Un nuevo día comenzaba, las personas caminaban tranquilas a su trabajo, muchos apenas salían a comprar el desayuno y los perros corrían alegres frente a la cafetería "Kim's"
Dentro había un cliente, una en especial que cada mañana ingresaba a desayunar. Su personalidad era misteriosa, siempre se mantenía callada y comía en total silencio.
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Era algo curioso para Jennie, eran años en las que veía a esa mujer desde el primer día que ella trabajaba allí, pero nunca habían cruzado alguna palabra. Solo sabía que su nombre era Lisa por las boletas de su pago. Incluso cuando Jennie saludaba por educación, esa mujer ni siquiera le respondía y le pedía a su compañera lo que comería ese día.
Lisa en cambio, miraba de reojo a ese ángel de cabello rosa que siempre estaba al rededor de la castaña. Había sido una molestia para ella en aquellos doce años, siempre presente incluso cuando dormía.
Lisa no había intentado nada desde el día que se enteró sobre la curiosa habilidad de la pequeña Jennie. Solo la había ignorado desde que Rosé le ordenó no acercarse, no le vió motivo para crear una pelea por una simple mortal.
Pero hace dos años que volvió a saber de ella y lo que Jisoo le contó le llamó la atención, aquella niña que amaba tanto a Dios, se estaba llenando de remordimiento y enojo. Lisa sintió curiosa y fue a verla a la distancia, la encontró en aquella cafetería trabajando, Rosé la acompañaba, lo que Lisa notó fue demasiado extraño, veía en ella demasiado odio y a la vez un corazón muy bondadoso.
Cada mañana comenzó a ir y observarla desde su mesa, Jennie atendía amablemente a los clientes y trataba muy bien a sus compañeros. Cuando salía de su trabajo al anochecer, Lisa la seguía en silencio y en todo el camino seguía mostrando aquella bondad, no era fingida, era sincera.
Las cosas cambiaban cuando llegaba a casa, aún más cuando veía a esa anciana a quien veía como una segunda madre, ella la había adoptado un año después de que sus padres murieran, era una señora de la iglesia que la había cuidado y luchó por tenerla y que no cayera en malas manos.
Lisa notó sus emociones, pudo sentir su tristeza cuando se acercó a la anciana acostada sobre su cama, se veía muy débil, y a pesar de todo, la anciana la recibió con una sonrisa.
Después de darle de comer subió a su habitación, es en esos momentos donde Lisa puede sentir su enojo. Jennie veía su laptop, su ira iba creciendo y Lisa observó a través de sus ojos, curiosa en lo que la estaba enfadando.
"Seguro recién le rezas, solo le hablas cuando lo necesitas, ¿Verdad? Es tu culpa por alejarte de Dios"
"Yo no me alejé de Dios"
"Entonces no estás entregada a él como se debe, abre tu corazón con sinceridad y vas a notar los cambios"
"Ella está así por años, ¿Cuando va a mejorar? Cada día solo es sufrimiento para ella"
