Parte 6: El Arma X

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En el aeropuerto de Nueva York, un hombre que se veía treintón, pero era su apariencia no mostraba su edad real. Era algo bajo y tenía cabello negro algo sucio, pero era disimulado por su sombrero. Vestía una chamarra de cuero, playera gris, unos vaqueros azules y botas negras.

El hombre salió del aeropuerto y se dirigió al bar más cercano que pudo encontrar en donde se puso a beber tan pronto como se sentó, pero su tranquilidad fue interrumpida cuando escuchó una voz conocida por él.

— Hola, Logan — dijo el profesor.

— Charles, debí imaginar que sabrías cuando vendría — comentó Logan a lo que varias personas del bar se le quedaron viendo, pero no se atrevieron a continuar al ver su mirada —. ¿Qué es lo que quieres?

— ¿Qué es lo que quieres tú?

— Vine por Sabertooth. Llevo mucho tiempo rastreándolo desde que se alió con Magneto.

— ¿Está en Nueva York?

— Eso creo, tengo la sospecha que ya sabe de tu pequeña escuela de jóvenes talentos.

— Ya me lo imaginaba. Tal vez no pueda encontrarlo mentalmente, pero conozco lo suficiente a Erick para suponer que él se enteraría tarde o temprano.

— Por eso me haré cargo de Sabertooth antes de que piense acercarse a tus alumnos.

— ¿No crees que ellos puedan con él?

— Charles, solo son niños a los que metiste a una guerra.

— Son mutantes al igual que tú y yo. Deben estar listos para defenderse porque nadie lo hará por ellos. Tal vez podrías enseñarles eso.

— Por favor, Charles. Lo último que necesitas es que yo sea uno de tus profesores — repentinamente, un olor familiar fue percibido por Logan —. Luego hablamos, estaré un poco ocupado.

Al bar, entraron varios hombres armados y uniformados que sacaron a todas las personas de ahí y le apuntaron a Logan.

— El arma X está aquí, estamos por asegurarla — dijo el soldado a cargo.

— ¿Me dejan al menos terminar mi cerveza? — preguntó Logan con mucha tranquilidad.

Uno de los soldados le disparó despedazando la botella y la misma bala dio a parar en la cabeza de Logan.

Uno pensaría que aquel hombre moriría por el disparo, pero ni siquiera cayó al suelo y solo suspiro mientras su herida se curaba.

— No debiste hacer eso — dijo Logan que sacó tres garras de sus nudillos de ambas manos.

Logan se lanzó hacia los soldados a los cuales apuñaló repetidas veces sin importarle cuanto le dispararan o golpearan pues este se curaba de sus heridas sin importar que tan graves eran.

Una vez que todos los soldados estaban muertos, Logan guardó sus garras y cuando se estaba por ir, un misil salió volando hacía él lo que lo dejó aturdido y herido el tiempo suficiente para que otros soldados le dispararan docenas de tranquilizantes lo que lo dejó inconsciente.

Por otro lado, los X-men ya se habían acoplado a la mansión completamente y regularmente hacían actividades en equipo, no solo entrenamientos en el cuarto de peligro siendo las principales: jugar beisbol o algún videojuego.

Ahora, los chicos se encontraban en la sala de juegos divirtiéndose o haciendo tareas, hasta que las chicas entraron al lugar.

— Oigan, ¿Saben cómo resolver estás ecuaciones? — preguntó Ororo quien hacía su tarea.

— ¡Yo! — dijo Hank quien casi derrama su taza de café y fue de inmediato con la albina —. Dame un segundo.

— ¿Dónde está Leo? — preguntó Sersi.

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