Miss You | König

Pesadillas

Daniel, el compañero de cuarto de könig, un joven de cabello negro rizado y una amplia sonrisa, salió de las sombras. Parecía mucho más relajado que König, como si no llevara un gran peso sobre sus hombros.

—Oye... ¿qué estás haciendo aquí en medio de la oscuridad? 

—Déjame adivinar... ¿Trataste de seducir a nuestro "pequeño" Konig? Ni siquiera tú has logrado romper sus defensas.

Él sonrió y le guiñó un ojo, luego miró el termo de cafe en el piso.

—¿Tú y Konig tuvieron una pelea? Eso no es muy amable de su parte, tal vez le de una lección. 

bromeó juguetonamente para impresionarla, olvidándose que mide 1.70 y könig 2 metros.

Ella volteó los ojos ante la presencia de Daniel, era molesto cuando intentaba seducir a todo lo que se moviera, pero en el fondo era un buen chico.

—¡Oh, vamos, no me mires así ! Él se rió suavemente y se encogió de hombros.

 —Tal vez sea una bendición disfrazada. König difícilmente puede funcionar contigo.

—Estas hablando sin conocerlo...

Daniel se encogió de hombros y  sonrió juguetonamente.

—Oye, no te enojes conmigo por decir la verdad. König puede ser alto y guapo... pero tiene problemas.

Se acercó y le susurró en tono conspirador.

—No le digas que te dije esto... Pero Konig no confía en las mujeres. No después de lo que le hizo su madre. Tiene problemas de confianza. Nunca superarás eso.

___ fruncio las cejas y tomó a Daniel por la camisa estampandolo contra la pared.

—¿Como sabes sobre la madre de König? ¡No puedes hablar con nadie sobre eso! 

La sonrisa de Daniel vaciló ligeramente, parecía genuinamente interesado por su reacción.

—____, ¿Cómo es posible que sepas tanto sobre König? A caso es cierto eso de que ustedes crecieron juntos en un orfanato?

Ella lo miró confundida.

— Espera... ¿Cómo sabes esa información? No, könig no seria capaz de hablar de su pasado en voz alta...

—Él... A veces habla en sueños. Menciona cosas de las que nunca hablaría cuando está despierto, pensé que era una tontería hasta que comencé a prestar atención a lo que decía.

Miró hacía ambos lados y luego nuevamente hacía ella.

—Así que... Él sigue teniento esas pesadillas...murmuró ella.

Él asintió.  —Perdón por lo de antes, no sabía que tu eras esa chica la cuál él susurraba entre sueños. Pensé que eras una de esas mujeres locas que se la pasan tocando a su puerta.

—Daniel, ahora que sabes esto, no puedes contarselo a nadie. Tampoco lo menciones enfrente de él.

—Está bien, está bien... No diré nada. De todos modos llevo guardando el secreto desde hace tiempo.

Daniel la miró, con una sonrisa descarada.

—No te rendirás, ¿verdad? Creo que sientes algo por nuestro estoico futuro coronel.

Levantó una ceja con curiosidad y con un tono juguetón en su voz.

—¿Es eso? ¿Te gusta el chico malo? ¿Estás tratando de salvar a König de sí mismo? Río suavemente.

—Sabes yo también tengo demonios...Necesito un poco de ayuda con eso. ¿Que dic-

La sonrisa de Daniel se desvaneció mientras ella se alejaba, perdiéndose en el pasillo, ignorando sus intentos de llamar su atención.

—Oye... oye, ¡espera! ¿A dónde vas? ¡Vuelve! Suspiró, cruzándose de brazos y apoyándose contra la pared.

—Esperaba algo de diversión...