XVI [Fin]

12 0 0
                                    


Y como si de un primer beso se tratara, tomo sus mejillas de la manera mas dulce gentil y delicada, acercando su rostro al contrario, esperando a que sus narices rosaran, hasta que en un suave toque que como el sol que brillaba en verano, las relajaba, las arrullaba, las dejaba disfrutar de lo bueno de la vida, las juntara, y dejara que las dos tranquilamente se amaran.

Y en ese momento, Camila, quien había dicho ya no tener sentimientos, soltó una lagrima, que rápidamente limpio, dejando que aquella herida abierta por fin cerrara, dejando que por fin su corazón volviera a sentir, dejando que por fin la volviera a encontrar, se volviera a encontrar.

-Yo también, cielo. - Dijo la castaña con voz entrecortada, respondiendo a las palabras que la pelinegra de lindos ojos había dicho hace ya varios minutos, mirándola con dulzura y dejando caer sus labios sobre los contrarios con delicadeza en un beso corto que dejaba todo lo que sentía en claro.

Camila tomo su mano, la miro, la acaricio, y la acercó a su rostro, simplemente para poder sentir que todo era real, que no era otro mas de esos sueños que tenia todas la noches, simplemente para sentir que ella no se iba a volver a ir, para sentir que no se iba a volver a alejar, para sentir, que ella siempre seria la luz de su vida, la que alumbraría su camino y que ahora estaba ahí para sacarla de la oscuridad, simplemente para asegurarse de que esta vez, no todo iba a salir mal.

Cerro los ojos con delicadeza y una imagen mental se hizo presente en ella, ahí estaba una niña, casi adolescente pelinegra, con piel morena, un corte de cabello algo extraño, pero que sin embargo lucia bien y una blusa blanca que estaba fuera de la falda de su escuela, parada, con una mirada tranquilizadora que trataba de decir que no se preocupara, que esta vez todo iba a salir mejor, y que aunque no todo seria perfecto, ahora estaba segura, ahora podrían ser un poco mas felices de lo que fueron antes, ahora ya no las separarían, ahora, luego de tanto tiempo, podían ser libres.

Porque eso es lo que merecían, ser libres, ser felices.

-Por favor, vuelve. - Dijo la pelinegra, tomando las dos manos de la castaña y uniéndolas con las suyas, apretándolas suavemente.- Te extraño, te necesito. Dime que volverás, dime que serás nuevamente la luz que guie mi vida, que me ayudaras a sanar, dime que no te iras, y prométeme que aunque no todo sea perfecto, seremos mas felices de lo que fuimos antes, que seremos libres, y que no soñaremos, con la libertad.

Y aunque Camila no esperaba un reacción de Romina, ella la abrazo, la tomo entre sus brazos y nuevamente, lagrimas empezaron a brotar de sus ojos, pero esta vez era diferente, esta vez, ya no todo era malo, porque sabia que aunque iba a ser difícil enfrentar todos los problemas que un amor obsoleto, prohibido y no aceptado por la sociedad tendría, iban a estar juntas, la una brillando para la otra, porque para ella, Camila nunca fue el camino que necesito iluminar, para ella Camila siempre fue la que la ayudo a brillar.

- Te lo prometo, te prometo que te amare, te prometo que esta vez seremos felices, que esta vez no te dejare, que esta vez estaremos junta, te prometo que esta vez, aunque no todo sea perfecto, vamos a ser libres. - Termino Romina uniendo sus labios por ultima vez en un cálido beso, que como un libro, dejaba en claro todas la incógnitas, los sentimientos, las dudas y las palabras que se debían decir la una a la otra.

Y ahí, en medio de una desolada biblioteca yacían dos chicas, que se amaron hasta la eternidad, hasta volver a encontrarse. Dos chicas, que aunque la sociedad las separo, que aunque no aceptaron su amor, nunca dejaron de amarse, porque se amarían hasta volverse a encontrar, y eso no se podría cambiar.




Fin



Volverse a encontrarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora