Jinxed Jaw

Capítulo 27

Dan no asistió a la pelea.

El sábado despertó entrada la tarde, tenía los ojos hinchados y la cabeza le dolía. Había llorado hasta quedarse dormido, acurrucado con bim bajo las mantas que no podían calentar su cuerpo sin importar cuantas se pusiera encima, incluso había dormido con los guantes puestos. Dan quería creer que era por el frío, pero sabía en su interior el verdadero motivo del por qué no quería despegarse de ellos.

Arrastró sus pies hacia la cocina, bebió un vaso de agua y observó por demasiado tiempo la barra frente a él. ¿Cuándo se convirtió su vida en todo este circo? Estaba cansado y todos los sentimientos de los últimos días fueron lavados por sus lágrimas, haciéndolo sentir como una carcasa vacía flotando sin rumbo.

Trató de comer algo, pero el nudo en su garganta no le permitió pasar bocado, alimentó a bim y se lanzó en el sofá, observando la televisión apagada. No quería hacer nada, quería quedarse en su apartamento y hundirse en sus sentimientos, necesitaba esa liberación. Así que llamó al entrenador para decirle que no iría a la pelea de esa noche. Técnicamente, no era su obligación, había empezado a ir por invitación del entrenador y continuó porque le gustaba ver a Jaekyung pelear.

El entrenador Nam Wook no le cuestionó nada a pesar de la voz apagada que escuchó de Dan, le aseguró que no era necesaria su asistencia, Dak Ho se encargaría de cualquier cosa, y Dan se tranquilizó.

Había planeado tratar de ir a la cama temprano, para no pensar en la pelea que sucedía en alguna parte de la ciudad, no pensar que Jaekyung estaba ahí sobre un ring con su hombro lastimado, no pensar en lo lejano que estaba y no pensar en la necesidad que Dan tenía por estar cerca de él, como sea que Jaekyung quisiera tenerlo.

A través de la pantalla, Dan no lo reconocería como su Jaekyung. En parte, dejaba un espacio en su pecho que le daba el beneficio de la duda, Jaekyung nunca le diría que era una puta y le ofrecería dinero para acostarse con él, su Jaekyung le decía "manzanita", le regalaba guantes de lana costosos y lo besaba hasta quitarle el aliento. ¿Estaba siendo patético? ¿Era un mecanismo de supervivencia que Dan se estaba haciendo creer para no sentirse decepcionado y herido? O tal vez, Dan no concebía la realidad de haberse enamorado de alguien que lo trataría así, era imposible. Dan no merecía ser tratado así, él lo sabía y no quería eso.

Dan quería saber la verdad, quería saber si Jaekyung lo veía como una puta, como un compañero sexual dispensable, necesitaba oír las palabras, crudas y honestas, para poder dejar de amarlo. ¿Era un idiota o solo estaba enamorado? Dan empezaba a creer que ambos.

Estaba ansioso por hablar con Jaekyung. Nada de eso hubiera pasado si hubiera hablado con él desde el inicio, si hubiera hablado sobre sus sentimientos cuando Eun se lo dijo, si no hubiera sido tan cobarde tal vez no estaría ahí, lamentando todas sus decisiones y tratando de contratar un canal de paga para poder ver la pelea de esa noche.

No podía. No podía no ver a Jaekyung, no cuando cada célula de su ser brincaba en expectación ante el pensamiento de esos ojos y ese cabello negro. ¿Era mejor amar o nunca haber amado? Dan agradecía amar, agradecía sentir, y a pesar de ahogarse en sus sentimientos, estaba vivo.

Por un momento, estuvo a punto de llamar a Eun, necesitaba una perspectiva sobre lo que Dan había escuchado. Tal vez había malinterpretado las cosas, o tal vez no se había enfurecido lo suficiente. Eun le diría la verdad. Al final, decidió que no tenía caso molestar a Eun, no cuando Dan todavía deseaba salir de su apartamento y correr a la arena donde Jaekyung seguramente estaba practicando con el entrenador, Yoon estaría hablando con Dak Ho, y Dan entraría para desearle suerte en la pelea, como lo había hecho todas las veces anteriores.

Fue más complicado de lo que creyó contactar a su servicio de cable y pagar por el canal donde Dan sabía por la programación que Jaekyung pelearía. Después de diez minutos y un intento de Dan por cancelar todo, hundirse bajo las sábanas y no pensar de nuevo en nadie, estaba viendo un partido de basquetbol. Su pierna subía y bajaba, en un vaivén nervioso. Bim lo observaba desde la esquina del sofá y Dan se levantó repentinamente, corriendo hacia el baño para tomar una ducha. Quería distraerse para que la hora que faltaba pasara más rápido.