• Rosas blancas •

265 34 0
                                    

El ambiente era incómodo, ninguno de los dos tenía experiencia en ese tema... aun así, decidieron aventurarse solos y descubrir un mundo nuevo.

- ¿Estás completamente seguro de querer hacer esto.?- al sentir un ligero temblor en el cuerpo del rubio, Gojo se apresuró a preguntar, no quería obligarlo a nada.

- Guarda silencio, antes de que cambie de opinión.- mentiría si dijera que no quería intentarlo, pero los nervios eligieron un mal momento para atacar su cuerpo.

- Bien, no diré nada por ahora.- ya estaban ahí, tener el cuerpo de Nanami sobre él lo estaba volviendo loco, sin pensarlo mucho coloco ambas manos en los glúteos de Nanami, provocando un pequeño brinco, lo que terminó por encender su deseo.

Aun si tenían la ropa puesta, disfrutaban el rose de sus cuerpos el uno con el otro.

A la mierda todo, el más bajo se arriesgaría para obtener lo que tanto quería... si, aun eran jóvenes y por ello mismo buscaban emociones fuertes... no podían asegurar con certeza que era 'amor' lo que sentían por el contrario, de lo que sí estaban seguros es que ambos se deseaban.

Con delicadeza, Nanami llevo sus manos a las gafas oscuras de Gojo para retirarlas, quedando hipnotizado por esos brillantes ojos azules, tan hermosos como el mismo mar. Tenía que admitirlo, aunque a veces llegaba a ser odioso y un tanto arrogante, lo sexy nadie podía negarselo.

Sus movimientos eran torpes... pero eso no los detuvo para darse el primer beso del momento, buscando retirar las prendas que los vestían.
La gran erección que Satoru ocultaba debajo de sus pantalones le hizo saber al rubio que él también lo estaba disfrutando.

Al separarse por la falta de aire, Gojo no perdió el tiempo y se dirigió al cuello de Nanami para besar y morder su piel nivea, tan suave como los delicados pétalos de una rosa.

El acto comenzaba a tomar forma, no hicieron falta más palabras, dejaron que todo fluyera por su cuenta... sin embargo, ninguno contaba con la visita inesperada de alguien.

- Satoru... lamento molestar a esta hora, pero el profesor Yaga nos necesita ahora mismo.- con un par de golpes en la puerta, Geto le hizo saber al peli blanco que se encontraba al otro lado.

Si, su momento apasionado se estaba llevando a cabo en los dormitorios de la escuela de hechicería.

Un estruendoso golpe sonó y segundos después la perilla giro para dar vista al peli negro.

- Dame un momento, necesito cambiarme de ropa.- su rostro estaba coloreado por un intenso tono rojo, las manos le sudaban frío y la respiración agitada no ayudaba en mucho.

- Saldremos a una misión, no necesitas cambiar el uniforme. Date prisa y vámonos, quiero volver cuanto antes y dormir.- se veía cansado, solo un par de horas antes tuvo otro trabajo en solitario.

- Estaba haciendo ejercicio, no pienso salir a la calle con este aspecto.- Geto debía reconocerlo, se veía terrible.

- ¿A esta hora.?- dio un pequeño vistazo al interior, sin poder encontrar algún equipo de entrenamiento, pero si la chaqueta de su uniforme tirada en el suelo.-Como sea, no perdamos más tiempo.- se dio media vuelta para comenzar a caminar por el pasillo.

Ahora se imaginaba muchas cosas, entre ellas la que dominaba... había interrumpido a su mejor amigo mientras se masturbaba, no sólo su ropa estaba desarreglada, sin querer, noto como su pene tenía vida propia ahí abajo. Deseando que solo fueran alucinaciones, resultado de su agotamiento físico.

- Lo lamento, en verdad, lo lamento mucho.- al cerrar la puerta, Gojo corrió a toda prisa hasta el otro extremo de su cama, donde se ocultaba Nanami.

Cuando escucharon los golpes en la superficie, el más bajo inmediatamente se lanzó al suelo para evitar que lo vieran ahí. Si los descubrían, no sólo obtendrían un regaño, sino también un severo castigo, algo que ambos odiaban pues ya habían experimentado algo similar en el pasado.

- No te preocupes por mi, ahora cambia tu uniforme y vete, podría ser importante.- al ponerse de pie, se dejó caer sobre la cama, no lo diría, pero el golpe le dolió.

- Te lo compensaré cuando vuelva, solo no salgas de aquí hasta dentro de un rato.- revolvió su armario, poniéndose lo primero que encontró.

- Sal de aquí.- terminó por echarlo, le desesperaba un poco.

Al quedarse solo en la habitación, Nanami aprovechó para dar un pequeño vistazo a las cosas del albino, terminando por recostarse de nuevo en la cómoda, sin imaginar que caería rendido ante el sueño.

Cuando Satoru volvió un par de horas después, ahí lo encontró, descansando cómodamente sin ninguna preocupación... suspiro, era tarde para despertarlo y mandarlo a su habitación, así como sería ridículo continuar lo que dejaron pendiente, él también estaba cansado.

Sin más, se recosto a su lado, odiaba dormir acompañado, pero esa noche logró dormir como gato gordo, abrazando el delgado cuerpo de Nanami, quien al sentirlo, solo se acercó más para compartir su calor.



























🌸 " Rosas blancas " [GoNana] [UA] 🌸

✨ Parte única ✨

As de corazones [GoNana] [One Shot's]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora