Capítulo XI: La pelea entre Armando y Michell

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Beatriz subió las escaleras con una sonrisa, llevando la bandeja en sus manos.

-Armando, despierta mi amor, antes del amanecer, te traje algo muy fuerte para que recuperes la fuerza que te quité. Oj oj oj (dijo Beatriz, mientras abría la puerta)

Pero la escena que presenció cuando abrió la habitación la hizo soltar la bandeja: Armando estaba acostado en la cama, totalmente desnudo, con la parte inferior envuelta en sábanas de seda roja y el pecho al descubierto. Michel estaba encima de Armando con una estaca en una mano y un martillo en la otra. Estaba a punto de clavar la punta afilada en el pecho izquierdo de Armando cuando escuchó un grito y un ruido.

-¡Michell! ¿Qué haces?

-¡Beatriz! ¡No iba a volver ahora!

-Me dijo que no le haría nada si no me hacía daño y no lo hizo, no me mordió. Es incapaz de hacerme daño.

-Te equivocas, por estar enamorada. Se resiste a tener que morder para tener la coartada perfecta. Me alegro de que no te muerda, pero ¿cómo pudiste entregarte a él, cómo podría Beatriz ser la esposa de un vampiro? ¿No quieres casarte y tener hijos?

Armando dormía inconsciente en la cama, después de luchar por resistirse a morderla y hacer el amor tres veces. Pero de alguna manera, los escuchó, en sus sueños.

-Sí, siempre fue mi sueño, pero los dejo para estar con Armando.

-¡No puedes quedarte con él, lo destruiré! (dijo apuntando la estaca de nuevo)

-¡No! (dijo Betty saltando sobre Michel)

-No hagas esto Beatriz, tengo una misión.

-Armando es un buen hombre.

-¡Cállate! Necesito concentrarme.

Armando abre el ojo y le toma la mano para evitar que le golpee el pecho con la estaca. Michell tenía entrenamiento de un atleta, pero Armando siempre ha sido fuerte y con su poder de vampiro se vuelve más fuerte. Sus ojos se ponen rojos y los dos pelean. Beatriz nunca había visto a Armando así antes. Tiene miedo. Los dos hombres se abrazan para luchar. Armando no quiere usar su poder en su contra, pero se vuelve difícil resistirse.

-Ve, monstruo. Muéstrame. ¡Muéstrame de lo que eres capaz! ¿Por qué jugar bien con Beatriz? ¿Tienes ganas de matarme?

-Deja de ser idiota.

-¿Quién sabe morderme? ¡Venga!

-¡No Armando no! (Suplicó Betty)

-¡Te daré una lección! (dijo Armando) ¡Está en mi casa!

-Oh. Muestra tus garras. Muéstrame que eres un vampiro.

Michel dijo, burlándose de él.

Armando saca los dientes con los ojos rojos, está lleno de rabia.

-¡Te dije que te mostraría quién es!

(Armando levanta a Michel con una mano alrededor de su cuello.) Sé despreciable. (Michel se burla de él]

-¡Detente, Michel, de burlarte de él! (le preguntó a Michel y le ordenó a Armando) ¡Armando, suéltalo!

-¡Lo quiere, Beatriz! Viniste a provocarme en mi castillo. No estaba haciendo nada.

-¡No haga eso! ¡Eres diferente, no eres como Conde Mario!

-Él no es diferente a él. ¡No es! (dijo Michel burlándose de él) Ven y saca tu lado malo para que podamos terminar con él.

MI VAMPIRO ERÓTICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora