Toda mi vida soñé con casarme y en este punto me doy cuenta que no es tan fácil ni tan divertido y menos porque idealice a mi esposa tanto que no la reconocía y seguía sin querer hacerlo hasta que el día que di a luz un precioso bebé del cual no estaba enterada que crecía dentro de mi, Me juraba y perjuraba que me lo pensaba decir pero tuve que enterarme el día de mi parto.
El día que el bebé cumplió su primer año por fin me di cuenta que no era lo que quería.
Veo a mi bebé sobre la cuna durmiendo tan tranquilo sin ninguna preocupación en la vida por primera vez, puedo sentir lo que es la envidia y me siento mal de qué a mi edad, sienta envidia de alguien tan pequeño que no tiene la culpa de nada pero se que también me siento un monstruo por abandonarlo a pesar de no tener culpa alguna pero ahora mismo me siento tan mal que no podría cuidarlo.
Siento como mi corazón se me cae a pedazos conforme voy llegando a la salida.
Los pasos apurados me hacen detenerme en la puerta, la cara de mi esposa lo dice todo sus lágrimas se hacen presentes a lo que se limpia con brusquedad.
Las bisagras de la puerta suenan por toda la casa dejándome una sensación tan horrible.
Eché una última mirada a mi casa y voy a mi auto donde me tomo unos minutos más tratando de fingir fuerza.
Mi alma me duele y no hay más que quiera hacer que huir.
Mi esposa está delante del auto obstruyendo el paso pero al darse cuenta que no me bajaría se hizo a un lado mostrando su derrota con sus manitas y su cabeza hacia abajo mientras la veo por el retrovisor hasta desaparecer de mi vista.
Lo jodida que me siento después de dejar la vida que tanto anhelé por tanto tiempo se me desmoronó, sin darme cuenta todo se fue a la mierda.