Capítulo XL

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El lunes estaban en el aparcamiento de la escuela escuchando los gritos emocionados de Fionna, la ojiverde recostada en el capo sólo podía sonreír.

—¡¿Comprenden?! Me invitó a una cita, una de verdad, ¡no lo puedo creer! —dijo, feliz, mientras se colgaba del hombro de Cake, ella también parecía feliz por su amiga.

—Yo también tengo una cita con Monochromicorn —confesó, y las demás la felicitaron.

—Yo fui a visitar a Neddy en su casa —pero claro que todas sabían que en parte estaba feliz porque había pasado tiempo con Bonnibel.

—Terminaré viviendo con perros —se lamentó Patience por la falta de emoción en su vida amorosa.

—No creo, chica. Sabes, un chico del club de esgrima no quita los ojos de ti —le susurró Cake, y Patience le restó importancia.

—No importa, no quiero sufrir como ustedes. Ahorita estarán felices, pero hace meses lloraban como locas —dijo, y sus amigas le dieron la razón, el amor era una gran montaña rusa.

—¡Dios, Marcy! Aún no me lo creo. —le susurró Fionna a su mejor amiga, mientras las otras dos hablaban—. Lucía tan adorable mientras me lo pedía, estaba nerviosa y todo —contó, con la cabeza en las nubes.

—Supongo, ¿y a donde te llevará? —preguntó, riendo por la emoción de su amiga.

—Dijo que era una sorpresa —respondió, emocionada.

—Puede que te sorprenda —aclaró, dejando a su amiga con la duda, pero cuando preguntó, se hizo la desentendida.

Estuvieron todo el día perfecto, solo que Bonnibel estaba molesta con Marceline por lo de la otra vez, y se lo demostraba ignorándola, aunque a la ojiverde no le pasaba por alto que la viera de reojo. Braco también la veía con enojo, pero la ignoraba mientras iba de la mano con su novia, aunque no los había visto besarse y Marcy estaba feliz. A la quinta hora estaba en el pasillo, yendo a clases, y escuchó a alguien que la llamaba, volteó tan brusco que le dolió el brazo roto, pero intentó disimular el dolor.

—Rarita, te estaba llamando, ¿no escuchas? —le dijo Phoebe, aunque de una forma bromista, no había desprecio.

—Mire, señorita. Yo estaba distraída yendo hacia mi clase, creo que deberías hacer lo mismo — le dijo, echando su cabello para atrás.

—Y sobre todo yo te voy hacer caso. —dijo, rodando los ojos, y tomando a Marceline del brazo para apartarse de los estudiantes que caminaban por el pasillo —. Oye, tengo que preguntarte algo.

—Sí, ya vi, Fionna estaba muy emocionada hoy —el rostro de Phoebe pareció iluminarse.

—¿En verdad?

—No paraba de brincar, me recuerda aquella vez que se tomó cinco litros de cafeína —dijo, riendo y recordando ese día, fue muy divertido.

—Me imagino, pero ahora el problema es que hay un rumor que dijo uno de los de primero. — sus ojos estaban repletos de ansiedad y preocupación —. De que casi besas a Bonnibel, ¿es cierto?

Marceline se coloró de pies a cabeza y eso fue la respuesta.

—Supongo que sí —dijo, un poco cansada.

—¿Cómo... cómo... quién?

—Hasta ahora sólo poco los sabemos, pero los rumores se riegan muy rápido, Braco podría enterarse. —dijo, observando la cara pálida de la ojiverde, suspiró y estaba dispuesta a arriesgarse —. Mira, Abadeer, ¿tú estás enamorada de Bonnibel?

Marceline no respondió, ya que escuchó unos gritos y vio con horror como los ojos de Phoebe se abrían.

—¡ABADEER! —Glob, Marceline ya iba a comenzar a odiar su propio apellido, eso pensó cuando escuchó la voz repleta de odio de Braco.

Rivales | Bubbline | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora