Visiones [Neji Y Tu] [Gaara Y Tu]

3.- Nueva sonrisa

Ya había llegado el momento de tener que superar todo aquella que me atormentaba, no solo me lastimaba a mi misma, sino también a todos los que me rodeaban, quise empezar a enfocarme en esto que estaba empezando a tener con Gaara, esto que me sacaba sonrisas y alegrías constantemente.

De vez en cuando se pasaba por la academia, allí todos los niños se emocionaban notablemente al verle. Gaara se había convertido en una persona muy apreciada y querida por todos, eso es algo que queda siempre en evidencia, aunque él no estaba completamente cómodo con eso, aún no se acostumbraba a que las chicas le demuestren de forma tan efusiva su admiración.

—Un poco más y tu rostro estaría como tu cabello

—No es divertido, es incómodo —dijo él

—Le molesta porque no eres tú quien se pone así con él

—¡Kankuro! —las mejillas de Gaara cada vez tomaban un rojo más fuerte

—No le hagas caso, solo está celoso porque él no recibe tanta atención —intervino Temari, la discusión que tenían como hermanos era bastante divertida.

Me acerqué a Gaara quedando muy cerca de él, me incliné para que mis pechos le rozaran, escuché como su respiración se volvió más fuerte

—¿Qué me dices de ti, Temari? ¿Cómo van las cosas con Shikamaru? —pregunté mientras ponía disimuladamente una de mis piernas por sobre las de Gaara

—No sé de qué me hablas —respondió ella esquivando la mirada

—¿Y qué hay de ti, Kankuro? ¿Alguna persona por ahí?

Mientras hablaba, Gaara deslizó su mano por mi pierna, dando pequeñas caricias. Me pegué un poco más a Gaara y empecé a deslizar mi mano por su ingle.

—Vayan a hacer sus cosas —dijo Gaara sorprendiendo a sus hermanos

—¿Gaara? ¿Estás bien? —se preocupó Temari

—Sí, solo... salgan —ambos hermanos empiezan a retirarse de la oficina

—Yo me encargo de él —les digo para que se vayan con tranquilidad.

Una vez los hermanos se van, Gaara me toma y me sienta en su escritorio, quedando él por entre mis piernas, no pude evitar soltar un pequeño gesto de sorpresa. Sus labios rozan los míos, pero no llegamos a besarnos.

—Te acabas de portar muy mal

Su voz sonó completamente ronca, no pude evitar morderme el labio ante la excitación que estaba sintiendo.

Su boca se apodera la mía, empezamos a besarnos desenfrenadamente. Muerde mi labio provocando que suelte un gemido. Enredo mis dedos en su cabello mientras él pone su mano derecha en mi cuello y la izquierda en mi cintura. A medida que el beso iba en aumento, engancho mis piernas alrededor de su cintura, él empezó a depositar besos y mordiscos en mi cuello. De un momento a otro estaba recostada en el escritorio y ambos teníamos prendas menos, sus manos estaban en mi cadera mientras yo intentaba callar mis gemidos. Nuestros labios volvieron a unirse cuando por fin llegamos al éxtasis.