Capítulo 1

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Una aclaración, aqui todos son humanos.


El bus llego rapido a su destino, aunque por poco no se baja de este al estar tan pensativo en la carta que recibió, una vez fuera del vehiculo se encamino a la estacion de policia, las calles estaban semidesiertas al ser demasiado temprano, algunos también tenían que ir a trabajar, encontrándose en frente del edificio saludó al guardia que lo dejó pasar, era una mañana tranquila, a comparación de otros días donde los oficiales corrían de un lado para otro, se dirigió al armario donde guardaba su uniforme asignado.

—Oh ya estás aquí Blitz— lo recibió su compañero Maxwell, o como el apodo cariñosamente…

—Moxxie, que bueno verte de nuevo— pasó su mano amistosamente sobre sus hombros mientras sacudía su cabello con la otra.

—Insisto, con decirme Max era suficiente— el muchacho más pequeño que él se separó de su agarre para tomar sus herramientas de trabajo.

—Nah es demasiado común, además Moxxie es mucho mejor ¿a que si?— su conversación se ve truncada por la alarma de las 5:00 am, momento en el que debían empezar con su empleo.

Las siguientes horas de la mañana se la pasaron entre barriendo y trapeando pisos, recogiendo papeles inservibles, ordenando escritorios desocupados, entre otras labores, pero la mente de Blitz estaba en otro lugar, aún rodaba en su mente ese maldito párrafo de advertencia, necesitaba una solución para no perder su única oportunidad de salir adelante, si bien sentía que la universidad era una pérdida de tiempo, estaba aprendiendo algunas cosas que por su cuenta no lo haría, y si que necesitaba de esa información para cumplir su objetivo.

Quería tener su propio negocio, aún no estaba seguro de que iba a ser, se consideraba a sí mismo alguien que le gustaba hacer de todo, y que al final dejaba sus proyectos a mitad de camino, pero tenia claro que lo lograria, solo necesitaba encontrar algo a lo que quisiera dedicarse el resto de su vida mortal.

Aproximadamente a las ocho se tomó uno de los descansos que tenía permitidos en su turno, aprovechando para acercarse al despacho de uno de los trabajadores de la comisaría, no para reunirse precisamente con este, sino que ahí se encontraba la practicante a su cargo, hace poco tiempo que había llegado a trabajar ahí, y sintió más amabilidad de su parte que de ningún otro en el edificio, además de Moxxie, descubrió también que estudiaban en la misma universidad, pero en diferentes carreras y tiempo, ella estaba a punto de graduarse.

—Charlie, ¿se puede?— preguntó asomando su cabeza a través de la puerta, encontrándose con la chica rubia acomodando unos papeles sobre el escritorio de su jefe.

—Oh Blitz, que gusto verte ¿necesitas algo?— dirigió su mirada hacia él, regalándole una sonrisa amable.

—Si, quería saber si pudiste averiguar algo de lo que te dije— la miró con ojos esperanzados, esperando a que la respuesta fuera positiva.

—Como me gustaría decirte que sí, pero no he podido encontrar el nombre de tu hermana en ninguna de las listas— le dijo con un poco de pesar, ya que sentía que no le estaba ayudando en nada a su amigo.

—No te preocupes, no quisiera meterte en más problemas— recordando un incidente pasado en el que ambos fueron regañados por acceder a la base de datos de su jefe, pero la peor parte se la llevó Charlie, dejándola en la mira de todos. Por lo general, la gente siempre tenía algo bueno que decir sobre ella, debido a su actitud naturalmente dulce, sin embargo en ese ámbito, donde se ajusticiaba a los criminales, los demás la veían como una niñita que vive en su mundo de arcoíris.

—Sabes que siempre estaré dispuesta a ayudarte, solo dime lo que quieras— hizo un gesto con la mano imitando un saludo militar.

—Jeje, lo se y siempre te lo agradecere— miro el reloj en la pared de la oficina, dándose cuenta de que su descanso iba a la mitad, pero antes de retirarse recordó algo importante —De hecho, si hay otra cosita en la que me podrias ayudar—

Purple NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora