Bella Ricci, una modelo que apenas empieza en el mundo de la moda decide salir de fiesta para celebrar el 20 cumpleaños de su mejor amiga sin saber que esa noche marcaría un antes y un después en su vida.
La mente de Bella pasó de ir a kilómetros por hora a quedarse completamente congelada.
Las palabras de Abel fueron difíciles de procesar, pero sabía que no podía responder ante algo así. No habían palabras suficientes para compensar todo lo que Abel había dicho.
Sin tan solo fuera capaz de decirle que por más que llevaran poco conociéndose no se imaginaba otra cosa que una relación con él, o que aún que fuera The Weeknd y tuviera miedo, lo único que quería era estar con él. Quería decirle que si él de verdad quería estar con ella, entonces todos esos miedos se esfumarían de su mente.
Pero en vez de decirle todo aquello, solo fue capaz de agarrar de nuevo sus mejillas y besarle otra vez. Esta vez fue un beso mucho más suave y calmado, el deseo seguía ahí, pero mostrado de manera más sutil.
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Al separarse esta vez no sintió nada más que paz. Todos los miedos se habían esfumado y tan solo le importaba el hecho de que tenía frente a ella a un hombre que realmente sentía algo por ella, aún que aún no lo tuviese muy claro.
—¿Qué quiere decir eso? —preguntó Abel con una pequeña sonrisa a centimentos de sus labios.
—Quiere decir que siento lo mismo que tú, y que a partir de ahora me dará igual todo. —respondió segura mirándole a los ojos fijamente.
La sonrisa de Abel se amplió al oír aquello. Estaba orgulloso de haber cambiado su mente en apenas segundos y sobre todo estaba feliz de que el sentimiento fuese mutuo. Aún no tenía claro si estaba enamorado de ella ya que para él el hecho de enamorarse era muy fuerte, pero estaba seguro de que sentía algo por ella.
—No quiero que te vayas... —dijo Abel algo apagado sabiendo que en unas horas debía volver a su casa.
—Yo tampoco quiero irme. —respondió Bella de la misma manera. —Pero podemos vernos mañana por la mañana.
Abel sonrió de nuevo al pensar que la volvería a ver a la mañana siguiente y se sintió mejor. ¿Desde cuándo se había vuelto así? Después de su última relación se había vuelto muy frío, no quería nada con ninguna mujer y tan solo le interesaban las putas, pero al parecer Bella había venido para cambiarle por completo.
—Me parece bien... —le dio una nalgada leve y volvió a su sitio para seguir comiendo.
Bella rio ante la nalgada y le sacó el dedo ya que le había hecho un poco de daño.
—¿Quieres que vayamos a dar una vuelta con el coche antes de que te vayas? —preguntó Abel tras darle un sorbo al café.
—¡Siiii! —exclamó Bella al momento con entusiasmo.
Desde muy pequeña siempre le gustaron los coches gracias a su padre. Se sabía todos los modelos de todos los coches deportivos y no había ni un solo día que no se girase al escuchar un motor potente.