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Nadia

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Nadia.

Mire por última vez el rostro dormido de Luzbel en la silla para bebé que iba en la parte de atrás de la camioneta que había robado para poder trasladarnos a Forks, a mi lado iba Alisson y ella también iba dormida, Belia y Alya se habían quedado en su hogar, pues ellas vendrían a Forks algunas veces a visitar a Luzbel de vez en cuando, estaba segura que no faltaría mucho para que Lilith y Lucifer llegarán a ver a su sobrina, pero por ahora solo me encargaría de ganarme el perdón de mi esposa y cuidar de Luzbel, quería que Bella conociera a mi hija, sabía que la querría, mi esposa era la mujer más buena de este mundo y ganaría su perdón costase lo que costase.

Luzbel era una niña especial, la primera trihibrida que se sabía hasta el momento, a pesar de que su crecimiento era como el de un humano ella podía controlarlo como quisiese. Alya me había comentado que cuando tenía apenas un año ella aparentó tener la edad que tenía ahora. Amelia había hablado con ella y le pidió que no hiciera eso, que quería disfrutar de su niñez, ella lo entendió y estancó su crecimiento, mentalmente y físicamente, sin embargo el don de ella por parte vampira es poderoso, al igual de su don de Ángel. Luzbel al igual que yo, era un espejo, lo que hacían mis runas de copiar los dones, ella era lo inverso, en vez de copiar los dones estos rebotaban al atacante provocando que se utilizara su propio don en el, pero por parte de Ángeles era crear un campo de protección rodeado de un fuego color celeste, nadie podía pasar ese campo si no era leal a Luzbel, si quería protegerla o servirle de forma leal y pura, este podía traspasar el fuego, pero si tenía malas intenciones con ella, el fuego lo mataría de forma inevitable. Aún no se sabía que tipo de sirena era, pero con el pasar de los años aquello se descubriría.

Sabía que se venía un arduo trabajo con ella, sabía que tenía que cuidarla a ella como también a mi esposa e hijos que vendrían en un futuro. Nadie dañaría a mi familia y por eso esperaría a Bella. Tessa me había informado que ella antes de acabar el mes estaría en Forks, había tenido una visión, pero no me había dicho que mes sería, por lo que no era seguro que fuera este mes y aquello me estaba matando por dentro. Anhelaba a mi esposa, la extrañaba de una forma que jamás lo hice, y es que nunca había estado tanto tiempo alejada de ella, Isabella era mi otra mitad, la que siempre espere y no estaba dispuesta a perderla por muy egoísta que fuera.

 Anhelaba a mi esposa, la extrañaba de una forma que jamás lo hice, y es que nunca había estado tanto tiempo alejada de ella, Isabella era mi otra mitad, la que siempre espere y no estaba dispuesta a perderla por muy egoísta que fuera

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Las semanas habían transcurrido de forma rápida en la casa, trataba de evitar las llamadas de Charlie, no sabría que decirle cuando el me preguntara por su hija, ¿Era correcto decirle que la había dejado en aquella isla?. El jefe de policía acabaría con mi vida incluso si no pudiese, por lo que había decidido ir yo misma a buscar a mi esposa.

Luzbel se había acoplado bien a la casa y a mis hermanas, mi padre estaba la mayoría del tiempo con ella, y Luzbel disfrutaba de su compañía, era bueno ver a Caín en la faceta de abuelo, era preocupado por su nieta y estaba dispuesto a darle todo lo que ella pidiera, incluso había avanzado más rápido en la escuela por ella.

Arrope a Luzbel en su cama y bese su frente, ella había logrado dormirse escuchando un cuento, la observe y admire un buen rato, mi hija era idéntica en todos los sentidos a Amelia, pero tenía grandes similitudes a mi, era una copia físicamente a su difunta madre, en personalidad tenía unos rasgos narcisistas que la hacían ver como una míni Amelia, pero en lo demás era como yo; Luzbel era una niña muy inteligente, y despiadada al momento de alimentarse, le gustaba la historia, pues podía pasar horas escuchando como relataba mis experiencias en siglos antiguos o incluso los de Caín, le gustaba pintar y dar sus cuadros a la familia, incluso había realizado un cuadro para Bella. Luzbel estaba emocionada de conocerla, Amelia le había comentado que era una chica castaña y que me quería mucho, agradecía eso de Amelia, en ningún momento envenenó la cabeza de nuestra hija a pesar de sus celos.

Mire por última vez a mi hija y cerré mis ojos activando la runa de transportación, aquello me dejaría un poco agotada como cada viaje que realizaba pero no importa a con tal de ver a mi mujer, la extrañaba, extrañaba sus besos y caricias, su risa y caricias, extrañaba todo de Isabella, y haría que ella me volviera a amar.

Abrí mis ojos y vi que en la isla estaba de noche, pero a unas horas de amanecer, camine con tranquilidad dentro de la casa y me dirigí a la habitación, habían pasados dos meses sin ver su rostro y mi corazón estaba extasiado de verla nuevamente. Ingrese a la habitación y mi boca se abrió en una leve o, Bella estaba acostada durmiendo y su vientre se notaba como de 5 o 6 meses, ¿Como era posible? Si apenas tenía dos meses, mis ojos se llenaron de lágrimas pensando en todo lo que tuvo que pasar estando sola y me quería golpear una y otra vez por no llegar antes, por pensar que darle su espacio era lo correcto.

Lamento no haber publicado, me habían robado el celular y no me gusta escribir por computador, espero y hayan disfrutado este capitulo.

Media luna | Bella Swan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora