⚜ 𝗝𝗜𝗡𝗫 (𝗕 𝗦𝗜𝗗𝗘) ── ˏˏ Alguien tiene que ponerle un fin a esto, y lo haré yo mismo si es necesario ˎˎ
── Historia creada con el fin de entretener.
── Historia original hecha : _minGwa
── Créditos de personajes : _minGwa | Twt
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Volviendo a la actualidad. Lee estaba abrazando a un roto Yoong mientras que este solo se aferraba a su ropa. Se notaba a leguas que haber recordado y contado gran parte de su pasado le había afectado demasiado, mucho más sabiendo que su vida jamás fue la que quiso hasta hace pocos años.
Los compañeros de Yoong, al verlo tan mal, decidieron meterse a aquella parte del gimnasio y darle su apoyo a su maestro para demostrarle que ahora era cierto que ya no estaba solo.
— Tranquilo hyung, ahora está con nosotros, ¡Seremos su familia! —Mencionaba el inocente Sonnie.
Yoong, se separó de su manager y miró al menor, notando la sonrisa que aún mantenía en sus labios. Sin decir nada, prácticamente se tiró a abrazarlo, logrando que Sonnie le devuelva el abrazo y luego todos los demás atletas se sumen, logrando que poco a poco todos comiencen a reír, contagiando a su maestro.
Lee, quién miraba todo desde una distancia prudente, tenía una sonrisa dulce en sus labios. Podía notar cuán querido y adorado era Yoong dentro del gimnasio. Que todos lo quisieran demostraba que era un excelente maestro, y que había logrado sanar heridas del pasado gracias a esos chicos.
Él era la única persona que sabía de su pasado, contando a Jaekyung, solo que a él sí le importaba, y sí lo había ayudado a seguir adelante, incluso luego de la muerte de su mejor amigo Kim Han.
Pasaron algunos minutos, y cuando finalmente Yoong logró calmarse, ya se sentía con más energía y ánimo que antes. Aquella charla que había tenido con Lee fue realmente reconfortante. Sentía que tenía un peso menos encima de sus hombros. Uno grande.
— Bien, vamos a entrenar, mi pelea es el sábado, y si se portan bien todos irán como espectadores.
Todos los atletas felices, volvieron a sus tareas. Yoong nuevamente se quedó a solas con su manager y ambos se miraron, sonrientes. El azabache se acercó al mayor. Lee elevó su mano y despeinó a Yoong, tan cuál él hacía con Dan.
— Gracias, señor Lee, de verdad necesitaba esa charla.
— Yoyo, te prometí que siempre estaría para ti, y eso es lo que hago.
El azabache nuevamente abrazó a su, casi, padre. Tomando por sorpresa al rubio. No dolía ser Yoong quién tome la iniciativa en los abrazos, porque de por sí casi nunca se daba uno.
Pero esa era la excepción. Se abrazaron como si de verdad fueran padre e hijo. Yoong finalmente sintió la tranquilidad que tanto estuvo buscando durante años.
