IN NOX, SUM VERITAS ━━ draco malfoy

twenty two. whelve

(n.) enterrar algo profundamente;
esconder

—¿QUIERES HABLAR DE ELLO?
    
Eso fue lo primero que Harper le preguntó a Louis cuando terminó de cenar la noche siguiente, por fin con la iniciativa de comer algo después de días de negarse a consumir cualquier tipo de alimento. Louis miró su plato vacío, agarrando una pequeña miga de pan con el tenedor antes de dejarlo a un lado y tomar aire, preparándose para hablar. Su madre estaba sentada frente a él, esperando pacientemente a que se desarrollara la historia.
    
—Me caía bien, —empezó Louis, tomándose el tiempo necesario para darse cuenta de que realmente estaba hablando de esto con alguien—. Me caía muy bien, de hecho.
   
Harper asintió, tarareando mientras miraba a su hijo. Louis parecía estar en otra parte, perdido dentro de los confines de su imaginación, nervioso haciendo rebotar su rodilla mientras probablemente esperaba que esto terminara.
    
—¿Lo amaste? —preguntó Harper. Eso llamó la atención de Louis.
    
—¿Hm? —Preguntó Louis, abriendo un poco los ojos.
    
—¿Lo amaste? —repitió Harper con la misma entonación calmada en su voz.
    
Sin querer, los ojos de Louis se llenaron de lágrimas cuando todos sus recuerdos del pasado salieron a la superficie. No fue el momento en que le dijo te amo lo que le hizo darse cuenta de que amaba a Draco, sino todos los momentos previos a ese momento lo que selló el trato. Podía recordar tan claramente todos los momentos que habían pasado juntos en la biblioteca y en lo alto de la torre de Astronomía, aunque aún estaban bastante frescos. Pero podía verlos de una forma que le hacía sentir como si aún estuviera allí, de pie, sintiendo el viento recorrer sus oídos mientras estaba frente a frente con el chico que decía estar tan orgulloso: el cielo y el mar, unidos hasta el final.
   
—Sí, lo hago —confirmó Louis con seriedad. En tiempo presente. A pesar de dónde se encontraban ahora y de la brecha que habían provocado, seguía queriéndole. Era un poco gracioso considerar la razón por la que Draco podía o no haberlo querido muerto. Eso llevó a Louis a preguntarse cómo hacían los demás para seguir con su día después de haber roto con alguien la noche, o meses, antes, cómo no les dolían los huesos de ganas y deseos de acomodarse en el abrazo de alguien y quedarse quietos. Louis estaba, con razón, todavía en las primeras etapas, y recibir la carta sólo hizo que le doliera más. No deshacía del todo el proceso, sin embargo, sí lo entorpecía al ver la letra garabateada de Draco, deletreando las formas en que lo extrañaba.

—Lo amo, —reiteró Louis, relamiéndose los labios antes de continuar—. mamá, era maravilloso. Un poco grueso de cráneo, pero maravilloso al fin y al cabo.
    
—¿Era? —Harper ladeó la cabeza, captando la hipocresía tanto en el uso del tiempo pasado como del presente.
    
—Tal vez todavía amo lo que pensé que era, o la idea, más bien, —Louis suspiró, colgando la cabeza antes de volver a mirar hacia arriba—, es sólo que... no lo sé. Me parecía real. Para mí era real. —Desgraciadamente, pensar en ello agotó a Louis, así que se dispuso a levantarse, pero su madre no tardó en detenerlo, colocando su mano sobre la de él.