Noche sin estrellas

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Por la forma en que Horangi gritaba, estaba rogando clemencia; William le había dejado un ojo morado y ahora quería más.

──En este lugar no respetamos a los desleales.── Gritó mientras golpeaba al coreano.

──Me conocen desde hace años yo no los traicionaria!── Escupió desesperadamente.  ──¡könig por favor!

──Aquí no esta el coronel para ayudarte.──

 El italiano tomo unas pinzas acercándose al dedo del coreano. ──¿Ahora vas a hablar?── 

La brutalidad de William era repugnante, era conocido como el interrogador mas despiadado de KorTac.

Y mientras este amenazaba con desprender sus dedos uno por uno, el rostro del coreano estaba contraído por el miedo.  

 ──Basta──Ladró el austríaco.

Su voz era firme, haciendo que el italiano se detuviera al verlo, su rostro estaba oculto por las sombras de su capucha militar haciendo temblar a todos los presentes en la habitación.

──Coronel, estamos en medio de un interrogatorio.──

──Dejame a solas con él.── Ordenó.

William abandonó rapidamente la habitación, cerrando la puerta detrás de ellos, no sin antes darle una ultima mirada al coreano.

Cuando könig miro las pinzas, tragó saliva.

──König...── 

──Necesito saber la verdad, Horangi──Pidió debilmente el austríaco. ──Todas las pruebas apuntan a ti, ¿Por qué?── 

Un débil silencio permaneció en la habitación mientras los cansados ojos de könig estaban sobre los de Horangi.

──Nunca traicionaría a KorTac, nunca traicionaría a ___ o a ti.── 

El austríaco no supo que decir, por dentro se sentia muerto al escuchar esas palabras y cuando salió de la habitación, se llevó las pinzas con él.

 Estaba atrapado sin saber que camino tomar, por un lado tenía que tomar la decisión:

Ponerse del lado de Horangi o de sus hombres.

...

El británico mantuvo sus ojos pegados al cristal,  en busca de señales de peligro, de vez en cuando su mirada se dirigía hacia ___, que yacía acostada a un lado del fuego.

El silencio era ensordecedor entre los dos, ella quería hablarle pero él estaba tan concentrado y mientras ella lo miraba desde lo lejos, no pudo evitar preguntarse que había debajo de ese pasamontañas.

──mmh, ¿Ghost?

──Dime.

──¿Cuál es tu nombre?── Preguntó suavemente

Era una pregunta sencilla la cuál había esperado hacer desde semanas atrás.

──Es irrelevante.── Respondió.

──¡No lo es! es decir, estaremos en este lugar por tres dias, al menos deberia saber un poco más de ti.── Pidió la joven.

Él consideró sus palabras, pero claramente estaba reacio a hablar sobre sí mismo. 

Entonces la habitación quedó en silencio mientras ambos se miraban a los ojos en un tenso enfrentamiento silencioso.

 Y ella no pudo evitar sentirse decepcionada por su actitud desdeñosa, pero no lo presionaria, ya estaba acostumbrada a tratar con hombres "dificiles."

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