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El sol comenzaba a salir, la habitación aún estaba oscura, en la cama Jennie dormía boca arriba, una de sus manos descansaba en su vientre y la otra estaba a un lado de su cabeza. Despertó en un jadeo y quedó sentada, su respiración era agitada y parecía asustada.
Observó su habitación y se mostró extrañada, solo tenía pequeños recuerdos borrosos. En sus pensamientos estaba ella batallando con un hombre que cubría su boca. ¿Solo había sido un sueño?
Se dejó caer en la cama, su respiración se iba normalizando y suspiró. Minutos después salía de la ducha envuelta en una toalla blanca y el cabello atado en un moño. Se puso frente al espejo y dejó caer su cabello frente a su hombro para secarlo.
En su espalda, en la zona donde habían salido sus alas, se mostraban marca claramente en rojo sangre. No dolía, así que Jennie no podía sentirlo. No tenía costras ni algun pequeño bulto, así que su piel era liza. No lo sentiría aunque toque su espalda.
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Jisoo aparecía a un lado de Lisa, ella la había llamado para poder pedirle una ayuda. Lo que no se esperaba, era encontrar el lugar lleno de rocas, cuevas y oscuridad, convertido en un gran campo rojo, cubierto de flores rojas, trigo rojo y todo el cielo de igual color. En el centro de la nubes, un gran espacio era abierto para dar paso a una hermosa vista al universo.
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_¿Qué pasó aquí? - miraba al rededor - ¿Y las almas?
_Los mandé más abajo - Lisa admiraba lo que había hecho - esto será mi nuevo hogar con Lilith, o Jennie, como ella decida llamarse - observó a Jisoo - ¿Creés que le guste? - sonrió nerviosa.
