17.

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después de un rato, finalmente se sintieron lo suficientemente animados para levantarse de la cama. la calidez de la ducha les devolvió un atisbo de normalidad, aunque sabían que no volverían a ser los mismos después de lo que habían compartido en ese momento especial. tras la ducha, jeno eligió cuidadosamente la ropa que mark le había prestado. la camiseta y los jeans se sentían extraños, pero al mismo tiempo reconfortantes. al bajar, notó la mirada determinada en los rostros de renjun y los demás. la misión era un compromiso serio, y todos estaban dispuestos a asumirlo.

— vengan a comer. — avisó el chino.

renjun, como siempre, se había esforzado en preparar el desayuno para el grupo. la comida reconfortaba sus estómagos y sus almas mientras discutían los detalles sobre lo que harían para protegerse a partir de ahora. la seriedad en el aire era palpable. mientras saboreaba su desayuno, renjun se dio cuenta de que su vida había cambiado radicalmente en poco tiempo. aquellos días en que solo eran adolescentes despreocupados habían quedado atrás, y ahora se encontraban en medio de una lucha por la justicia y la verdad.

después de desayunar, renjun se dispuso ayudar a jisung con el cuidado de su herida, que se encontraba ya casi recuperada. luego de atenderlo, jeno y él volvieron al cuarto de mark. jeno estaba tratando de ignorar el leve ardor que sentía mientras renjun aplicaba en su herida con tranquilidad el escaso medicamento que tenían. sus pensamientos se perdieron por un momento en el dolor y la preocupación. poco después, la voz del chino lo sacó de su ensimismamiento.

— ¿mi madre no te ha llamado? — preguntó renjun, aún preocupado por sus hermanos. el coreano negó con la cabeza, sabiendo que la incertidumbre sobre el bienestar de sus hermanos era una pesada carga que acosaba al menor.

— no, no ha llamado... quizás ya está con alguien más.

el ambiente en la habitación se volvió un poco más tenso al hablar sobre esa mujer, y renjun aprovechó la oportunidad para mencionar una pregunta que había estado curiosa durante mucho tiempo.

— ¿cómo fue que terminaste estando con ella? — cuestionó, exponiendo su mayor duda. las palabras de renjun flotaban en el aire, creando una pausa tensa en la habitación. jeno suspiró, sintiendo el ardor en su herida y el peso de la historia que estaba a punto de compartir.

— quería dinero... — jeno comenzó, mientras su mirada se perdía en el pasado. — necesitaba dinero para pagar algunas deudas con la pandilla, y no tenía a quién recurrir. ella se cruzó en mi camino en un momento desesperado. fue como si me hubiera tendido una trampa. me ofreció dinero, y yo acepté. no sabía que me involucraría en todo esto. — jeno frunció el ceño, como si aún no pudiera creer cómo había llegado a esa situación.

renjun escuchó atentamente, sintiendo empatía por el chico, sabiendo perfectamente sobre el monstruo sin sentimientos que tenía como madre. quería preguntar más, saber cómo se había complicado todo, pero la expresión de jeno decía más de lo que sus palabras expresaban y probablemente todo era como se lo imaginaba.

— está bien, jeno... no te mortifiques tanto. — el chino se acercó y lo abrazó con mucho cuidado.

compartieron un beso breve y suave que apenas rozó sus labios durante unos efímeros segundos. tras este dulce contacto, sus miradas se encontraron de nuevo, revelando un atisbo de deseo que seguía creciendo entre ellos.

— te prometo que cuando salgamos de esto, me encargaré de devolverte todo el tiempo que has perdido por mi culpa y por todas las cosas malas que te han ocurrido, ren. — jeno susurró.

SORRY, HEART. |NoRen| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora