Tu y yo

338 34 0
                                    

Kaveh era conocido por ser un gran arquitecto, he incluso un dibujante nato. Estos comportamientos fueron incrustados desde pequeño. Sus padres compraban pequeños rompecabezas de madera, que el niño, sin ninguna complicación, resolvía como un genio. Su pasión por el arte lo llevo a conseguir un gran trabajo: La arquitectura.

Todo lo que el hacia le daba su "toqué". Artístico o romántico, Incluso violento, tenían que contener arte, algo especial, la belleza natural de la situación. En todas sus obras se dejaba llevar, aunque los Eruditos de Sumeru tenían sus propias ideas del arte, Kaveh era la excepción. Al dejarse llevar tanto, aveces incluso arruinaba proyectos; o cancelan, o re-hacerlo.

Las acciones impulsivas eran un defecto del chico, también así, su amabilidad. En su hogar siempre lo criaron como debe ser una persona agradable, pero sin saber las consecuencias, ahora era demasiado inocente, o no sabía colocar un límite.

—¡Diablos! No debía hacer esto— Kaveh había vuelto a romper las reglas que el cliente específico —Debo volver a hacerlo, no tengo más tiempo para terminar— el joven miro la hora, eran más de las 9 de la noche —Pero no he comido un solo bocado...— posó la mano en su cara, ni siquiera podía mantener un horario, como lo hacía su compañero.

                            ____________

Saliendo con cuidado de la habitación, caminó hacia la cocina. En el camino, exactamente en la sala, udo ubicar a su compañero, aún leyendo un libro.

—No pensé que estarías despierto– Kaveh afirmó —Tienes horario de bebé.

—En verdad lo bebés no suelen dormir temprano, tal vez a la una o dos de la mañana.

—Está bien, no importa— miró otro lado — De todas formas, ¿hiciste algo de comer?

—Sí, lo hize.

—Dónde está?

—No queda, solo hice lo suficiente para mí– miro de reojo al rubio —No eres mi responsabilidad.

—No dije eso– Desvío la mirada hacia la cocina, podia sentir en olor a algo que no lograba reconocer —¡Tú! Ah, no importa.

Las noches se volvieron frustrantes, no dormía, ni nada parecido a descansar. Al principio, a Alhaitham no le importaba, pero cuando Kaveh empezó a hacer tanto ruido en las madrugadas, se volvió un problema.

Las que rompía, los papeles arrancados, los bocetos adornaron el suelo. Todo lo necesario para despertar la curiosidad de Alhaitham, o para callar a Kaveh, mejor dicho.

                                 _________

—No puede medir más de dos metros– una hoja menos en el cuaderno— El color no combina —otra.

—Podrías bajar la voz— Éstos actos acababan los momentos de tranquilidad nocturna.

—Métete en tus propios asuntos– Gritó, sin saber que su compañero estaba parado en la puerta —Llevo viviendo aquí dos malditos meses, ¿y aún te molesta?

—Sí— Kaveh lo miró, gruñendo por su respuesta — ¿Por qué lo terminas mañana?

— Ugh, tú... ¿sabes que? Tienes razón, lo haré mañana— lo miró desde la silla, enrollando un par de papeles de la mesa — Buenas noches— se levantó, mirando a Alhaitam con ese tono de "vete de mi vista."

Alhaitham asintió, y se fue sin decir nada, al menos podía dormir en paz.

                            _______

—¡Lo odio! En verdad lo odio— el rubio empezó a dar vueltas, estaba desesperado, su cliente había despreciado el trabajo totalmente.

—Cual fue la decisión errónea, gran arquitecto— la cara de Kaveh se puso roja ante está pregunta sarcástica, miro a Alhaitham y le empezó a gritarle.

—¡Claro, si supieras lo que es trabajar de verdad no te estarías burlando, al final, el trabajo de escriba es muy fácil!

—Trabajo es trabajo, es una responsabilidad que debes controlar y lidiar con el.

—Pues criticame cuando tengas un trabajo que consuma tiempo.

—Entonces necesito dar mi vida y mi salud por un empleo, ¿Quién haría eso? Oh cierto, tú lo haces.

— ¡Tú! ¡Tu!...

— ¿Yo?— Kaveh suspiró ante la inevitable falta de respuesta, Alhaitham tenía razón, pero no sé la iba a dar otra vez.

—Lo siento– sus ojos se cristalizaron, ¿Por qué estaba tan nervioso? Su corazón latía a mil —Yo no quería... ¡regresó más tardé!– Salió corriendo fuera de la casa, corriendo igualmente fuera de la ciudad.

El peligris no le dió mucha importancia, al revés, tendría tiempo para leer un libro.

_______

"Por qué Kaveh tarda tanto, lleva más de dos horas, y no ha llegado" nunca se había preocupado tanto, pero el tiempo que pasaron juntos fue el empujón que lo llevo a buscarlo.

El libro reposo en la mesa, mientras Alhaitham se levantaba a buscar al rubio. Salió de la casa, dirigiéndose a la salida más cercana de la ciudad, sabía que Kaveh no tenía una sola Mora para ir a beber.

No era una hora adecuada para salir de la ciudad, pero el impulso seguramente lo llevo a tomar medidas extremas. En el camino vio un par de restos, restos de semillas dendro, era claro que había pasado por ahí. Siguió su camino, siguiendo el rastro e incluso el olor de este elemento.

A lo lejos vió una silueta, estaba sentado a la esquina de un río, dónde se podía ver la gran obra de arte, el Palacio Alcazarzaray.

—Kaveh.

— Ah!– se asustó al ver la presencia de Alhaitham, era lo último que quería "¿por qué está aquí? No, no!"

— Kaveh, lo siento era la primera vez que Alhaitham decía algo así, nunca pensó escuchar esas palabras salir de su boca — No era mi intención...

—No, está bien– habló casi en un sollozo — Fue mi culpa.

—No cargues con la culpa de todo— el rubio alzó la mirada, volteando a verlo desde cierta distancia —Si sigues cargando la culpa, no podrás lidiar con la tuya. No cargues con los problemas de los demás— la forma de hablar era seca y gruesa, pero parecían palabras de total sinceridad.

—Hum– Kaveh no sabía que responder, en su cabeza, lo que decía Alhaitham era egoísta, pero ¿en verdad tenía que cargar los problemas de los demás? No lo sabía, siempre fue criado así, para ayudar a los demás.

— ¿Puedo?– preguntó el peligris, apuntando a un espacio vacío, al lado de él.

Kaveh asintió, devolviendo su mirada hacia el Palacio Alcazarzaray.

— Y si en verdad, todos estamos para hacer algo impresionante y después no tener nada más, nada importante.

—No lo creó, sería tan fantoche nuestra propia existencia.

—¿Fantoche? Hum, que palabras más raras usas— El rubio rió. Parece que todo los problemas se desvancieran cuando estaba con Alhaitham, aunque él mismo causará muchos.

Si tu me quisieras...☆ {Haikaveh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora