Parte 20: Siguiendo la Antigua Estrella

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Tras todo lo sucedido con el secuestro de Hank, los X-men se movilizaron para prepararse contra Magneto yendo con los conocidos del profesor justo como él había dicho una vez que se dividieron en equipos.

Uno de esos equipos fue en el que estaba nuestro protagonista junto a Jean, Scott, Bobby y el profesor. El llamado, equipo azul se dirigía a El Cairo, Egipto.

— ¿Está seguro de que esto es una buena idea, profesor? — preguntó Scott.

— Richards es una de las personas más inteligentes y el mundo le ha creído sus avances científicos, Scott — respondió el profesor —. Si lo conozco bien y, así es, entonces nos ayudará sin duda. Solo será un poco problemático encontrarlo.

— ¿Por qué? — cuestionó Jean.

— Lo último que se supo es que él y los 4 Fantásticos estaban haciendo una investigación aquí, pero eso fue hace un mes y no han salido del edificio donde se han quedado en todo ese tiempo, al menos Richards. Probablemente encontremos a otro de los de su equipo antes que a él.

— Entendido, profesor — dijo Scott.

Detrás de ellos, Leonardo se mantenía en silencio viendo atravez de la ventana el paisaje sintiendo cierto remordimiento evitando hablar con los otros hasta que Bobby se le acercó.


— Leo, ¿Estás bien? — preguntó el hombre de hielo.

— Sí, claro — contestó el chico intentando disimular sus sentimientos.

— ¿Estás preocupado por Hank?

El noveno portador no quiso responderle a su compañero, pero Bobby intuyó que eso mismo era lo que le pasaba.

— No solo tú estuviste ahí, bro — dijo Bobby poniendo su mano en su hombro —. Vamos a recuperarlo y volverá a casa.

— Eso espero...

Al volver a mirar atravez de la ventana, vio la gran ciudad de El Cairo la cual la sorprendió, pero no tanto por cómo era, sino porque una explosión en medio de varios edificios llamó su atención.

— Este... Profesor, creo que algo está pasando — dijo el joven.

— ¿Qué cosa? — preguntó Xavier.

El chico le señaló al profesor algo que se estaba formando sobre aquella explosión que fue un enorme número cuatro hecho de fuego creado por lo que parecía un hombre en llamas.

— Parece que tuvo razón, profesor — comentó Jean —. Encontramos primero a los compañeros del doctor Richards.

— Llevaré el Blackbird al almacén, ustedes vayan a investigar qué está sucediendo allí.

— Sí, profesor — obedeció Scott.

Jean bajó con Scott gracias a su telequinesis mientras que Bobby llevó a Leonardo con un camino de hielo. Rápidamente, los cuatro X-men llegaron a la calle donde surgió aquella explosión viendo a aquel tipo cubierto de fuego.

— ¡Es Johnny Storm! La Antorcha Humana — exclamó Leonardo.

— ¿Él hizo esto? Porque puedo bajarle los humos — dijo Bobby convirtiendo su cuerpo en hielo.

— No, siento una mente llena de caos cerca de nosotros — contestó Jean.

La pelirroja señaló a un hombre que salía de un edificio con traje blanco, como si estuviera hecho de vendajes con capucha y capa, y llevaba un emblema de una luna menguante.

— Mira, amigo, ya te has escapado muchas veces así que, por favor, ríndete antes de que te patee el trasero — dijo el chico de fuego.

El hombre de los vendajes dio un gran salto sobre la Antorcha tratando de alcanzar otro edificio, pero entonces chocó con una especie de muro invisible cayendo con fuerza contra el suelo.

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