La Venganza de los Corazones Rotos

3- Los "maravillosos" Mercier

Olivia

En la universidad había un buffet gratis para los alumnos, y podías ordenar lo que sea, literalmente lo que sea.

Las chicas que había conocido en la sala de arte me habían invitado a almorzar con ellas, al principio dudé, pero luego decidí aceptar, parecían buenas chicas.

Estábamos en la mitad del almuerzo y ya sabía algunas cosas de ellas: Ruby va a ser escritora, de hecho ya lo es ya que escribió un libro, que se hizo muy popular; Vera está estudiando arte, le dieron la beca gracias a que, en su clase de arte, había replicado La Monna Lisa y le había quedado casi idéntica.

Vera fue a ordenarse su hamburguesa número dos, dejándome sola con Ruby Estábamos frente a frente.

-Oye... lamento lo de antes, no quise que sonara así; si sirve de algo, no creo que seas una rubia oxigenada sin cerebro -dijo algo avergonzada, yo le sonreí.

-Está bien, yo tampoco creo que seas la típica chica única y diferente. -Ella me sonrió. -¿Entonces para tí "reinita" significa rubia oxigenada sin cerebro? -La castaña rió.

-Entré otras cosas, pero mayormente sí.

-¿De qué hablan? -preguntó Vera sentándose al lado de Ruby, con una bandeja con tres hamburguesas y papas fritas. No tenía ni idea de como esa chica nunca estaba llena.

-Nos preguntábamos porqué tú, teniendo un cabello rojo tan lindo, no te lo dejas largo -dije señalándo su cabeza.

Vera era pelirroja y tenía su cabello cortado por la mandíbula.

-Es una historia graciosa: toda mi vida tuve el cabello largo, cuando tenía trece quería teñírmelo de negro, pero, mi madre me dijo que no iba a permitir que arruine mi "hermoso cabello"; entonces, tomé una tijera y me lo corté para molestar a mi madre. Cuando me vió, gritó tanto que los vecinos llamaron a la policía. -Ella se reía, yo mantenía mis ojos bien abiertos.

-No sé si es graciosa, pero, es interesante. -Ruby curvó una sonrisa hacia abajo.

Ruby

Seguimos almorzando, Vera se comió sus tres hamburguesas, Olivia comió espaguetis y yo comí pollo con papas.

Fue entonces, cuando una de las puertas del comedor se abrió y por ellas entraron tres chicos, parecía una película de adolescentes en cámara lenta. Lamentablemente, los reconocí al instante.

El primero que entró estaba vestido con un traje azul, tenía el cabello castaño oscuro con un corte de cortina. Sonreía como un rey que entra a su palacio, completamente arrogante y guapo. Algunas personas lo llamaron de una mesa y él fue a saludar. Era Zion, el del medio, aunque la gente suele creer que él es el mayor y, algunos dicen, que es el favorito de su padre.

Vera agachó la cabeza mientras comía una papa frita.

Luego entró Zack, el mayor, él tenía un cabello castaño oscuro con ondas desordenadas. Su mandíbula estaba muy marcada, su piel era pálida y tenía una expresión neutra. Era demasiado guapo. Noté como Olivia se encogía en su asiento, lo que faltaba era que él fuera su ex.

Entonces, entró Zeb, para sorpresa de nadie, su cabello era castaño oscuro. Por alguna razón estaba riendo y esto hacía que sus marcados risos bailaran en su cabeza. Su piel era un poco menos blanca que la de Zack, pero estaba llena de pecas, lo que le daba un distintivo. Sentí que iba a voltear a verme, entonces corrí mi mirada rápidamente.