Capítulo 6

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Frío.

———Liosha———

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———Liosha———

Me había acostumbrado al frío mientras dormía. Pero de pronto, la sensación en mi cuerpo ya era diferente. Abrí los ojos con la espalda helada y sudando, había dormido sin las sabanas encima, tan solo con la ropa para dormir de siempre.

Sin embargo, parecía que no tenía el control de mí mismo.

Salí corriendo de mi habitación hasta la salida de mi casa como un loco, mis pies descalzos adquirían una velocidad indescriptible y huí rumbo a la intemperie, consciente de nada, pero inconsciente de a donde debía llegar. El aire podría provocarme un resfriado, las gotas de sudor corrían sin parar, desde mi frente hasta los tobillos.

En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba escalando la pared angulosa de una vivienda, con el impulso del árbol cercano, mis manos y pies sucios, lograron aferrarse a la misma hasta tocar la ventana; ventana donde podía admirar a Mariel durmiendo.

Ella dormía con un delicado ropón blanco, lleno de olanes y detalles finos. Su cabello, aun si estaba desorganizado, lucía hermoso, enmarcando su rostro de una forma tierna, como una ninfa. Sonreí olvidando el dolor de mi cuerpo, mis brazos y piernas muriendo por continuar hasta que noté a una figura masculina acariciar su larga melena.

La cabeza de Mariel reposaba en el regazo del tipo, él no dejaba de darle mimos. Pero mis ojos de horrorizaron cuando sus caricias comenzaron a dejar sangre sobre su piel, sus mejillas, su cabello.

Entonces lo miré por completo.

Su cabello desordenado y rubio cenizo, sus facciones angulosas, armónicas; su piel blanca, pálida, y ojos grises me miraron con sorna.

Era idéntico a mí.

Lo sombrío de su actuar era que su mirada resplandecía gracias al reflejo que chocaba con la navaja a su costado, misma que estaba casi bañada en sangre; a excepción de ese espacio donde podías verte como en un espejo.

Llevo una de sus manos a su rostro, su dedo posándose entre sus labios.

Shhh...

Ese simple gesto onomatopéyico hizo que mi agarre se debilitara de manera abrupta. Lo único que podía pensar en la caída fue... en Mariel.

Solo deseaba que ella estuviera bien.

— Liosha...

— Liosha

— Liosha

Abrí los ojos.

Mi cuerpo sudoroso hizo que una escalofriante ráfaga de frio me sacudiera.

— Liosha... ¿Tienes fiebre?

La voz de mi hermana.

Mis huesos tronaron al intentar reincorporarme en mi cama, Lena yacía a un costado, con la mirada preocupada. Mis mejillas estaban congeladas, todo lo contrario a mi frente, la cual ardía en calor. Probablemente había agarrado un gripe.

Dark Red ||RSMX||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora