• Entre juegos •

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Cuando Nanami dijo que le gustaba el juego previo, no era 'eso' a lo que se refería exactamente... sino a una tarde divertida antes de cenar.

Ya era demasiado tarde para detener aquella locura, Goyo estaba más que dispuesto a llegar al final.
Entre risas y pequeños insultos ambos se dejaron llevar por el momento, mentirían si dijeran que lo odiaban.

Después de todo, así es la vida de una pareja dispareja.

— Ese traje te sienta muy bien, deberías usarlo más seguido en el trabajo.— Con una sonrisa coqueta, el albino desabrochaba uno a uno los botones de la camisa ajena, tenía una vista estupenda. 

— Será mejor que guardes silencio si no quieres que te golpee.—Estaba un poco molesto, odiaba verlo actuar de forma tan cínica. 

—Quiero ver que lo intentes.—Sabía que sería inútil, pues tenía las manos atadas con su corbata. Provocarlo un poco no haría daño. 

—Idiota.—Fue lo único que pudo mencionar, antes de sentir como las manos del contrario se apoderaban de sus pezones, presionando un poco para hacerle callar. —Ngh.— Dejo escapar por lo bajo, no sabía si era dolor o placer lo que estaba empezando a sentir. 

— Vaya... Nanami resulto ser un pervertido, le gusta que toquen su cuerpo de esta forma.—Sin duda se divertía. Nunca se imagino que experimentaría una escena como esa, pero la atesoraría por siempre, después de eso estaba seguro que moriría. 

—No juegues conmigo.— Su rostro ahora estaba sonrojado, el calor invadía su cuerpo y aunque quisiera negarlo, deseaba continuar. 

— Pero si fuiste tú quien propuso este juego, no me culpes por lo que pase después.— No espero respuesta, acerco su rostro al pecho ajeno, chupando de forma erótica una vez que su lengua pudo tocar sus pezones. 

Sus manos se encargaban se atraer más su cintura, con movimientos lentos y suaves para encender el ambiente. 

Nanami no podía hacer más que retorcerse del placer. 

Su parte baja ahora reaccionaba con cada toque. 

—Que tenemos aquí, alguien parece estar más impaciente que yo.— Al separarse un poco observo como el miembro del rubio ya estaba más que despierto, así que no le haría esperar. 

Llevo sus manos hasta la cremallera de su pantalón para poder liberarlo, sin quitarse los guantes de cuero que formaban parte de su disfraz, comenzó a masturbarlo lentamente, siendo testigo de las expresiones que el más bajo hacía, le gustaba. 

—No hagas eso.—Nanami pedía, pero era muy tarde, Goyo quería más. 

— ¿Estas seguro de que lo odias.?—Sonreía ladinamente, aumentando el ritmo de sus movimientos, hasta que el rubio no resistió más y se corrió sobre sus prendas. 

Su respiración agitada y el pequeño temblor en su cuerpo eran únicos.

—Ya fue suficiente.— Con la voz algo entre cortada menciono, al mismo tiempo que recargaba su cabeza sobre el hombro izquierdo de Satoru, pero este no tenía planeado terminar ahí. 

— Yo aun no me vengo, no podemos desperdiciar esta oportunidad.— Como pudo se quito los guantes y procedió a buscar el cinturón que detenía su pantalón, quitándolo lo más rápido que pudo. 

De igual forma se saco el miembro al aire y lo acerco al de Nanami para empezar a masajearlos juntos. 

— Ngh... ngh.— Los ruidos indecentes que salían de la boca del rubio eran incontrolables. 

—Es mucho mejor... ¿No lo crees.?— Goyo decía, ahora con algo de agitación. 

Hubo un poco de silencio, dejando que la escena subiera de intensidad... 

Hasta que un ruido en particular los detuvo en seco. 


El teléfono de casa comenzaba a sonar incontables veces. 

—No le hagas caso.—El albino intento seguir, pero el menor lo detuvo.

—Espera, puede ser importante, hay trabajo que hacer.—Su actitud cambio completamente, buscaba una forma de soltar su amarre. 

Goyo sabía que no había manera de detenerlo, siempre ponía el trabajo por encima de su vida personal, lo que odiaba sin duda, pero sin más, lo ayudo a librarse de esa atadura. 





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—Solo será un momento, Nanami, por favor, nadie se dará cuenta.— Goyo rogaba a espaldas del rubio, quien se encontraba preparando una taza de café, llevaba mucho tiempo en la escuela, necesitaba un respiro. 

Aun así no aceptaría la propuesta tan indecente que le estaba haciendo el albino. 

— Recuerdo haberte dicho que en el trabajo te mantuvieras bajo control, no pienso cambiar de opinión.— Dio el primer trago a su café. 

— Vamos, no seas así, tú también tienes ganas de terminar lo que dejamos pendiente ayer, no es así.— Quiso acercarse más y tomar la cintura del rubio, pero una mano se estampo contra su rostro. 

—Olvídalo, tengo una clase que dar.— Pensó en escapar lo más rápido que pudo de ese lugar. 

Sin embargo, el hombre de cabello blanco que estaba delante suyo no tenía planeado rendirse tan fácil. 

Estaba caliente y necesitaba aliviar su dolor cuanto antes, incluso si le costaba el trabajo, no tenía problema, su cuenta bancaría estaba muy bien abastecida. 

— Pero...— No pudo terminar, Nanami lo aparto violentamente de su camino. 

—No pienso tener esta absurda discusión de nuevo, he dicho que no.—Comenzó a caminar con dirección a la salida, ya no esperaría más, estaba molesto. 

— Nanamin.—Se dijo a si mismo antes de que la idea más estúpida cruzara por su cabeza. 

Estaba seguro que incluso su relación pendía de un delgado hilo, pero al diablo.

Se apresuro a tomar la cintura del rubio por la espalda, susurrando cerca de su oído.

— Si logras salir de aquí, no te molestaré más.—Estaba dando inició a su juego, sabiendo que tenía todas las de ganar. 

—Eres un imbécil.— Incluso antes de empezar ya había perdido. 

No tuvo más opción que permanecer ahí... saciando su increíble libido. 





🌸" Entre juegos."  [GoNana] 🌸

BY: Dani_GS

Artista: 

As de corazones [GoNana] [One Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora