As de corazones [GoNana] [One Shot's]

• Lazo •

Eran destinados... ambos lo sabían, podían sentirlo en lo más profundo de su ser.

Sin embargo, esa era una relación que estaba destinada al fracaso.

Cuando Satoru conoció a Nanami por primera vez en la escuela media, su corazón bailó desenfrenado dentro de su pecho, el Alpha en su interior se removía de felicidad y le gritaba infinidad de veces que ese rubio de mirada esmeralda era su Omega.

Pero contrario a toda historia de amor, reprimió sus ganas de salir corriendo a los brazos de ese chico, pues en su mente no dejaba de rondar ese problema.

Él ya estaba comprometido con una Omega de su misma clase social, la cual había sido rigurosamente seleccionada por su abuelo antes de fallecer, meses atrás.

Por su parte, Nanami, al percibir ese fresco aroma a pino, busco con la mirada al dueño de esa fragancia, llevándose una pesada sorpresa, se trataba de nada más y nada menos que de Gojo Satoru, el único Alpha dominante de la escuela y que era mayor por dos años.

Todo el mundo conocía a esa familia, el Omega en su interior le pedía acercarse y reclamarlo como su pareja, pero el orgullo y sus planes se lo impedían firmemente.

Odiando su género secundario, el rubio tenía planeado dejar de ser un Omega, sometiéndose a una extirpación de glándula.

Ahora que sus caminos se habían cruzado de forma repentina, ninguno sabía que hacer con exactitud, la vida que tenían planeada para su futuro pendía de un fino hilo que amenazaba con romperse en cualquier momento.
Aunque trataran de evitarlo, siempre terminaban encontrándose dentro de la institución, como si hubiera un imán que los atrae mutuamente.

- Ve por él, no seas tonto.- decía Shoko, la Alpha castaña, a su amigo.

- Es un milagro que sea alguien de tu edad, no deberías desperdiciar esta oportunidad, qué importan tus padres, en algún momento ya no dependerás así de ellos.- Geto, un Omega, trataba de animarlo.

- No lo sé, él no parece querer acercarse a mi.- su pecho dolía ante un posible rechazo.

- Compruebalo tu mismo.- le dio una palmada en la espalda.

Sonriendo por tener amigos tan buenos, se puso de pie salió a toda prisa con la única intención de ir a buscarlo.

- ¿Qué haré si él me rechaza?- con nerviosismo, Nanami se removía en su asiento.

- Bueno, aunque su cara da miedo, él no parece alguien feroz.- Yuuji reía un poco.

- Y si...- no pudo terminar.

- Vamos, no seas un cobarde. Sal y busca a ese idiota, dile que tú eres su Omega y esperas que se haga responsable de ti.- Nobara, ya con los ánimos por el suelo, quería terminar con eso cuanto antes.

- Oye, no hables así. Recuerda que esta comprometido, no es tan fácil.- no era un secreto.

Menos cuando la misma familia esparcía los rumores por todos lados.

- Me aterra la idea de quedar como un tonto.- soltó, bajando la mirada.

- Escucha, Nanami. Si no le dices lo que piensas, podrias arrepentirte más tarde por no haberlo intentado, si su respuesta es un "no", entonces yo te invitaré el almuerzo hasta que te sientas mejor.- sonreía.

Ante tal honestidad, Nanami no pudo hacer más que tomar valor y abandonar el salón donde se encontraban reunidos.

Sin mirar por donde caminaban, ambos chocaron a mitad del pasillo, conectando por primera vez sus miradas a tan corta distancia.

- Lo lamento... ¿Estás bien?- de inmediato, Gojo tomó la mano de Nanami para ayudarle a reincorporarse.

- Si, eso creo.- respondió, sin resistirse al toque.

- Permíteme llevarte a la enfermería.- ofreció amablemente.

- No es necesario.- mencionó.

- En ese caso, permíteme compensarte con algo de la cafetería.- sonreía.

- Eso suena bien.- con un sonrojo en sus mejillas, el rubio aceptó.

Ambos caminaron, iniciando con una pequeña charla, olvidaron por completo lo que planteaban decir, pero ahora juntos, dejarían que fueran sus instintos los que hicieran el trabajo.
Se preocuparían por el futuro en otro momento.

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