Lisa veía su nueva casa, era muy diferente a lo que estaba acostumbrada. Jisoo estaba a su lado, ella lo había comprado a su nombre y esperaba la aprobación de Lisa. La pelinegra se mantuvo en medio de la sala, asintiendo.
_Me gusta - Jisoo sonrió por su respuesta - quítale el candelabro y quita ese cuadro - señaló, Jisoo apuntaba sus palabras en un pequeño cuaderno - y pon un cuadro mío, hay que darle estilo.
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_¿Desea que contrate sirvientes?
_Por ahora no - giró a ella - ve a continuar con tu trabajo - su voz era tranquila - gracias por ayudarme.
_Es un placer - Jisoo hizo una leve reverencia.
_Espera - detuvo - ¿Cuándo dijiste que será el baile?
_Ow - Jisoo se mostró pensante - debe estar por aquí - buscaba rápidamente y nerviosa en su pequeño cuaderno.
_Tranquila, me lo dices en la mañana. ¿Creés que ahora Jennie estará durmiendo? Me gustaría ir a verla.
_Son las tres de la mañana, mi señora. Los humanos duermen.
_Es una lastima que los humanos gasten la mitad de su vida estando inconscientes - negaba - ¿Entonces qué haré? Estoy aburrida.
_Puede torturar malas almas como siempre lo hace a estas horas. Aunque creo que su aburrimiento se debe que ahora encontró a la reina y tus pensamientos están ocupados en ella. Quizá pueda ir a verla mientras duerme.
_¿Tú crees? - lo estaba considerando - no quiero asustarla si despierta. Espera - observó a Jisoo - ¿solo es una excusa para ir a ver a Rosé? - Jisoo desvío la mirada, nerviosa - está bien - sonrió - vamos.
Jisoo sonrió. Se convirtió en aire y ambas desaparecieron.
***
Cuando ambas aparecieron en la habitación de Jennie, se llevaron la sorpresa de que Rosé peleaba con varios entes que rodeaban a Jennie. La castaña dormía sin percatarse de nada, era evidente, ningún humano puede sentir o ver algo que no sea de la humanidad, no al menos que las entidades se dejen ver, que es muy difícil que lo hagan.
Lisa carraspeó y los entes giraron a verla, al instante traspasaron las paredes despavoridos, huyendo del mismo Lucifer quien podría hacerlos polvo se solo un ligero soplido.
Rosé relajó su posición, guardando la espada y suspirando. Estaba peleando desde las nueve de la noche, eran demasiados malos entes que intentaban lastimar a la castaña.
_Gracias - Rosé flotó con suavidad, sentándose en la mesita de noche - ¿Qué hacen aquí?
_Solo vine a ver a mi chica - respondió Lisa - ¿A tenido alguna pesadilla? - veía a Jennie, sonrió al verla dormir tranquila.