||~•~•~•~•~||Si había algo que Izrail aprendió de su madre, fue a ver los infortunios como una nueva oportunidad de hacer crecer tu poder.
Ahora que tenía toda la autoridad en su propio estado, y a los hermanos Halime e Iskender a su disposición, Izrail podría empezar a demostrar quien realmente era.
||~•~•~•~•~||Iskender había llegado a Bursa por orden del mismo sultán, pero al palacio había llegado por el llamado de Izrail.
En poco tiempo se había convertido en un hombre respetado entre el ejército Jenízaro, ganando así estatus y reconocimiento que llegó a los oídos del sultán por medio del Djinn pelirrojo.
Al ver que Malkoçoglu no iba a poder ir con Izrail, decidió mandarle a alguien en que pudiera confiar.
Ya dentro del palacio del Shezade Izrail, el hombre de ojos rasgados se adentró en sus enormes pasillos.
Entonces fue interceptado por su hermana, la cual sin decir una palabra hizo que la siguiera en dirección a las cámara del príncipe.
||~•~•~•~•~||
Para Halime las cosas se hacían cada vez más claras.
Izrail ni si quiera podía voltear a verlos. . . Más bien, no podía ver a los ojos a Iskender.
La piel blanca de Izrail lo delataba. Su cara estaba algo enrojecida, casi parecía el color de su cabello.
Y como Halime lo conocía tan bien, sabía que le diría a Iskender que era por el frío. Antes de entrar, le dijo a su hermano que Izrail estaba enrojecido por el cambio de clima.
Entonces el Shezade volteo su espalda; sus ojos violeta chocaron con los ojos rasgados de Iskender.
No podía creer que estaba frente a él. Pensaba que este momento estaba más lejos en el tiempo.
El Shezade lo analizó disimuladamente. Era casi igual como lo recordaba. Sus ojos se difuminaban en su rostro, su cabello más negro que el común lo hacía resaltar sobre los demás. Ahora era un poco más alto de cómo lo recordaba, Iskender parecía medir casi dos metros y ahora sus brazos y sus hombros se veían más anchos por los entrenamientos en las barracas. A los ojos del joven Izrial, Iskender era el hombre perfecto.
Y ahí estaba Iskender, analizando a su viejo amigo devuelta. Ignorante del efecto que tenía sobre el príncipe.
No había palabra que fuese necesaria para expresarse que se habían extrañado.
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•IZRAIL• || El Sultan
Ficção AdolescenteSe dice que en el imperio Otomano, durante el reinado del sultán Suleyman, solo habían dos personas capaces de enfrentarse al sultán cara a cara sin temor a las consecuencias. Una de esas, la Haseki Hürrem Sultan Y el otro, su hijo, el Shezade I Z R...