Parte 22: El Retorno del Rey

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— ¿Cómo voy, Jean?

— Necesitas concentrarte más en vez de hablas, Leo.

Ambos chicos estaban sobre una montaña con Leonardo sentado de piernas cruzadas mientras las energías del OFA recorrían su cuerpo. Jean estaba frente a él ayudándolo con eso al hacer un sondeo psíquico.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Jean.

— Siento algo de dolor en mis brazos y piernas, pero no es muy grave, solo algo molesto.

— Siento eso y también cierto miedo e incertidumbre, ¿Quieres hablar de eso?

— Realmente no.

— Leo, entiendo que quieras crear una nueva técnica para poder mejorar, pero no puedes hacerlo cargando con todo lo que llevas sobre la espalda.

— ¿Y qué se supone que tengo que hacer? Estamos escapando y solo nos quieren matar.

— No es solo eso — la chica bajó las manos de su cabeza cortando su enlace mental —. No has dormido, solo has entrenado sin parar desde que llegamos aquí.

— Tengo que mejorar, ya sabes que soy alumno de All Might y es muy poderoso. Llevo dos años con el OFA y no puedo igualar una décima parte de su poder.

— Leo...

— Te necesito Jean. Sí alguien aquí puede comprender por lo que me está pasando eres tú.

— ¿Cómo?

— Tú tienes mucho poder, bastante. Le diste pelea a Esfinge cuando nadie pudo durar más de diez segundos. Ese poder es mucho mayor al que te he visto usar regularmente y solo me hizo falta una pequeña deducción para saber que tu potencial es enorme.

Ambos se miraron fijamente pensando lo que Leonardo acababa de decir hasta que Scott llegó con ellos dos.

— Chicos, vengan. Logan y los demás están llegando.

— Entendido, ya vamos — dijo Jean.

Los chicos bajaron aquella montaña y debajo de ellos estaba una estatua gigante de una pantera.

En otro lugar, Hank estaba trabajando en el asteroide M obligado por Magneto quien estaba llegando con el joven de pelaje azul.

— La

— Beast, ¿Cómo van los avances del asteroide M?

— No muy bien y siendo sincero, no podré completar el trabajo para la fecha límite que me pusiste.

— ¿Y me dirías por qué?

— Construir una estación espacial superavanzada con gravedad artificial es sumamente difícil pues tengo muchas cosas que programar en su sistema operativo — explicó Hank mientras se acomodaba su bata y sus lentes —. Aunque la construcción no se ha demorado gracias a tus habilidades magnéticas y el apoyo de la Hermandad, los sistemas son todo un reto que no puedo acelerar por mi cuenta.

— Donde unos ven obstáculos, yo veo oportunidades para nuevos talentos — dijo Magneto y con un ademán de manos, varias máquinas extras empezaron a trabajar en el asteroide —. Quiero que termines esto en dos días.

— ¡¿Qué?! Le digo que no puedo hacerlo tan rápido.

— Te daré un nuevo apoyo, debería llegar mañana. Solo sigue con tu trabajo, hijo mío.

Magneto se alejó de allí yendo a la sala principal de su base en donde estaban Tomura, Mystique y Sabretooth.

— ¿Ya encontraron a Xavier y sus estudiantes? — preguntó Magneto.

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