Salí del trabajo y me fui directa a casa, llegué a la finca y abrí la puerta. Apreté el botón del ascensor para subir y, entonces, como cuando nos conocimos, entró James por el portal con su madre.
-Vamos mamá, pasa-. Le dijo a su madre y en ese momento nos miramos y nos sonreímos.
Se me acercó con su madre agarrada de su brazo.
-Hola cariño-. Me dio un beso.
-Hola-. Respondí devolviéndoselo.
-Veo que ya has llegado ¿Cómo ha ido el primer día?-. Preguntó cogiéndome de la cintura.
-Bien, he visto a John, mi ex-.
-¿Te ha dicho algo?-. Preguntó.
Asentí con la cabeza.
-La verdad que ha sido muy amable conmigo, me ha sorprendido bastante-.
-Eso está bien, sino tendría que matarlo-. Dijo sonriendo mientras se acercaba a mí.
Mi corazón empezaba a acelerarse.
De pronto, llegó el ascensor y entramos.
-Por cierto, todo lo que me has dicho por mensaje...eso no se hace-. Le dije acercándome a él.
-¿Qué no se hace? ¿Por qué no?-. Preguntó cogiéndome de la cintura y sonriéndome picarón.
-Pues...porque...ahora no tengo bragas-. Le dije susurrándole al oído.
-Esta noche no te me escapas-. Me susurró sonriendo.
Me acerqué para darle un beso pero llegamos a nuestro piso.
-Bueno...el beso tendrá que esperar-. Le susurré mientras salía del ascensor.
-Eso no se hace, vecina-. Dijo James riéndose mientras la señora Williams salía hacia su piso.
Yo me giré sonriendo.
-Hasta está noche, vecinito-. Le dije.
Abrí mi puerta y me metí en casa.
Al rato recibí un mensaje de James.
-Eres muy mala, vecinita-.
Yo me reí y al rato respondí.
-Nos vemos en un rato, vecino-.
Dejé el móvil y me tumbé en el sofá para descansar.
Al cabo del rato escuché fuertes golpes en mi puerta.
-¡EMMA! CARIÑO, POR FAVOR ABRE, NECESITO AYUDA-. Escuché a James gritar.
De un salto me levanté del sofá y fui corriendo a la puerta.
Cuando la abrí , James tenía las manos llenas de sangre y estaba llorando.
-Cariño ¿Que ha pasado?-.
-MI MADRE, SE HA CAIDO Y SE HA DADO CON LA CABEZA EN LA MESA, ESTÁ LLENA DE SANGRE Y HA PERDIDO EL CONOCIMIENTO-. Dijo James nervioso.
-¿Qué? ¿Has llamado a una ambulancia?-. Pregunté.
-No...no se que hacer-. Me dijo.
Le cogí de las manos.
-James, ves con tu madre, voy a llamar ya a una ambulancia, ahora voy-. Le dije.
Entré a casa corriendo a por el movil y llamé a la ambulancia.
Volví a casa de James.
-James, ya estoy aquí, en diez minutos llegan-. Le dije poniéndome a su lado.
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Querido vecino
Roman d'amourEmma tiene 28 años y vive en California, tiene un trabajo estable en una oficina de contabilidad y hace poco se compró un piso en una bonita finca cerca de la playa. Enfrente de ella fue a vivir una señora mayor con Alzhéimer, al principio la cuidab...