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LOITSCHE 21 DE SEPTIEMBRE DE 2007

Me palpitaba la cabeza de tanto pensar, la forma en que era tan estúpida en matemáticas era irritante. Las facturas estaban todas mal, intenté hacer mis ejercicios en casa, pero parecía que solo empeoraba.

Hoy no fui a la escuela, por alguna razón no tenía ganas de salir de casa por nada. Tenía la nariz tapada, una gripe insoportable me enfermó justo en plena semana de simulación. Le dije a Karina que estaría ausente y ella también estuvo ausente junto con Bryan.

--- ¡QUÉ MIERDA! --- Grité lanzando mis cuadernos contra la pared de mi habitación.

Frustrada. Estoy completamente frustrada porque no puedo pensar. Tal vez sea porque me siento "rara" de alguna manera, últimamente ni siquiera me entiendo a mí misma. Se suponía que mis sentimientos estaban crudos, pero no, estoy... ¿Nerviosa? ¿Ansiosa? ¿Con miedo? No sé. Pero creo que era consciente de que algo malo iba a pasar.

Miré las puntas de mis dedos, que ya estaban blancos de tanto apretarse entre sí por irritación. Oí un coche aparcar delante de mi casa, me levanté y me acerqué a la ventana.

Karina se bajó del taxi al lado de Bryan, ambos llevaban bolsas en brazos. Fruncí el ceño y corrí escaleras abajo abriendo la puerta principal, porque al no abrirla Karina ya tenía un escándalo que armar y quejarse. Cuando abrí la puerta de la casa, la rubia entró sin decir nada y pasó junto a mí como si la casa fuera suya.

--- Buenos días Margot. --- Bryan sonrió mientras entraba.

--- ¿Buen día? --- Respondí, un poco confundida. --- ¿Qué están haciendo aquí?

--- ¿Qué sucede, Margot? ¿Dónde pones la educación? ¿En tu agujero negro? --- Karina me miró. --- Vinimos a resfriarnos contigo.

--- Probablemente estaré ausente hasta el fin de semana, se perderán el simulacro. --- Dije para que se fueran y yo estuviera sola.

--- AL DIABLO ESTO. --- La rubia respondió despacio. --- Te llenaremos de amor y mejorarás.

Puse los ojos en blanco y caminé hacia la mesa, sacando las cosas que trajeron de las bolsas. Estaba lleno de dulces, chocolates, piruletas y botellas de cerveza. Vinieron a hacer de todo aquí a mi casa, menos ayudarme a mejorar.

--- Pero dime, no nos dijiste cómo era la casa de ese tonto. --- Bryan me sonrió con picardía mientras me ayudaba con las bolsas.

--- Ah... No fue gran cosa. ---

--- ¿No hicieron nada mas? --- Karina me miró incrédula con juicio.

--- Era la primera vez que iba a su casa, idiota. No me voy a ofrecer así en bandeja. --- Ambos se miraron esperando que dijera que era mentira.

--- Tú mismo dijiste que querías que estos rumores sobre Kaulitz terminaran, si te quedas con Luka, terminará. --- dijo Bryan.

--- Sí, quiero que termine. Pero no quiero que me conozcan como una puta. --- Respondí.

--- Amiga, es solo Luka. Si te quedas con él y luego encallas de nuevo, nadie te reconocerá como una puta. --- Continuó Karina.

Tenía razón, la valoraba demasiado por miedo a que me compararan con Teresia. O tal vez simplemente tenía miedo de que a Tom se le ocurriera un nuevo apodo y la gente volviera a juzgarme, eso me estaba atormentando más de lo habitual. Incluso fue gracioso cómo dejé de hacer tantas cosas sólo para evitar ser juzgado por Kaulitz. Que idiota. Vivir con miedo de una persona que llegó a tu vida sólo te impide juzgar, porque Tom nunca ha hecho nada por mí y tampoco le importa. Recién empezó a entrometerse en mi vida, o a darme adelantos de lo que pasará si no hago tal cosa, ¿debería preocuparme o dejarlo pasar? No mencionaré que lo vi en la casa de Luka mirándome como loco.

ᴅɪᴇʙ  |  Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora