Capítulo 11

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En Invierno.

———Liosha———

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———Liosha———

El invierno nos pisa la suela de los zapatos, a mí, los recuerdos de ese fatídico día y a Mariel, los cambios. Últimamente se porta más tímida, sus mejillas se sonrojan y se reserva conmigo, parece que sé que acuerda y se resguarda, me quita su sonrisa y vulnerabilidad, se cruza de brazos.

Sus comportamientos me desbordan en nervios, ansiedad. Le dicto el capitulo diez de su ahora saga favorita, El príncipe cruel.

Ibeke también se ha comportado extraña, se siente lejana de Geum y de mí. Su piel blanca ahora es pálida, casi grisácea, no tiene vida, actúa como una máquina.

El timbre de salida suena. Cierro el libro y Mariel se detiene.

— Recogeré tus cosas para que mañana continues la lectura.

Asiente sin decir nada, la señorita Shin ayuda a otros niños y los despide, mientras que yo, le doy la mochila a Mariel, Octavio se sienta a sus pies y yo a su lado.

Antes de decirle lo que sea, observo sus hombros tensos, sus piernas se cruzan y cubre sus rodillas.

— ¿Estas bien? —le pregunto— ¿Te duele algo?

— No.

Responde enseguida, la señorita Shin se vuelve a nosotros asustada.

— ¿Estás segura Mariel?

— Si. Solo quiero que venga mi papá.

La señorita Shin y yo nos miramos. Sabemos que algo no anda bien.

Cuando el señor Torres se va con Mariel, la tutora Shin me habla.

— Liosha, ¿puedes conversar unos minutos?

— Claro.

Accedo. Me siento enfrente de su escritorio y su semblante se torna preocupado.

— Liosha, tu madre habló conmigo la semana pasada, estás casi a medio año de terminar. Me comentó sobre tu posibilidad de irte al extranjero, le dije que, por parte del instituto, tendrás una carta de recomendación. Pero quisiera saber lo que quieres tú, tengo entendido que continuarás con la empresa de tu padre.

— Desde luego... pero...

Nunca me he cuestionado si quiero seguir con la empresa de mi padre, de alguna manera me resigné desde pequeño. Antes de Mariel, solo me enfocaba en ganar todo lo que estuviera a mi paso, en ser perfecto, en ser el ejemplo, y no porque eso estuviera en mi, simplemente era ambición, me gustaba el control y tener el liderazgo.

Pero si hoy continúo, no es por aquello que fuí, y no tengo una respuesta concreta para dar.

— Desde que conozco a Mariel—retoma la señorita Shin—, sueña con ser una gran maestra, en escribir historias que impacten en el mundo, y en ser madre. Sin embargo, cree que su realidad se lo impide. Aprendió a leer y escribir antes de su accidente, pienso que es una gran ventaja, por eso la ponemos a practicar con el abecedario tradicional. He estado investigando, no hay muchos maestros con alguna discapacidad, menos maestros que se encuentren deficientes en el sentido de la vista. Estuve preguntando, viendo la opción de que en algún sitio puedan seguir con su enseñanza y la adoctrinen de la manera ideal para que pueda impartir clases.

Dark Red ||RSMX||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora