Tanto en el hogar de Jennie como en el Inframundo, una duda no dejaba tranquilos a ambas. La castaña se mantenía despierta tratando de unir más cabos sueltos. La duda más grande que tenía, era en saber la razón del porqué podía tocar a esa mujer de traje negro que se llevó a sus padres. Solo ese recuerdo llegaba a ella, tenía ese rostro muy grabado en su memoria, la recordaba perfectamente ahora, no había sido un sueño.
Y en la mente de Lisa, estaba la duda de quién había puesto esa lava en la fuente. Era difícil saberlo si todos sus hijos tenían aquella habilidad del fuego, pero ninguno era un travieso como lo era Levi. Eran más serios, más estrictos.
¿Habrá sido Jennie?
No, ella no era así de traviesa. ¿O sí?
_No te duermas - Rosé pedía casi como una súplica, Jennie iba cerrando los ojos mientras estaba sentada en su cama escribiendo - no te duermas - la cabeza de Jennie se colgó, se había quedado dormida recostada en el respaldo de la cama - cuidarte de noche si que es una pesadilla - Rosé cayó sentada en el suelo, resignada a que la castaña otra vez despierte como poseída - solo espero que no dejes mas lava por ahí o que no vayas a una iglesia a matar a alguien.
_¿Un día cansado? - Jisoo aparecía a su lado.
_Me tocó cuidar a la mujer de Lucifer, claro que es cansado - suspiró profundamente.
_¿A vuelto a despertar como un demonio? - se sentó a su lado.
_Ya van dos días que lo hace. Desde esa noche que fue por el padre, si esta noche también despierta así, serían tres.
_¿Qué hizo la segunda noche?
_Andaba corriendo como si fuera una niña jugando. Descubrió que puede tocar el fuego sin quemarse, supongo que su subconsciente de Lilith hizo que utilice algo de sus habilidades mientras jugaba fuera de sí. ¿Sabes lo difícil que es controlar a una chica que parece una psicópata felíz? Quería lanzar lava a cada persona que veía a lo lejos. Tuve que cargarla varias veces pero se soltaba y se iba corriendo. La dejé jugar en la fuente porque al menos así no quería matar a nadie.