Ella caminó silenciosamente de puntillas hacía la armeria, vestida con una chaqueta de gran tamaño y el cabello recogido en una coleta improvisada. Esperaba pillarlo desprevenido y parecía que podría funcionar.
-¿König? Susurró suavemente, mirando a su alrededor antes de fijar sus ojos en el austríaco que permanecia de espaldas.
König levantó la vista hacía ella y con un suspiro volvió a su libro. Pasó la página y continuó leyendo, ignorándola por completo.
Ella se quedó en silencio por unos minutos, solo observándolo. Pero luego, se inclinó hacía él y le susurró:
-¿Qué estás leyendo, König?
-Nada importante.
Luego, se inclinó hacía ella, con su rostro a sólo unos centímetros del suyo.
-¿Por qué estás aquí?
Cuando termina su pregunta, finalmente la miró. Sus frios ojos azules se clavaron directamente en los de ella, llenos de molestia.
-Solo vengo a darte algo...¿Puedes por favor mirarme?
König puso los ojos en blanco, dandole la espalda.
-No tengo tiempo para esto, Kleine ... Estoy de servicio.
-No tomará mucho tiempo, ¡Por favor! Solo voltea por un segundo.
Ella caminó hacía él y desabrochó dos botones de su chaqueta de gran tamaño haciendo que la expresión severa de König se desvaneciera y sus ojos se abrieran de sorpresa.
En ese momento, su rostro se llenó de confusión... y excitación. Cuando ese pensamiento entró en su mente, se avergonzó aún más.
-Kleine, ¿Qué estás haciendo?
Tragó saliva y miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca.
Ella se burló de su expresión mientras sacaba de su chaqueta un termo de cafe caliente.
König suspiro aliviado al darse cuenta de que no intentaba seducirlo. Sin embargo, sólo con contemblar la idea, sintió un sonrojo en las mejillas que intenta ocultar bajo su expresión severa. Él sabe que tiene debilidad por ella y eso le molesta.
-No quiero café.
___ miró el termo y luego volvio a mirar a König, haciendo pucheros de broma.
-Pero te lo traje...
Pudo ver las ojeras de Konig bajo su capucha. Las horas sin dormir se le notaban en sus cansados ojos.
-Sólo quiero darte esto, has estado durmiendo muy poco. Ademas yo tampoco puedo dormir y... Creí que tal vez necesitabas compañia.
Dió otro paso hacía él, esperando a que tomara el termo entonces König suspiró, sintiéndose un poco culpable por haber rechazado la ofrenda.
-Bien, Fräulein.
Tomó un primer sorbo antes de volver a mirarla, entonces, se inclinó más cerca y pasó sus dedos por el cabello de la joven.
-Entonces, te despertaste y decidiste que querías verme...
-Sí. Susurro mientras su rostro se calentaba.
König se rió entre dientes y tomó otro sorbo de café.
-¿Siempre les llevas café a los soldados de servicio? Preguntó, sonriéndo.
-Eso... no es realmente importante. Yo sólo... quería verte.
Ella sentia la emocion crecer en su pecho ante las caricias del hombre.
-Fräulein...
-si..?
-Fräulein, ¿Me estás escuchando siquiera?
El rostro de König cambió de divertido a inexpresivo. Terminó su café y luego dejó caer el termo vacío al suelo.
-¿Sabes qué, Fräulein ? Tienes razón, estoy cansado. Y tú eres una distracción de la que podría prescindir.
Agregó:
-¿De verdad crees que te quiero aquí? ¿Que quiero que me sigas como un perro enamorado?
-¿Por qué tienes que ser un maldito cubo de hielo cuando soy amable contigo? La joven lo miró con desdén.
-¡No estás siendo educado! Estás siendo molesto. Espetó el austriaco.
Dió un paso hacía ella, pateando el termo a su paso.
-¿Sabes cuál es la locura? Normalmente no trato a la gente de esta manera... sólo a ti.
Ella se quedó en silencio un momento, mirándolo fijamente.
-No puedes decirme eso... soy tu mejor amiga desde...los 8 años. Negó con incredulidad.
-Bien. ¿Quieres saber por qué estoy siendo tan malo?
Su voz comenzó a hacerse más fuerte mientras continúaba hablando.
-¡Es porque eres una molestia! Donde quiera que voy es simplemente.... ríe "¡Hola König!" O... se ríe exageradamente, burlándose de ella. "¡Tienes que escuchar este chiste!" o... Otra risita exagerada. "¿Quieres escuchar una historia?" o-
Continúa haciendo diferentes voces risueñas, burlándose de la personalidad de ___.
-Incluso la forma en que respiras. Tu voz... y....
Estaba a punto de continuar, pero se detuvo al ver el rostro de ella.
-Lo siento... Murmuro el austríaco.
Ella se quedó callada ante su repentino cambio de tono. Como si no hubiera destruido su autoestima hace un segundo.
Con un suspiro, se inclinó hacía adelante, acomodandole un mechón de cabello.
-Mira, lo siento. No quise ser tan idiota, es solo que...
-Solo queria pasar tiempo contigo, como antes...cuando eramos niños. Murmuró la joven.
Su garganta dolía y fueron las únicas palabras que ella pudo formular en ese momento.
-Fräulein... ya no somos niños... Hizo una pausa y respiró hondo. Todavía estás tratando de aferrarte a algo que ya no existe. Tengo prioridades y no tengo tiempo para jugar a los romances contigo.
Agregó:
-Necesitas poner los pies en la tierra.
König camino sin molestarse en mirar atrás, dejándola en el tenue pasillo.
Ella se quedó un rato, sintiéndo el peso del rechazo. Esta no era la primera vez, pero no podía evitar amar hasta sus defectos...y eso le dolía.
Tan pronto como camino unos pasos, la joven sintió una mano tocar su hombro en medio de la oscuridad.
...
jajaja, no se por q se me vino a la mente esta imagen cuando escribí la parte del termo.
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Miss You | König
FanfictionKönig siempre se mostró frío y distante con ella. La ignoró la mayor parte de su vida mientras ella hacía todo lo posible por hacerlo sentir querido. Pero esa noche todo cambio, los papeles se invirtieron ante la llegada de un nuevo intruso.