Vera
Cerré la puerta de mi cuarto con cuidado y volteé encontrando a Zeb mirando atentamente el cuadro que había comenzado.
—¿Qué es?
Me encogí de hombros y me paré a su lado frente al lienzo.
—Es un fragmento de un sueño que tuve el otro día, pero no recuerdo nada más que ese sofá.
Miramos la pintura en silencio.
—¿Soy yo o se parece al sofá que tienen en la sala?
Tenía razón. Era el mismo sofá en el que prácticamente me sentaba todo el tiempo. Quizás por eso lo había soñado, la verdad no me importaba demasiado.
Sentí la presencia de Zeb detrás de mí y como comenzó a besar mi cuello despacio. Apoyé una mano en su cabeza y le pregunté qué hacía, pero no recibí respuesta. Redirijí su rostro al mío para besarlo lento. Realmente me gustaban sus labios, tenían una tonalidad rosada que contrastaba con sus ojos celestes angelicales, pero con una chispa de picardía. También amaba sus risos oscuros que bailaban cuando agitaba su cabeza, pero lo que más me gustaba eran sus pecas marrones que embellecían su piel blanca.
Y en ese momento (bastante inoportuno para ser honesta) ¡se me ocurrió una super idea!
Me separé bruscamente de él, haciendo que me mire confundido.
—Siéntate. —Le señalé la cama y me miró perversamente.
—¿Qué tienes en mente, Verita?
Fingí que no oí su insinuación y dejé que su podrida mente imaginara lo que quisiera. Me volteé a mi escritorio y tomé un Block de hojas, junto con un lápiz de dibujo.
Cuando miré a Zeb, estaba sentado en mi cama esperando algo. Tomé lugar en la silla de mi escritorio y comencé a hacer un boceto.
—Mira hacia allá. —Le señalé la derecha sin despegar los ojos de la hoja.
—¿Vas a dibujarme? —preguntó entre confundido y entusiasmado.
—¡Los modelos no hablan!
—Lo siento, linda, ya me callo. —Cerró su boca e hizo silencio.
Ruby
Yo estaba acostada en su pecho mientras él me acariciaba el cabello. De vez en cuando a Batsy no le importaba no recibir mimos, aunque yo le estaba acariciando el pecho con mi dedo pulgar.
—¿Desde cuando no puedes escribir? —preguntó, literalmente, de la nada.
—¿Qué? —pregunté con una risa confundida, mientras me sentaba en la cama.
—Ví tu computadora en el escritorio y me quedé pensando en ello. —También se sentó.
—Desde que publiqué mi libro, masomenos. —Moví un par de veces mi cabeza.
—¿Y desde entonces no tienes ninguna idea? —Negué con la cabeza. Se quedó pensando unos segundos y yo solo lo miré divertida. De repente se levantó de le cama, asustando a Fairy, y tomó un cuaderno y un bolígrafo de mi escritorio.
—Muy bien, —se sentó en la cama y me extendió las dos cosas— quiero que me escribas una historia con las palabras bosque, bailarina y foto.
Lo miré con mis ojos entrecerrados.
—Pero esas palabras no están relacionadas de ninguna manera —dije mirando la hoja en blanco.
—Exacto —respondió con una sornisa—. La idea es que tu creativo cerebro —me tomó la cabeza y dejó un beso en mi frente— vuelva a maquinar.
—¿Por qué haces esto? —le pregunté anotando las tres palabras para no olvidarlas.
—Porque escribir es tu pasión y tienes mucho talento para eso, y si puedo ayudarte a superar este obstáculo para que escribas el próximo Best Seller, entonces te haré escribir cuentos cortos a partir de tres palabras hasta que logres inventar tu propia historia. —Me sonrió y yo hice un pequeño puchero al tiempo que me inclinaba para abrazarlo por el cuello.
—¿Por qué tienes que ser tan buen novio? —pregunté cuando nos separamos.
—Porque lo mereces, Ruru.
¿Acaso lo merecía? ¿Aún con todo lo que había hecho, seguía siendo merecedora de su cariño? ¿O era una perra mentirosa que en algún tiempo iba a recibir su merecido?
Olivia
Entramos en mi habitación y me senté en la cama. La verdad era que ya no soportaba los zapatos.
Acerqué mi mano a mis tobillos para descalzarme, pero Zion me corrió la mano.
—Permíteme, belle. —Se arrodilló frente a mí y comenzó a desabrochar la evilla de mi zapato con mucho cuidado. Por alguna razón aquella imagen me fascinó. Tener a Zion Mercier de rodillas frente a mí me hicieron sentir privilegiada de alguna extraña manera. Definitivamente el princess treatment me había arruinado el cerebro.
Cuando me quitó el último zapato, dejó un cálido beso en mi tobillo, que comenzó a subir en forma de pequeños besos por mi pantorrilla hasta que encontró mis manos en mis rodillas. Levantó su cabeza y su mirada me dejó sin aliento. Su rostro estaba serio, pero la intensidad con la que me miraba fue suficiente para que yo haya tomado su rostro y lo haya besado. Sabía a whisky caro y aún conservaba el olor de su colonia.
Subió a la cama y me fui acostando por inercia mientras él se acostaba sobre mí. Sus besos bajaron por mi mandíbula a mi pecho, y cuando estaba bajando el tirante de mi top celeste, me enderecé en la cama. Alejó sus labios de mi piel y también se enderezó.
—¿Está... todo bien? —preguntó.
—Yo... yo... —No sabía cómo expresar lo que sentía. Suspiré apenada. —No estoy lista para hacerlo. —Sus cejas se levantaron. —No es que no quiera, en serio, pero... mi primera vez fue... difícil —admití—, y quiero estar cien por ciento segura.
Él hizo silencio y tuve miedo. Corrección, estuve aterrada. Podía imaginarlo mirándome como si fuera un bicho raro y yéndose para no hablarme nunca más. Mi respiración se aceleró un poco, pero no quería que él lo note.
—Oh, belle, lo hubieras dicho antes. —Suspiró aliviado y yo abrí mis ojos sorprendida. —Todo este tiempo creyendo que estaba haciendo las cosas mal —dijo casi para sí mismo. Sonrió y me tomó de las manos. —Nunca tengas miedo de decirme que quieres o no hacer. Te amo por ser la hermosa persona que eres, no solamente por lo físico.
Me quedé pasmada, no solo por las tiernas palabras, si no por aquellas cinco letras que definitivamente había oído.
—¿Tú acabas de decirme que me amas? —pregunté incrédula y en mi ventana se vió como un rayo rompía en el cielo nocturno.
Sonrió de la forma más genuina posible.
—Al parecer sí. Ni yo me lo esperaba.
No dije nada. Se veía tan feliz. Lo besé dulcemente y otro rayo azulado nos iluminó por la ventana.
—Yo también te amo, capitán —admití y sentí como se me liberaba el pecho.
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Holaaaa!!!
Cómo están??? Cuéntenme que les está pareciendo esta parte de la historia.
Espero les haya gustado!!
Los amo!!
Byeee!
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La Venganza de los Corazones Rotos
Teen FictionRuby, una escritora con un futuro brillante; Vera, una futura gran artista y Olivia, una princesita de papi; tienen el corazón roto. Pero, estos no fueron rotos por cualquier chico, fueron rotos por los hermanos Mercier. Para la mala suerte de estas...