— Nanamin... ¿Se encuentra bien? Hoy luce terrible.— al ver a su mayor llegar a la preparatoria, Yūji no pudo evitar cuestionar, observando el notorio estado de desgaste en el que estaba.
El rubio ni siquiera tenía ánimos o fuerzas para alegar por su comentario, solo suspiro un poco antes de responder.
— Estoy bien, Itadori, aunque no he logrado conciliar el sueño desde hace unos días.— hablo con un tono bajo, tomando asiento al lado del menor, compartiendo una banca en el jardín de la preparatoria.
— ¿Problemas de insomnio?— le parecía lo más lógico.
— No, no es eso.— contesto de inmediato.— Al entrar en casa tomó un baño y luego voy a la cama, todo transcurre bien, hasta que llega el momento de dormir, logró cerrar los ojos un par de minutos, pero es cuando mi problema comienza.— narraba con calma.— Siento que últimamente alguien me observa desde una esquina de la habitación, cuando enciendo las luces no hay nadie ahí.— suspiro de nuevo.
— ¿Una sensación de observación? ¿Será alguna maldición que lo siguió a casa?— sus dudas iban en aumento.
— Ya revise el lugar una y otra vez, incluso Geto-san se tomó el tiempo de ir y cerciorarse.— miraba con cansancio a los jóvenes que caminaban a lo lejos, sentía que en cualquier momento caería dormido.— Pero no hay rastros de energía maldita, las ventanas y la puerta no se ven forzadas, así que tampoco puede tratarse de un bromista.— soltó.
— Nanamin ¿Vive solo? ¿Hay algún familiar al que le haya dado acceso a su hogar con una copia de la llave?— le parecía algo lógico.
— Mis padres viven en Dinamarca y hace años que no vienen a visitarme, soy hijo único y los amigos que tengo también son hechiceros con vidas hechas, no son esa clase de personas.— intentaba.
Trataba de encontrar la solución más lógica a su problema, pero viviendo en un mundo como el de la hechicería, hablar de fantasmas ya no le parecía tan descabellado.
Noche tras noche su problema se repetirá, incluso si trataba de ignorar ese extraño sentimiento, le resultaba imposible conciliar el sueño, así que optaba por leer algún libro o ver la televisión hasta que su vista no pudiera más y cayera dormido debido al cansancio, descansando solo un par de horas, antes de volver al trabajo a primera hora de la mañana, lo que comenzaba a pasarle factura.— ¡Ya sé! ¿Por qué no le pide ayuda a Gojo-sensei?— propuso.— Él es el hechicero más fuerte, supongo que podría encontrar el problema con solo echar un vistazo.— sonreía alegre.
— Olvídalo, lo último que quiero es tener a ese payaso dentro de mi habitación.— al escuchar las palabras del menor, su corazón se aceleró.
Y muchos recuerdos de su vida en la preparatoria llegaron a su mente.
— Solo será una noche... ¿Cuál es el problema?— cuestionó.
— Si, Nanami... ¿Cuál es el problema por el cual no quieres invitarme a pasar la noche en tu casa.?— detrás de ellos aparecía Satoru, invocado por arte de magia.
— ¿Satoru-san?¿Gojo-sensei? ¿En qué momento?— cuestionaron los dos al unísono.
— Iba pasando.— respondió enseguida.— Y bien... ¿Sobre qué charlaban?— interrogó.
— Nanamin tiene un problema en su casa y quería saber si usted podría ayudarle a resolverlo.— habló sin pensar.
— ¡Yūji!— intento detenerlo, pero fue tarde.
— ¿Qué tipo de problema?— sintió algo de curiosidad.
— No es nada importante, lo arreglaré yo mismo.— suspiro.
— Creemos que hay una maldición que se oculta en su hogar y que no le ha dejado dormir bien últimamente.— volvió a decir.
— ¡Yūji!— estaba perdido.
— De acuerdo, iré más tarde a tu casa, Nanami. Ya que estoy libre, no creo que tardemos mucho.— sonreía divertido.
Esa misma noche, el rubio trato de ordenar su casa de sobre manera, sacudió los muebles, perfumó los sofás, limpió el suelo e incluso cambio las sabanas de las camas aunque estás fueran nuevas.
No quería que su mayor pensara que era un desordenado, tampoco le importaba la opinión ajena, solo necesitaba asegurarse de que su visita fuera agradable.— No pienses en tonterias.— se dijo a sí mismo por lo bajo, una vez que escucho el timbre de su hogar sonar un par de veces.— Pasa, por favor.— abrió la puerta y cedió el paso.
— Lamento la intromisión.— dijo el albino apenas puso un pie adentro.
— ¿Te parece bien revisar toda la casa antes de ir a la habitación?— cuestionó con algo de duda.
— Bien, veamos.— así, ambos iniciaron su recorrido, pasando por la sala de estar, la cocina, un pequeño despacho, subiendo las escaleras hasta las habitaciones de invitados y finalmente ese lugar.
La habitación de Nanami.
— No veo a ninguna maldición, pero si que hay un ligero rastro de suciedad residual que conduce hasta la ventana, pasando a un lado de tu cama.— mencionaba tranquilo.
— ¿Lo dices en serio? Yo no puedo ver nada, ni siquiera Geto-san consiguió algo.— soltó.
Al escuchar aquello, el ceño de Gojo se frunció bajo la venda.
— Bueno, es obvio que no podrían, pero yo soy el más fuerte y no hay nada que no pueda ver.— se echaba flores el mismo.— Si queremos atrapar al responsable y lograr que duermas de nuevo, entonces me quedaré aquí toda la noche, hasta que aparezca.— mencionaba tranquilo.
Incluso si en su interior estaba molesto, Suguru nunca le menciono que había estado en la casa de Nanami.
— En ese caso, traere un futón para que puedas quedarte más cómodamente.— estaba a punto de ir a su armario, cuando la voz del contrario lo detuvo.
— No es necesario, me quedaré despierto toda la noche, haciendo guardia en esta silla.— se dejó caer sobre ella.
— No, eso no puede suceder, no dejaré que pases la noche ahí, es incómoda...— lo interrumpió.
— Vamos, solo serán un par de horas, en cuanto aparezca la exsorcisaré y luego me iré a casa, no te preocupes, el favor me lo puedes pagar después.— sonreía divertido.
Con un suspiro, Nanami accedió.
Luego de platicar un par de minutos, las luces fueron apagadas y hubo silencio. El corazón de Nanami latía a mil por hora, estaba nervioso de que Gojo estuviera ahí, observandolo.
Así no lograría dormir, intentarlo era tonto, se limitaría a guardar silencio.Sin embargo, no se imagino que el cansancio terminaría jugandole mal, haciendo que cayera dormido solo un par de minutos después.
Sintiendo que no estaba solo, su alma se relajo demasiado.Al notarlo, Gojo se puso de pie y se acercó lentamente.
— Nanami... no deberías abrirle la puerta de tu casa a cualquiera..— le dijo, en un susurro casi inaudible.
Su mirada brillosa no dejaba de posarse en el cuerpo ajeno, como cada noche en los últimos días. Ahora que el mismo rubio fue quien le dio la bienvenida, ya no tenía razones para irse, y mucho menos después de saber que Geto rondaba el lugar.
Con un amor obsesivo que guardaba desde la escuela media, había perdido el camino de la cordura, haciendo que sus más profundas emociones se manifestarán en forma de maldición, misma que habitaba cerca de Nanami en todo momento.
🌸 " Miradas profundas " [GoNana] [UA] 🌸
by: Daiki.. 🦆
✨ Parte única. ✨
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As de corazones [GoNana] [One Shot's]
FanficRecopilación de historias GoNana / NanaGo. [Gojō x Nanami] • Universos alternos. • Basados en el manga. • Omegaverse. • Temas delicados. • Contenido para adultos. Obra original: AKUTAMI GEGE.