-.
En ese momento le abracé.
-La quiero mucho, señora Parker-.
-Y yo a tí, hija-.
Nos despedimos y en ese momento salí de la residencia con mal cuerpo.
James me cogió de la mano.
-¿Puedes conducir tú? No me siento bien-. Le pregunté mientras le daba las llaves.
-Claro, preciosa-. Respondió cogiéndolas.
Mientras íbamos hacia casa, tenía un sentimiento malo dentro de mí, algo que iba a hacer que cambiara todo, bien sea por James o por la señora Parker.
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Querido vecino
RomantizmEmma tiene 28 años y vive en California, tiene un trabajo estable en una oficina de contabilidad y hace poco se compró un piso en una bonita finca cerca de la playa. Enfrente de ella fue a vivir una señora mayor con Alzhéimer, al principio la cuidab...