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𝗟𝗢𝗜𝗧𝗦𝗖𝗛𝗘 27 𝗗𝗘 𝗦𝗘𝗣𝗧𝗜𝗘𝗠𝗕𝗥𝗘 𝗗𝗘 2007

--- ¿Puedes dejar de caminar? --- Preguntó Karina sentándose en la cama de la cabaña donde estábamos.

Ya me dolían los pies de tanto nerviosismo. Mis ojos aún no podían creer lo que veían, era imposible que esto fuera normal y era imposible que fuera real. ¡Tom Kaulitz tenía un tatuaje en mi honor en la espalda!

Si fuera cualquier otra persona, probablemente no me importaría, sólo sería un lunático más fascinado por mi belleza. Pero Tom no es un cualquiera, precisamente porque me critica por mi apariencia, por mi manera de ser. Y ahora se tatúa mis ojos en la espalda diciendo "mi Margot".

¿Desde cuándo esto se volvió normal?

Tom está loco y quién sabe qué cosas ha hecho pensando en mí. Lo cual me hace creer que no estaba soñando cuando entró en mi habitación y me estranguló hasta que me desmayé. A Karina todavía no le he dicho nada sobre esto, porque me mataría por no haberle dicho nada a alguien.

¿Pero qué haría ella? Nadie tiene pruebas concretas de que Tom estuviera en mi casa esa noche.

--- Karina, ¿cómo puedes estar tan tranquila? --- Dejé de caminar sólo para mirarla con su rostro neutral.

Ella suspiró.

--- Margot, fuiste la única aquí que no se dio cuenta del loco amor de Tom por ti. --- Se burló. --- Estaba en tu cara, Todos lo han visto! Incluidas las zorras Trina y Teresia.

Sacudí la cabeza y caminé de regreso.

--- Está bien, tal vez no me di cuenta antes. --- Estuve de acuerdo, pasando mi mano por mi cabello y tirando de él ligeramente. --- ¿Pero desde cuándo era normal tener un tatuaje que dijera "mi Margot"? ¡Esto no es normal Karina!

--- Ahora lo es. ---- Ella sonrió levantándose. --- Vamos, la mitad de las chicas del instituto matarían por estar en tu lugar ahora mismo. Usa esto a tu favor y luego, no sé, deshazte de Tom como sinónimo de venganza.

Me calmé y respiré profundamente. No fue una mala idea.

Pero Tom puede ser muy...

--- Lo peor que puede pasar es que te mate después. --- Sonrió Karina, con picardía.

---- Payasa. --- Puse los ojos en blanco, empujándola ligeramente.

De todos modos, Karina tenía razón. Si quisiera mejorar mi postura en la escuela, tendría que aprovechar esta obsesión.

Oímos abrirse la puerta de la cabaña donde nos alojábamos. Hasta entonces, tendríamos cuatro niñas en cada cabaña y los demás niños se quedarían al otro lado, lejos de las niñas.

Una chica rubia, con la barriga asomando a través de la camiseta y un poco de peso, entró al chalet junto con una morena de pelo negro rizado y un piercing en la ceja. Nos miraron, buscando algún tipo de reconocimiento facial. De hecho, deberían ser de la otra aula de tercer año.

--- ¿Quiénes son ustedes? --- Preguntó la rubia colocando uno de sus bolsos sobre la cama.

--- Sería más fácil si te preguntáramos quién eres. --- Respondió Karina, a su manera "dulce".

La morena parecía tranquila, pero siempre con el ceño fruncido.

--- Debes ser Karina Hiedler. --- La rubia continuó. --- La que tiene un rey en el vientre y se cree dueña del mundo, Teresia ya habló de ti.

Karina puso los ojos en blanco, con una sonrisa maliciosa.

--- No espero nada de Teresia, pero creo que eres tú la que tiene el rey en el vientre, ¿no? Para que ella sea.....

ᴅɪᴇʙ  |  Tom Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora