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LOISTCHE 25 DE SEPTIEMBRE DE 2007

𝗣𝗢𝗩'𝗦 𝗧𝗢𝗠 𝗞𝗔𝗨𝗟𝗜𝗧𝗭

--- Gracias... --- Agradeció Margot, bajándose del auto de Luka.

Desde la semana pasada, los dos han estado yendo juntos a todas partes. Y lo que más me irrita es el hecho de que ella no me escucha, que es un idiota, y estoy tratando de advertirle. Fueron al cine el viernes pasado a ver una película de terror, fueron a cenar a un autoservicio y el fin de semana ella volvió a ir a su casa. Ayer en el recreo ella, Karina, Luka y Bryan estuvieron charlando todo el tiempo como si se conocieran desde hace años. Sin mencionar que lo escuché decir que iba a invitarla a salir con él pasado mañana.

Cuando vi a Margot entrar a la casa, pude ver a Luka seguirla con la mirada y luego salir en el auto. Y hoy vine aquí para arruinar el plan de este hijo de puta.

Margot es sólo mía y si cree que puede venir a robar las mujeres de otros, se equivoca. Me subí los pantalones mientras iba a mi auto, tomando prestada la patineta de Georg, miré a mi alrededor para ver si alguien me estaba viendo y froté mi rodilla varias veces contra un árbol allí para que pareciera que me había caído mientras andaba en patineta. Cuando finalmente mi rodilla estuvo lo suficientemente raspada como para tener sangre, llené mis manos con arcilla y mis pantalones donde lo había arañado y rasgado la tela.

Y por eso fue bastante real. Suspiré profundamente y caminé con dificultad hasta la casa de Margot, tocando la puerta.

--- Hola... --- Abrió la puerta, cruzándose conmigo y cerrando los ojos.

--- ¿Tú otra vez, perra? ---

--- Yo tampoco quería ver tu cara, pero terminé cayéndome y necesito limpiarme la rodilla. --- Respondí levantando un poco la pierna para que pudiera ver.

--- Está bien, entra. --- Ella resopló y puso los ojos en blanco. Me dio espacio para entrar y sonreí victorioso.

No fue como si nunca hubiera estado aquí, porque he estado aquí miles de veces. Pero claro, sin que Margot lo sepa.

--- No sabía que patinabas. --- Ella habló, un poco sospechosamente como una caja de medicinas.

--- No patino, pero necesitaba hacerlo hoy. --- Respondí, tratando de convencerme de que ella lo creía.

--- Siéntate, seré amable y te ayudaré para que dejes de molestarme en la escuela. --- Dijo, y allí me senté en una silla mientras Margot se inclinaba frente a mí, colocaba mi pierna sobre la de ella con cuidado y analizaba mi rodilla.

--- Te has mejorado de la gripe, ¿no? --- Pregunté mirando fijamente a la rubia con la cabeza gacha, aplicando algo sobre la herida.

--- Luka trajo algunas medicinas. --- Respondió, sin mirarme.

--- Vaya, ¿qué es él? ¿Tu novio? --- Me burlé, no queriendo mostrar lo enojado que estaba por el pelirrojo.

--- No. El no es mi novio. Y si lo fuera, no sería asunto tuyo. --- Ella me sonrió, sarcásticamente.

--- ¿Sería asunto mío si sé algo que tú no sabes? --- Bromeé con ella con una sonrisa maliciosa. Margot se limitó a reír, sin creerme.

--- Depende de lo que sería. --- Dijo inclinándose nuevamente para poner un paño sobre la herida.

Tenía exactamente dos segundos y medio para pensar en una mentira sin que ella se diera cuenta de que era mentira y sin que yo supiera cómo la iba a poner en práctica.

--- Escuché que Luka te iba a invitar a salir... --- dije y ella me miró. --- Pero te hará pasar un mal rato si no le das nada, porque hasta donde yo sé, no hiciste mucho. --- La miré fijamente, queriendo una respuesta sobre si lo hicieron o no.

--- No, no lo hicimos. --- Me respondió Margot quitando mi pierna de la suya, mientras yo la seguía con la mirada fija. --- ¡Y aunque sea verdad, no te creeré!

--- Lo que sea. --- Me puse de pie, convencido de que ella lo creería por las buenas o por las malas. --- Cuando te haga llorar, no digas que no te lo avisé.

--- ¿Sabes por qué no te creo? --- Ella se acercó colocándose frente a mí. --- Porque estás actuando como mi madre, entrometiéndote en mis asuntos y fingiendo que te importa.

--- ¿Y sabes por qué me meto en tu vida? ¡Porque el único que puede hacerte llorar soy yo! Soy la única persona que puede hacerte derramar una lágrima, los demás no. --- Di un paso, bajando un poco la mirada para mirar sus ojos azules.

--- ¡Nunca me hizo llorar, idiota! Luka simplemente me hace reír. --- Sonrió.

--- Así que ahora llora en su funeral, amor. --- Le susurré al oído y me giré para irme.

Margot no dijo una palabra al respecto y tampoco me impidió irme. Cuando salí de su casa y cerré la puerta, estaba seguro de que ese Luka estaba jodido. Espero que su familia espere que no lo encuentre solo en medio de su familia, porque si lo veo... lo mataré. Antes de Luka nadie se atrevía a acercarse a mi Margot, todos sabían exactamente la línea que debían seguir. Y ahora tengo que preocuparme de competir con un mimado, porque hace "feliz" a Margot. Puedo muy bien hacerla feliz también, y ahora que lo pienso... ya sé lo que voy a hacer para eso.


[...]

--- Era más fácil hablar con ella, ¿verdad? --- Georg me miró convencido, mientras tomaba un sorbo de su cerveza.

--- Si quisiera hablar, iría a un psicólogo. --- Respondí dando una calada a mi cigarrillo mientras miraba el movimiento en la calle desde el balcón.

--- La terapia sería lo mejor para ti. --- Bill se rió, mientras se arreglaba el cabello puntiagudo.

A diferencia de ellos, no estaba bromeando. Sólo imaginar a Luka saliendo con mi chica me hacía sentir ansioso. Él y su escroto, esos ojos estúpidos... ¡todo me daba asco! Estaba dispuesto a sacar a cualquiera de la vida de Margot además de mí, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa sólo por ella, moriría por ella y mataría por ella. Y acabar con esta inclusión no será dilena a partir de ahora. No nací para interactuar con los demás, mi competencia siempre es conmigo mismo.

Nadie me la quitaría, ni siquiera la muerte podría hacerlo. Ella es mía y yo soy suyo y todo el mundo lo sabe. Mi plan ya estaba formado en mi cabeza y lo ejecutaría solo, porque ninguno de los otros chicos me apoyaría si supiera lo que quería hacer.

--- Simplemente no vas a matar al tipo, ¿verdad? ---Preguntó Gustav, mientras yo permanecía en silencio. --- Lo tomaré como un "Sí, Gustav".

--- Si tiene suerte, podrá resistir. --- Me reí, mirando al rubio que abrió mucho los ojos.

--- Tom y su obsesión. --- Georg puso los ojos en blanco.

--- ¿No sería más fácil decirle que te gusta? --- Dijo Bill, pareciendo obvio.

--- Pero ella no me "gusta", estoy loco por ella, harto de cada detalle de ella. --- Respondí.

--- Entonces dile eso, eh. --- continuó Georg.

--- Oh, ella no lo creería y pensaría que esta loco. ---Gustav lo miró.

--- Pero lo esta. --- Bill completo. --- Ya sabes, pero no voy a sacar a nadie de la cárcel por asesinato.

Los ignoré mientras los tres seguían dándome mil razones para hablar con Margot. Pero para mí esta pequeña charla es tan aburrida que la prefiero a mi manera.

ᴅɪᴇʙ  |  Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora