Capítulo 12

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Los días siguientes, Dan vio la nariz de Jaekyung recuperando su color natural, volviendo a la normalidad. Sus ojos seguían siendo burlones, su sonrisa de lado sardónica y su nariz, gracias a los dioses, seguía recta y puntiaguda. Dan había empezado a mirarla con más detenimiento desde el golpe que le había dado. Era bonita.

No habían hablado sobre el incidente y Dan se moría por preguntarle por lo que le había dicho. "Es la primera vez que alguien me hace sangrar la nariz". Tenía que ser una broma, y una de mal gusto. Jaekyung llevaba años practicando Artes Marciales Mixtas y otros años más compitiendo a nivel élite. ¿Cómo era posible que ningún peleador se hubiera acercado lo suficiente para golpear su nariz? ¿Quería decir que nadie nunca le había golpeado? ¿Qué había de la vez que perdió? El entrenador había mencionado eso sobre la temporada pasada. ¿Qué sucedió para que Joo "El Emperador" Jaekyung haya perdido? ¿Tenía que ver con su ritual previo?

Aunque era imposible para él entenderlo, eso explicaría la actitud de los chicos. Empezó con el comentario de Daehyun y pronto todos le habían mencionado algo sobre entrenar con él y el buen gancho izquierdo que tenía. Dan no era zurdo y genuinamente creía que todo había sido un conjunto de circunstancias que como el mazo de un juez le habían condenado. Era como una bola de metal atada a su tobillo que tenía que cargar.

A pesar de que no había cambiado nada entre él y Jaekyung, no podía evitar sentirse terriblemente culpable. Al inicio, la hinchazón no parecía bajar y Dan creyó que Jaekyung pasaría el resto de su vida con una bola de piel en lugar de nariz. Lo había tranquilizado diciendo que el doctor dijo que era normal. La actitud insistente de Jaekyung por consolarlo, cuando había sido Dan quien le había lastimado, le hacía sentir más culpable. Y un poco tímido. Y un poco más feliz. Y un poco más orgulloso. Muy profundamente, estaba sorprendido de haber podido aterrizar un golpe. Un golpe fatal, pero un golpe al final del día.

Estaba aliviado de no haber arruinado el avance en su relación. Todo seguía igual, incluso Dan creía que era mejor. Como si el haber intercambiado unos golpes y sangre hubiera reforzado su relación de compañeros. Eran casi amigos. ¿Quién hubiera pensado que todo lo que se necesitaba para ser más cercanos era un gancho a la nariz?

En una de las sesiones, Jaekyung había bromeado diciendo:

—Deberías darme un masaje en la cara.

Estaba recostado en la camilla, su pálida cara interrumpida por un moretón violáceo que se extendía hasta sus mejillas y sus ojos, como una mancha de pintura. Dan había empezado a notar que Jaekyung era un hombre de hábitos. Siempre elegía el mismo ring para entrenar, el mismo saco para golpear, la misma camilla para la terapia y sus atuendos siempre estaban coordinados por colores. Llevaba una camiseta desmangada y un pantalón de chándal gris, ya que los primeros días de octubre habían traído consigo vientos fríos de otoño y Dan había empezado a traer un suéter todas las mañanas, camino al gimnasio.

—No creo que funcione —contestó conteniendo la risa. Era absurdo hacerle un masaje en la nariz, en todo caso, Dan no confiaba en sí mismo cerca de la cara de Jaekyung. Ya no.

Continuó con el masaje en sus hombros, aplicando suficiente fuerza para hacerle gruñir levemente.

—Sí, podríamos intentarlo —sus ojos mostraban que hablaba en serio, pero su sonrisa hacia dudar a Dan—, tienes manos fuertes.

—¿Entonces no tengo manos débiles y temblorosas? —citó Dan, recordando lo que Jaekyung le había dicho el primer día que se conocieron—. ¿Tengo cerebro, fuerza y una cara bonita?

—Estaba diciendo tonterías.

—Sí, como todos los días —murmuró, viendo como Jaekyung ensanchaba su sonrisa. Casi rodaba los ojos. Casi—. Pero no contestó la pregunta, ¿tengo cerebro, fuerza y no soy solo una cara bonita?

Jinxed JawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora