Capítulo XXIX

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Ya habían pasado dos semanas desde que Marceline había sido huésped en la casa de Bonnibel, aún sonreía al recordar al pequeño Neddy. Pero el miedo la había vencido y siempre se aseguraba de ver a la animadora desde lejos, sin acercarse del todo, como lo hacía en estos momentos. Estaban sentadas en las gradas del campo mientras veían a Cake entrenar (En realidad, Marceline veía a Bonnibel y Fionna pretendía no estar mirando a Phoebe).

—Ustedes dos son patéticas —se lamentó Patience, tomando un sorbo de su refresco, Marceline frunció el ceño y Fionna rodó los ojos.

—Te buscaremos un novio, St. Pim —comentó, con gracia, y Marceline sonrió, apoyándola.

—Es urgente, ya me siento la solterona del grupo y ustedes aún no están de novias —dijo la de gafas, dándose aire con un cuaderno, llevaban haciendo los deberes de química, pero eran una lata. (Patience es yo, chicas).

—Yo digo que Marcy debería de ponerse de novia con el mini pelirojo —dijo Fionna, logrando que la chica sonriera, les había hablado sobre Neddy y sus amigas habían quedado encantadas.

Marceline logró verlas mientras descansaban, se extrañó al visualizar cómo Cake se acercaba a Bonnibel y las dos comenzaban a hablar. No parecían amigables, pero tampoco molestas entre sí, ¿de que estarían hablando? Pronto, Cake dijo algo que hizo fruncir el ceño a Bonnibel, la peliblanca de ojos negros sólo sonrió antes de darse la vuelta y hacer su salida victoriosa, dejando a una sonrojada y enojada Bonnibel a un lado. (¡Cake power!)

—Sería mucho más fácil —se lamentó la ojiverde, observando a su chica dar vueltas en el aire, la lanzaron y aterrizó en un solo pie. En verdad era muy buena en eso.

Marceline río por debajo, ya que Bonnibel se veía adorable cuando se enojaba y más al hacer esa pose de diva, era la misma que había utilizado Neddy el otro día. Ahora, la ojiverde no podía ver un plato de nuggets o pudín sin sonreír al recordar al niño, también estaba encantada con el otro hermano de Marceline. De seguro era un don que tenían los hermanos Bubblegum sobre ella.

—Fionna, tu chica no te quita los ojos de encima —susurró diabólicamente Patience, y Fionna se volvió a ver a Phoebe.

Era cierto, la pelinaranja, mientras tomaba un trago de agua, luciendo el uniforme, mantenía sus ojos fijos en Fionna. La miraba de una forma diferente, parecía adoración, logrando que la ojiazul se sonrojara y bajara el rostro para leer el libro entre sus manos. (Nah, no te hagas la loca)

—No creo —dijo ella, ignorando a sus dos amigas que sonreían cómplices.

—Me pareció ver a Phoebe un poco bobita contigo, ¿se han visto últimamente? —preguntó Marceline, dándole un guiño, y provocando que su mejor amiga escondiera el rostro detrás del libro que leía.

—Bueno, ayer ella... bueno, ella y yo hablamos por teléfono -confesó, con una sonrisa tímida, para luego suspirar —. Duramos hasta la madrugada.

(Gay)

—Eso es bueno, Fi —la felicitó Patience, mientras la chica suspiraba, triste.

—Pero en la escuela actúa tan... tan diferente -dijo finalmente, y Patience torció la boca en una sonrisa.

—¿Diferente? Últimamente sólo nos fastidia a nosotras dos, y a ti te mira como tonta. —comentó la peliazul, acentuando más el rubor de su amiga —. Y cómo te está comiendo ahorita con los ojos, ¿no lo ves?

—No estoy segura de nada —suspiró, cansada, aunque ahora sonreía un poco.

—Qué suerte —dijo Marceline, tristemente, recostándose sobre las rodillas, y sus amigas la miraron como si estuviera loca.

Rivales | Bubbline | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora