Parte 7: Su Nombre Es Magneto

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— ¿Estás listo, chico? — preguntó Logan.

— ¡Smash! — gritó Leonardo quien intentó golpear al mutante inmortal el cual ya lo había estado esquivando varias veces.

— Crees que tu velocidad es suficiente para vencer a tus oponentes lo cual es cierto en la mayoría de los casos, pero cuando no pasa, reaccionas muy lento — decía Logan mientras seguía evadiendo al chico.

— ¡Cállate, saca tus garras y pelea!

— ¿Y lastimarte cuando no es necesario? No lo creo.

Desde hace días, Logan había estado entrenando a los chicos sin ninguna compasión y exigiéndoles mucho con tal de llevarlos a sus límites. Aunque ellos lo consideraban un desalmado instructor que solo los hacía sufrir físicamente, en especial a Leonardo que era el más persistente en esos entrenamientos en el cuarto de peligro.

— Vamos chico. Sé que ese no es todo tu poder — alentó Logan.

— Eso es solo para emergencias — respondió Leonardo —. Mi cuerpo solo lo aguanta unos minutos.

— ¿Para emergencias? Como digas — tras decir eso, Logan sacó sus garras y se abalanzó sobre Leonardo el cual apenas pudo reaccionar.

— Mierda, entonces así será — ante la situación, Leonardo empezó a utilizar el ocho por ciento de su poder.

Ambos se lanzaron contra el otro e intercambiaron un par de puñetazos, pero Logan era ampliamente superior al noveno portador. No importaba que tan fuerte o rápido lo golpeaba, el mutante inmortal era igual o más fuerte que Sabertooth.

En un punto, después de tantos golpes, Leonardo retrocedió y empezó a correr y saltar por todos lados no solo para confundir a Wolverine, sino también para ganar velocidad. Tras unos segundos se lanzó girando varias veces hacía Logan y le estaba por dar una patada de hacha en la cabeza.

— ¡Manchester Smash! — gritó Leonardo.

Lo que él no se esperaba era que Logan no solo lo había estado siguiendo con los ojos, sino con todos sus sentidos aumentados lo que le permitió reaccionar para tomar su pierna, estrellarlo al suelo y con una llave lo inmovilizó.

— ¡¿Qué carajos?! — preguntó Leonardo mientras intentaba liberarse,

— Debes esperar lo inesperado porque tus oponentes no serán tan blandos como tú — decía Logan quien apenas se esforzaba para someter al chico.

— ¿Y qué se supone que haga? No soy tan fuerte como... — antes de que pudiera seguir hablando, Logan ejerció más fuerza lo cual le hacía sentir más dolor.

— ¡Eres más fuerte, niño! Dices esa excusa de que no aguantas cuando eres mucho más poderoso de lo que piensas — gritó Logan dejándose llevar por la emoción —. Reprimes todo lo que puedes hacer y no tienes confianza en eso. Déjalo salir y ten por seguro que ganarás.

Leonardo se sentía enojado e impotente lo que le hacía tener miedo y actuar por instinto si no se controlaba, pero antes de que eso pasara, la alarma de la habitación sonó.

— Te salvó la campana, niño — dijo Logan soltándolo.

— Deja de decirme niño.

— Cuando puedas ganarme en una pelea, te dejaré de decir así. Puntos extras por no tocar mis cosas — contestó Logan quien tomó una cerveza que dejó en una de las esquinas del cuarto —. ¿No dijiste que tenías un compromiso al cual asistir?

Leonardo salió del cuarto de peligro dirigiéndose fue a los vestidores a cambiarse y ducharse antes de salir. Al entrar, vio a Scott y a Hank que se ponían sus uniformes, pero se detuvieron al ver al chico que se veía lastimado.

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