¿es amor?

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[TW: SANGRE, OTROS ORGANOS, ASESINATO]

No estaba decepcionado, más bien desanimado de la situación en la que se encontraba. Que tonto que ilusionarse con alguien que no conocía, ¿Tal vez fue muy rápido?

—No otra vez.

La puerta sonó, a esas horas de la noche podían haber tres posibles invitados.

—¡Alhaitham!

Llamó el guardabosques, junto al general a su lado. Traian a la joven estudiante, Collei, a unos centímetros de ellos.

—Alhaitham, se que no es tu hora de trabajo pero— Cyno interrumpió, con su lanza machacando el suelo.

—Es bueno que lo sepas, vete.

Miradas filosas como el Jade pulido, si algún día estos dos se enojaban en verdad, van a hacer un desastre.

—Quita un rato tus libros de la cabeza y escúchame. Pudimos localizar a la persona detrás de esto, pero no tiene contacto con gente cercana.

—Muy bien ¿Es todo?

—Sin embargo, Kaveh tiene un vínculo.

—No.

Kaveh, uh, la cabeza le ardía al escuchar ese nombre. Sin embargo, por mucho que le molestará, no iba a dejar que se involucrara mucho más.

—Ya tiene la cabeza enterrada en la arena, no necesita más problemas.

—Te dije que se negaría...— Susurró Tignari, y aunque Alhaitham lo escuchó, solo quería que se alejaran.

—Bien, no me dejas de otra.

No habló, mucho más allá de suspirar. Se despidió, en verdad necesitaba la ayuda del rubio.

—Maestro Tignari, ¿se encuentra bien?

—Sí, volvamos a casa Collei.

Alhaitham estaba perdido en su cabeza, hace mucho tiempo no había tenido ese "miedo" para protejer a alguien. Kaveh era alguien diferente a las personas que había conocido, su mayor temor, alguien que no lograra entender.

El sabio recordó las palabras de su difunta abuela, con la que vivió algunos meses cada año. Fue la persona más especial para el en mucho tiempo, incluso guardaba una foto de está en uno de sus cajones. Cómo la extrañaba.

"Vive tu vida en paz, no dejes que la vida te golpeé, tu puedes volver a levantarte"

No iba a alterar su paz, pero sin embargo, su corazón latía intranquilo en al presencia del arquitecto. Para él era tonto, para Kaveh molesto, pero no había sido así con alguien en... Años tal vez.

Tenía que hacer algo.

¿No?

Pero, ¿estaba correspondido siquiera? ¿Kaveh podía soportar negarse? Vivir con Alhaitham sería incómodo.

            

                                 ________

La luz de la habitación es baja, no hacía mucho frío allí, solo lo suficiente para el ambiente lúgubre que buscaban.

—¿Uh? ¡Quienes son ustedes!

Una figura se acerco desde la sombra, solo unos centímetros de su cuerpo se dejaron ver.

—¿Lo conoces?

La foto de un joven castaño, junto a esta, un joven rubio. Kaveh. Tiró de las muñecas, el chico estaba amarrado en la silla, sin posibilidad de salir.

—Y- yo... No sé quién es...

Podía escuchar el propio latido de su corazón, la figura disfrutando de su sufrimiento, el sonido del los llantos, musica para sus oídos.

—¿¡Quien eres!?— jadeó, con palabras entrecortadas —¡Por favor, que quieren de mí!

—Calla— el miedo recorrió su cuerpo, el filo de un arma cortante acumuló la sangre en su corazón —¿Si?— El hombre habló en ironía, lanzando su cabeza hacia un lado.

—S-se lo pido... ¡POR FAVOR!

—¡Silencio!— escena de película, faltaba un diente de oro y tatuajes en el brazo —no quieres tener esta cosita linda en tu ¡MALDITO OJO!

Silencio, solo hubo silencio en esa sala.

—Francis, no lo hagas— algo que parecía ser un Eremita lo tocó en el hombro, recibiendo un gruñido y un empujón —Maldita sea, actúas como un estúpido ¡No sabemos siquiera cuál es tu plan!

—No necesitas saberlo, solo colaboren y recibieran su dinero— retrocedió, con un quejido que abordo el miedo del chico atado —Que. Sabes. De. KAVEH.

—¡No lo sé! ¡No lo sé...!— la voz se cortó, tosió algo extraño. Asqueroso. La sangre empezó a recorrer  el antebrazo.

—Si no atrapas primero al perro, no tendrás al gato— Francis volteó, su rostro algo manchado por líquido humano —Se como conseguir a ese rubio, pero primero, quiero al de gris.

—Con gusto lo mataré, disfrutaré cortar su garganta en pedacitos-

—No lo vamos a matar— Francis bajó el arma, un suspiro de decepción recorrió el cuarto —Podemos ser más dóciles.

El Eremita parecía discutir, Francis solo pensaba en derramar sangre por todos lados.

—...amor— la sala miró hacia el hombre de la silla, decía algo que alteró a Francis —Tú, maldito hijo de perra...

Francis corrió hacia él, grito en su cara "osas hablarme así, cuando estás ahogando tu dolor en tu propia sangre", golpeando el brazo perforado.

—Cuando estés cuerdo hablamos, ahora, ¿puedes dejar a ese hombre en paz?— El Eremita recibió una risa vacía, junto a jadeos de dolor.

—¿Te preocupas por mí ahora? En verdad son unos imbéciles— lo callaron como si de un animal se tratara, el sonido de el arma aturdió su débil cuerpo.

"¿Y Francis?"

"Apuñalando al tipo"

"¿¡Otra vez!? ¿Saben que yo me encargo de eso verdad...?"

"Te espero limpiando ese desastre, los Eremitas no nos encargamos de la limpieza"

"Vayanse a la mierda..."

Si tu me quisieras...☆ {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora