cumpleaños de Alhaitham!

235 10 0
                                    

Abrir los ojos no era algo complejo, la cara de un humano estaba construida por musculos encargados de el movimiento. Era diferente, al no poder, y el no querer.

—Hmm— el día se sentía pesado, su cuerpo estaba entumecido y su cabeza dolía. No era el mejor día para Alhaitham, no ese día.

Un domingo, 11 de febrero, a una hora la cual se desconoce, nació un niño con los ojos verdes. Ah.

Un 11 de febrero se registró la muerte de una Erudita muy reconocida, ¿Bajó el balcón de su casa? El cuerpo sin vida de la joven, con un hijo, e un esposo. Hasta el día de hoy no hay testimonios que encuentren un culpable, aún así, en las charlas pasajeras se escuchan rumores descabellados fuera de la realidad.

¿Asesinato o suicidio?

¿Por qué Alhaitham tenía esto en su cuarto? Un viejo periódico con noticias antiguas y estresantes. Sus ojos recorrían toda la noticia, pero sus puños se cerraron bruscamente; estaba enojado.

—Hmm— había arrugado el papel, ya estaba bastante debilitado por los años —Rumores— cambió de lugar el periódico por un libro, distraerse y disfrutar su día libre con una lectura matutina era la mejor opción.

Claro, si no hay un maravilloso arquitecto ocupando su mesa, con papeles y lápices.

—¡Alhaitham!— Por supuesto Kaveh se veía mejor, el día anterior sonaba... desanimado —Por supuesto no creas que lo olvidé— se levantó más rápido de lo esperado, con los brazos tras su espalda.

—¿Olvidar?— cerró su libro de un golpe, no era normal ver a Kaveh en ese estado. Así era, dejando de lado sus problemas con "Liam", quería sumar su tiempo libre en mantener una mejor relación con su compañero de piso —No se de qué hablas.

Se había escuchado el tono sarcástico cuando hablo Alhaitham, podía tocar el nervio de Kaveh hasta lo más profundo.

—¡Hmm! Bueno, feliz cumpleaños, tonto.

—Es cierto, oh, estaba pensando que este talentoso arquitecto estaría tan ocupado en sus nuevas obras que no tendría tiempo para recordar mi cumpleaños— pagaría 500 millones de Moras por ver el rostro sorprendido del rubio. Sus ojos carmesí, labios doblados por la furia, su rostro tan cerca; demasiado —Ah...

—¿Ah?— arrugó la cara en confusión, pocos los dichosos que habían visto al escriba sorprendido —¡y- yo! Claro que lo recuerdo, no soy un desconsiderado.

No importo mucho lo que dijo Kaveh, solo necesitaba analizar todo de él: su cabello, sus ojos, ropa, cada detalle y decoración extravagante dentro de está.

—En fin, tenía pensado— fue interrumpido por la voz serena del escriba

—No quiero nada, gracias— se dirigió a la cocina ha tomar un poco de café, no fue mucha sorpresa escuchar un grito.

—¡Tu! ¿N- no quieres nada?— Alhaitham lo miró por encima del hombro, marcando su ceja en curiosidad —Estuve toda la noche pensando en que darte...

—No, gracias— no le importaba las cosas materiales, de hecho, su cumpleaños no era nada emocionante —Prefiero quedarme en casa.

No era como si pudiera levantar el sofá y sacarlo fuera de la casa, por qué, no de acuerdo con lo que había mencionado, no tenía idea en que regalar ese día.

—Muy bien, pero no te dejare sin nada— la culpa se lo comería vivo —de niño, normalmente regalaban caramelos este día.

—No, gracias— negó, la cual entro por una oreja y salió por la otra —Kaveh.

—tarde, toma el que quieras— una caja llena de dulces, cada uno de diferentes regiones —No he comido muchos, están casi todos.

Alhaitham no iba a hacer eso, no sabía si quiera de dónde habían salido; mucho menos después de tomar café. Estar frente a Kaveh no lo ponía nervioso, era mucho más fácil evitar el contacto visual y seguir leyendo.

_______

—No se que le pasa en la cabeza- bebió un sorbo más de la sopa, era una receta especial de los guardabosques -Siempre se comporta como un estúpido.

—No deberías tener prejuicios, Kaveh— Tignari termino su sopa hace un buen rato, pero entre Kaveh hablando, y tiempo libre estos "meses especiales", mejor quedarse escuchando —Escucha, tal vez simplemente no le gusta su cumpleaños.

—¡Quiero decir, sí! Puede ser...— había hablado de Alhaitham por más tiempo el que quería, al final, quería hablar y ver cómo estaba el guardabosques —Creo que hable demasiado, cuéntame, te he visto... Desanimado.

Tignari levantó las orejas de golpe, se le había visto cansado, y con días libres; muchos más días libres.

—No es nada, estoy bien, gracias por preguntar— no era por nada, pero no era fácil de ocultar el sudor —creo que debería irme, me encantó tu charla

—Oh, tienes razón, yo también debo irme— Kaveh tenía tantas cosas en la cabeza.

________

El sabor era dulce, pero eran bayas naturales de Inazuma (una combinación extraña si lo preguntas) lo que dejó impresionado a Alhaitham, quien después de caer en la tentación, probó uno de los dulces de la caja. Sabía bien, no lo negaba, pero aún se preguntaba dónde Kaveh había sacado estas cosas, el dinero, encontrado este tipo de cosas que no se venden en cualquier lugar de Sumeru.

De cualquier modo, eso fue dulce.

Nota de autor(a)

¡Ey! Se supone que debía publicar esto antes, pero no me alcanzó el tiempo y... ¡Pum! Un día después.

Gracias por la espera, volveré a retomar esta historia, ya quiero acabarla!! Aún así, he de aclarar que seguiré actualizando el día correspondiente a la descripción, y si no es así, será en transcurso de esa semana.

Un saludo muy grande, ¡nos vemos!

Si tu me quisieras...☆ {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora