11. Sueño

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Estuve en el coche sin articular palabra toda la hora que duró la conducción hasta casa y James, se dio cuenta y me cogió de la mano.

-Emma, no te preocupes, la señora Parker se pondrá bien-. Y me dio un beso en la mano.

Asentí con la cabeza mientras una pequeña lágrima recorría mi rostro. Nunca había visto a la señora Parker así.

Cuando llegamos a nuestra calle, James aparcó el coche y me dio las llaves. Y de camino al portal me tenía de la cintura cogida.

-¿Quieres pasar a casa?-. Preguntó.

-Está bien-. Dije sonriéndole.

Abrió la puerta de su casa y entramos.

A los minutos se fue Eric y la señora Williams cenó.

-Voy a acostarla y vengo ¿Vale?-. Dijo James acariciándome la cara.

Asentí con la cabeza y me quedé en el sofá viendo la tele.

Al rato, volvió James.

-¿Quieres cenar?-. Preguntó.

-No tengo hambre-. Le dije con el estómago cerrado.

Me levanté del sofá y fui directa a él, le planté un beso que ni él mismo se esperaba.

-Vaya, eso sí que no me lo esperaba-. Dijo sonriéndome, me volvió a besar y me levantó por los muslos llevándome a su habitación.

Una vez allí, me tumbó en la cama quedándose él encima mío, podía ver perfectamente el bulto que le salía del pantalón y eso me excitaba aún más. Se quitó la camiseta y yo pude volver a contemplar esos pectorales entrenados mientras comenzaban a sudar. Me quitó la camiseta, dejándome ante él en sujetador, me besaba el cuello bajando poco a poco mientras me acariciaba el cuerpo suave y sensualmente. Yo le tumbé y me puse encima de él besándole y acariciándole los pectorales mientras bajaba con la mano hacia su pantalón, entonces, empecé a bajárselo poco a poco y podía escuchar a James gemir de placer sin nisiquiera tocarle. Le quité el boxer y ahí empezó el juego oral y por como gemía él, se notaba que le gustaba. Luego me cogió y empezó a bajarme despacio mis pantalones, pero no sin antes quitarme mi sujetador. Él también uso su juego oral conmigo y no pude evitar gemir. Para acabar, me puse encima de él a horcajadas y empecé a moverme, hasta que los dos llegamos a un gran orgasmo.

Cuando acabé, me tumbé a su lado en la cama, respirando rápido, lo mismo que él.

-Buff, ha sido maravilloso-. Me dijo James cogiéndome de la mano.

-Si, lo necesitaba, he pasado un día de mierda-. Le dije riendo.

-Me alegro de haber sido yo el que te ha alegrado el día-. Me susurró.

-Oye James-. Pregunté sentándome en la cama.

-Dime preciosa-.

-Exactamente ¿Que somos tú y yo?-. Pregunté. Yo estaba enamorada de él, por eso necesitaba saber exactamente lo que pensaba él sobre nosotros.

-Pues...-. Dijo sentándose también en su cama y mirándome.
-Pienso que nuestra relación no debería pasar de una amistad-. Me dijo.

En ese momento, me cambió la cara, no sabía dónde meterme.

Asentí con la cabeza y en silencio, empecé a vestirme para irme a casa.

-¿Adónde vas?-. Preguntó vistiéndose.

-A mí casa-. Le dije enfadada mientras salía de su habitación y llegaba a la puerta.

-Emma ¿que he dicho?-. Preguntó viniendo detrás mío.

Querido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora