¿Amigo?

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En un par de gritos lentos, Kaveh despertó en el mismo lugar, pero a diferencia ahora hay luz.

¿Señor? Estará despierto...

Abrió vagamente los ojos, notando una figura femenina diagonal a él. Giro hacia ella, era una joven elegante con trajes médicos.

Dónde... ¿Dónde estoy?

¡Despertó! Muy bien, déjeme ver si todo está bien y le daré sus debidas explicaciones.

La chica reviso su cuerpo, buscando algún daño en easte.

¿Sientes algún dolor en el pecho, cuello u espalda?

Kaveh pensó un poco si debería estar tan tranquilo, pero aunque quisiera, estaba débil y necesitaba ayuda.

No, muchas gracias.

Me alegró.

La joven anoto un par de cosas, regalando una sonrisa hacia el el rubio.

Un joven Erudito de encontró en el suelo, vio a alguien desparecer. Me alegro de que te encuentres estable ¿Tienes familiares?

Yo... Tengo un conocido...

Muy bien ¿Podría decirme quién es?

Kaveh dudo un poco, aúnque fuera por ayuda, no le agrada que alguien extraña supiera que vive con el escriba de la Academia.

Creo que será difícil contactarlo...

Haremos todo lo posible.

Es... El escriba

La chica reaccionó, no esperaba que una persona tan importante viviera con un arquitecto. Pensó un momento, buscando algo exacto que decir.

Nos comunicaremos, por favor, descanse lo más posible.

Señorita, podría prometerme algo.

La chica la miro confundida, pero su trabajo necesitaba escuchar los pedidos de un paciente.

No le diga a nadie que conozco, vivo o lo que sea con Alhaitham...

Toda la información es confidencial, no se preocupe.

Un peso de su cuerpo fue arrebatado, al menos no tendría que dar explicaciones confusas.

El chico te trajo hasta aquí, soy una doctora especializada. Si quisieras verlo, lo llamaré.

S-sí, por favor.

La doctora salió, entrando un tiempo después con un chico joven y atractivo de cabellos rojos entró algo tímido. Vestía el uniforme de la Academia, con su sombrero en la palma de la mano.

Buenas tardes, señor.

T-tu... Umm... Gracias por traerme hasta aquí...

El Erudito se inclino, algo nervioso sin saber que responder.

No fue problema, yo... Lo ví en peligro y no podía dejarlo allí...

Sí... Bueno, en cualquier caso, si necesitas algo te ayudaré.

El joven se despidió, llamando a la doctora que con su mano

                                      —

Tal vez no habían pasado más de dos minutos de ese encuentro, cuando llegó el escriba a una velocidad preocupante.

¡Kaveh!

Entro al cuarto, casi soltaba humo pero estaba tan preocupado.

Oh por los siete, que rayos hiciste ahora.

¡No hice nada! Ni siquiera te quería ver, solo necesitaba un acudiente.

Alhaitham se raspó la cara con las manos, no sabía que pensar o preguntar en esta situación.

Quien te dejo así.

No te incumbe, solo firma eso y llévame a casa.

Si no me dices no firmaré nada.

Kaveh refunfuño, mirándolo fijamente a los ojos buscando otra respuesta.

Francis...

Alhaitham lo miro un momento, antes de salir de la habitación en un paso largo y silencioso.

Un rato después volvió, con una enfermera algo intimidada por el porte que traía el escriba.

Se le dio el alta, y-ya puede salir...

Alhaitham espero que Kaveh se levantará, no debían hacer más trámites, solo debían irse. Salieron del hospital, el ambiente que sentía con su compañero era frío y calculador, como una puñalada en la espalda.

Alhaitham... Yo...

Francis, Francis, Francis.

Las botas largas resonaban en el suelo, esa tarde de Sumeru en especial no había nadie. La noticia de que el escriba había salido con rapidez de Academia corrió por todo lados.

La gente pensé que tal vez estaban en algún peligro, pues ni la misma arconte Dendro sabía dónde iba exactamente.

"No me gusta husmear en la mente de los demás cuando no es necesario"

Pronuncio la arconte Dendro, ante las preguntas.

No hagas ninguna tontería, el problema es entre Francis y yo.

¿Te molesta que me preocupe por tí? Solo me importas.

Eso no quita el hecho de que... Espera ¿Te importo?

Alhaitham se quedó en silencio, sin pensar que la punta de sus orejas se torno de rojo.

¡Lo dijiste! Supongo que es el paso del tiempo.

Tsk, que bipolar eres.

Alhaitham carcajeo un poco, en el tiempo que habia durado con Kaveh parecía que tenía un mejor humor. No quitaba el hecho de que peleaban todos los días con él, pero sus actitudes completamente diferentes es lo que los hacían únicos entre ellos dos.

—¿Sabes a dónde fue ese tal Francis?

Si lo supiera ya hubiera ido.

No vayas, podría lastimarte en verdad.

Aúnque le costará aceptarlo, Alhaitham tenia razón, debía cuidarse de Francis por le pasaba algo o le hacía algo.

Bien... No haré tonterías, gracias por preocuparte.

¿Disculpa? No te escuché.

Gracias por preocuparte, y si no escuchas no es mi culpa ¡Seguro son por tus audífonos!

Lo miro un momento, sonriendo dulcemente. Los ruidosos pasos de aquel hombre estaban más lentos, caminando a la par con él.

Tan dulces ★

Si tu me quisieras...☆ {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora