El cine estaba en completo silencio, la película estaba siendo entretenida y todos estaban pendiente. Pero Jennie miraba en otra dirección, había mariposas en el cine. Eran pocas pero no era algo que podría ignorar. En el techo había una mariposa descansando, al lado de la pantalla igual, en la pared izquierda habían dos, y frente a ella, en el respaldo de la silla, otra estaba posada.
_¿Qué ocurre? - Lisa susurró a su lado.
_Hay...mariposas - respondió extrañada, hasta que giró a verla con duda - ¿No eras alérgica?
_¿Yo? - Jennie asintió - ¡Ah! No...solo...solo que eran muchas y me dieron...miedo - sonrió nerviosa.
_Ah... entiendo - volvió su vista a las mariposas - últimamente estoy viendo muchas mariposas, ¿Pero en el cine?
_Será por la primavera - bebía de su refresco, disimulando su nerviosismo.
"¿Qué te pasa? Deja de actuar así. El Diablo no se pone nervioso"
El grito en la pantalla atrajo la atención de Lisa, su mirada se mostró nostálgica al ver la escena, le traía recuerdos que quisiera borra. Tragó en seco cuando su garganta comenzó a doler, el dolor de aquel día seguía presente.
En la pantalla, la mujer gritaba en llanto por su amado. Era sostenida por dos soldados enemigos y el cuerpo del hombre estaba tendido a lo lejos, ya sin vida.
Flashback
Lucifer caía levemente sobre el suelo, aparecía entre viento oscuro y este desaparecía, dejándolo ver. En su mano traía otra pequeña bola de fuego, ahora azul.
_Lilith - llamó con tranquilidad, no quería gritar, no quería que Adán la escuchara - Lilith, mira lo que traje para tí - caminó a un lado del lago, veía extrañada aquél pequeño árbol que había crecido en medio del lago, entre aquella tierra fina color rojo - Lilith - llamó por última vez, seguramente aún no vendría.
El pequeño árbol no dejaba de atraerla, era extraño, parecía crecer tan lentamente. Se acercó a pasos lentos, sus pies se mojaron hasta por debajo de sus rodillas. El árbol le llegaba a los hombros y admiró sus verdes hojas, tan brillantes y lindos.
Notó los pequeños frutos que apenas estaban creciendo, pero a diferencia del resto, estos no eran coloridos, era de un intenso color negro. Sostuvo uno entre sus manos, y eran suaves a su tacto, pero había algo extraño, al sostenerlo sintió una extraña tristeza que hizo que la soltase de inmediato.
¿Por qué sentía ganas de llorar? ¿Qué era esa tristeza?
Comenzó a tener un mal presentimiento, a su mente solo vino Lilith, solo ella. Salió del lago y su cuerpo se convirtió en una corriente de aire negro que viajó rápidamente divisando el lugar. Fue tan rápido al llegar hasta el primer lago y su cuerpo humano volvió sin dejar de caminar, sus pasos iban frenando y miraba desconcertada a aquella extraña mujer que remojaba sus pies.
Lucifer estaba oculta en las sombras de los árboles. Vió a Adán llegar también, este comía una fruta y se sentó al lado de esa mujer. Estaban sonrientes, estaban felices. Pero Lucifer notó algo más, no parecían ser ellos, tenía la mirada extraña, de inocencia pura.
Adán besó la frente de la mujer, tan tiernamente, que ambos se admiraron con una sonrisa. Adán se sumergió en el lago y tomó la mano de su amada, ayudándola a bajar.
_Cuidado, Eva - incluso su voz era más tranquila, con más amor en sus palabras.
Pero...¿Dónde estaba Lilith?
Lucifer volvió a ser aquel viento, fue a cada rincón del jardín del Edén, buscaba rápidamente, entrando en desesperación por no verla. El viento se hacía más fuerte, Adán y Eva se asustaron por las fuertes corrientes de aire. Las ramas de los árboles estaban siendo doblados y las hojas caían. Lucifer no dejaba de buscar, una y otra vez, su corazón se aceleraba, desesperada.