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Nadia.
Las cosas en la casa estaban patas arriba, Ariadna ayudaba a Alisson junto a Leah a trasladar las decoraciones a la push, específicamente la casa de Sam, solo quedaba un día para la boda, y estábamos en su mayoría estresados. Bella compartía junto a Tessa, estas dos últimamente se habían unido como uña y mugre, lo cual junto a Ariadna nos alegraba; Tessa nunca había tenido una amiga, y que Bella fuera la primera era bueno, compartían su fascinación por los libros y entre otras cosas, me agradaba que mi novia se sintiera cómoda entre nosotras desde el día uno, me gustaba la familia que tenía, eso incluía a Caín y Adriel, estos últimos meses se habian unido más a nosotras, por lo que igualmente era un ambiente grato. Caín cada día demostraba ser un buen padre, y no se involucraba en la relación y desiciones de Tessa con Ariadna, se mantenía al margen pero no causaba estragos, ayudaba con la boda y se mostraba feliz, era normal ver a Caín con una sonrisa en su rostro, pero la que tenía en estos últimos meses era una sonrisa verdadera. Adriel por otra parte seguía siendo el típico chico rebelde sin causa, pero preocupado por sus hermanas, tenía una conexión con Alisson diferente a la que tenía conmigo o mis otras dos hermanas, se notaba que le tenía un aprecio único a Alisson, y no hablo de romanticismo, claro que no, era como si ellos se hubieran criado juntos, Adriel ayudaba en todo lo que pediamos, era el más emocionado también por la futura escuela sobrenatural... En pocas palabras mi familia estaba bien, estaba contenta con todo lo que estaba pasando en mi vida.
Pero había algo, algo que no me dejaba dormir tranquila y me carcomida por dentro, una tristeza profunda que no dejaba mi corazón y mente tranquilos, tenía nombre, por supuesto, Amelia Vulturi; Me culpaba cada día y noche por no despedirme de ella, por no decirle que siempre estaría en una parte de mi corazón y que era muy importante para mí, su muerte había sido injusta, protegiendome hasta el final de sus días, se que ella me amaba, más yo no podía darle el amor que ella quería, no estábamos destinadas, por qué algunos amores no son para esta generación. Quería verla por última vez, decirle todo lo que no pude decirle, no sabía si estaba junto a Lucifer, pues a este no lo había visto desde que se llevó a Edward.
Sabía cómo contactar a Lucifer o Lilith, pero tardaría en llegarles el mensaje, pues nesecitaba de la magia de Ariadna, era mucho trabajo y no tenía tiempo, pues la boda sería mañana, y no podía seguir con este tormento. La suerte estaba de mi lado en todo caso, pues tenía al mismo hijo de Lilith en mi casa frente a mi estos momentos fumando marihuana en mi preciado sofá de cuero. Sonreí dichosa y me acerque a el.
- Adriel, necesito un favor.- El me miro y exhaló el humo en mi cara para sonreírle con sus ojos chinos u rojos por la hierba.
- Claro hermanita, dime en qué soy bueno.- Con un movimiento de mano hizo desaparecer el blunt y se puso de pie, lo miré elevando un poco mi vista, el era muy alto.
- Necesito que me lleves al infierno, quiero ver a Amelia antes de casarme.- Adriel abrió los ojos un poco impresionado.
- WOW, eso sí no me lo esperaba, pero claro que puedo ayudarte, solo necesitas activar una de tus runas para aparecerte en cualquier lado, si fueras humana sería más complicado, ya que dejaría un leve trastorno, el proceso es simple, tomas mi mano y piensas en Amelia y yo te llevaré al inframundo, se completará el viaje solo si Amelia se encuentra en el infierno, si no es así y está en el cielo no puedo hacer nada hermana.- No perdía nada con intentarlo pero primero tenía que hablarlo con Bella, no quería que pensara mal de todo esto.
