Vera
Manchada. Así estaba. Totalmente manchada de pintura. No por elección, al menos esta vez.
Estudiar arte implicaba, mayormente, pintar. Un paisaje, eso debía hacer, nada demasiado complicado. A lo sumo debía seguir algunas indicaciones específicas, pero no mucho más.
El problema comenzó cuando a Fairy se le dió por comenzar a moverse entre mis piernas mientras pintaba. Me quité los auriculares y bajé mi cabeza para ver que me miraba fijamente.
Sonreí tomando a la pequeña gata y mostrándole lo que llevaba de pintura, hasta que apoyó su pata justo sobre la copa de uno de los árboles que estaba terminando.
Estaba por limpiarla, cuando, esa misma pata ahora color verde, llegó a mi rostro una, dos, tres veces... hasta que perdí el equilibrio y caí tirando mi caballete, el lienzo y la paleta llena de pinturas.
De más está decir que arruiné un atuendo completo por eso, aunque comencé a reír por lo absurdo de la situación.
—¿Qué diablos ocurrió aquí? —preguntó Ruby, haciéndome notar que había entrado en mi cuarto.
—Hola, chicas... —Oliv se sumó a la escena apagando su voz a la vez que notaba la situación.
—¿Por qué estás sentada sobre un lienzo? —preguntó Ruby señalando el cuadro debajo de mí.
—¿Y por qué tienes la cara y el sueter manchados? —preguntó Olivia señalándome.
—¿Y por qué tu paleta está partida al medio? —Ru señaló lo que quedaba de una de mis paletas de arte.
—¿Y por qué Fairy está verde? —Oliv la tomó en sus brazos con un poco de asco.
—Es largo de explicar. —Me levanté del suelo. —Y nosotras tenemos algo más importante de lo que hablar.
—Tienen razón, supongo que a todas nos llegó la misma información —dijo Ruby adoptando esa extraña personalidad de espía que le surgía a veces. —La cena es una circunstancia que ninguna se esperaba.
—Cierto —dijimos con Oliv a la vez.
—Y sería bastante incómodo, además de que nadie creería que fue pura casualidad. —Ruby estaba entre explicando y reflexionando.
—Entonces... —dije yo esperando que alguien comente una solución— ¿Qué procede?
—Yo creo que es obvio que no iremos —dijo Oliv dejando a Fairy en el suelo.
—¿Y hasta cuando fingiremos? —pregunté. No me esperaba eso de mi misma, pero en algún punto creía que había que terminar con las complicaciones.
—¿Estás loca, Vera? ¿Qué piensas decirle a Zion cuando te vea besando a su hermano menor? —preguntó Oliv indignada—. ¿Qué esperas que le diga a Zack cuando me vea del brazo de su hermano? Lo mismo para tí, Ruby. —Señaló a la castaña.
—Entiendo tu punto, Oliv, pero creo que de alguna forma Vera tiene razón. —Ruby me señaló.
—¡Wuhu! —festejé golpeando el aire con mi puño, e intentando relajar la tensión de mi amiga rubia.
—Yo creo que es la peor idea. —Olivia se cruzó de brazos. —Hay que mentir, como venimos haciendo hasta ahora.
—¿Y que pasará cuando Zion duerma contigo aquí y me encuentre o a alguna de mis cosas? —le pregunté—. Yo creo que hay que ir.
—Podemos ir a la cena y mentir. —Ruby agitó su dedo índice pensando y una sonrisa algo maliciosa apareció en sus labios pintados de un color nude oscuro.
![](https://img.wattpad.com/cover/355294295-288-k772171.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Venganza de los Corazones Rotos
Novela JuvenilRuby, una escritora con un futuro brillante; Vera, una futura gran artista y Olivia, una princesita de papi; tienen el corazón roto. Pero, estos no fueron rotos por cualquier chico, fueron rotos por los hermanos Mercier. Para la mala suerte de estas...